Del clásico color blanco o transparente, las pajitas pasaron a colores alegres para festines de pequeños. Los hay forrados de papel para mayor higiene o con resortes para doblar. Lo cierto es que los también llamados pitillos o pipetas serán prohibidos en su uso, producción y comercialización. Es lo que consta en el anteproyecto de Ley sobre Residuos.
El texto legal, todavía en fase de tramitación, persigue “impulsar una economía circular, mejorar la gestión de residuos en España y luchar contra la contaminación”. En su articulado prohíbe los plásticos de un solo uso.
En la presentación del anteproyecto se indica que por primera vez la legislación española recoge limitaciones a determinados plásticos de un solo uso. Al mismo tiempo, restringe la introducción en el mercado de algunos de ellos y establece un impuesto para avanzar en la reducción de los envases de plástico no reutilizables.
La norma precisa que “a partir del 3 de julio de 2021”, o sea, dentro de un año, quedaría prohibida la introducción en el mercado de una variedad de productos plásticos. Entre ellos, los bastoncillos de algodón, excepto si entran en el ámbito de los productos sanitarios”. Los cubiertos (tenedores, cuchillos, cucharas) y palillos.
Igualmente los platos, pajitas y agitadores de bebidas. Palitos destinados a sujetar o unidos a globos, menos aquellos de globos para usos y aplicaciones industriales y profesionales que no se distribuyen a los consumidores, incluyendo los mecanismos de esos palitos. También abarca los recipientes y vasos para alimentos y bebidas hechos de poliestireno expandido, incluidas sus tapas y tapones.
Una ley prohibirá el uso de pajitas
A España se le han adelantado otros países en prohibir el uso de los plásticos de un solo uso. Desde bolsas hasta pajitas. Ambientalistas, ecologistas y gobiernos se han apurado en poner fin a estos utensilios que forman parte de nuestras vidas. Pero que dañan el medio ambiente.
Nueva York, México, Argentina, Bruselas, Kenia, el Reino Unido y la Comisión Europea ya les declararon la guerra a los también llamados sorbetes hace más de tres años. Ahora España se adhiere a esta legislación verde.
“Al día se consumen en España 13 millones de pajitas. Somos 46 millones, así que casi un tercio de la población usa una cada día”, dijo Julio Barea, experto en plásticos de la organización ecologista Greenpeace a La Verdad.
De manera más amplia, las cifras se acrecientan. En Europa se utilizan 36.500 millones de pajitas al año, una cantidad casi inconcebible, con España a la cabeza de la tabla per cápita. Barea calcula que, si pusiésemos en fila las pajitas que reparten en un año los restaurantes de comida rápida de la UE daría para ir y volver diez veces a la Luna.
Los estudios revelan que a los océanos van a parar cada año alrededor de 8 millones de toneladas de plástico. Y las pajitas solo suponen un 0,025%. ¿Por qué, entonces, nos hemos ido a fijar precisamente en ellas? Porque todo lo absurdo de un residuo se junta en la pajita, comentó el especialista:
“No son un envase, de manera que no van al cubo amarillo y no se reciclan. No son necesarias para el 99% de la población. De hecho, para casi todo el mundo resultan absolutamente prescindibles. Y, además, las hay de otros materiales o, aún mejor, lavables y reutilizables”, añadió.
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