Por Benito Guerrero
12/04/2017
Los que la han probado dicen de ella que es «la mejor hamburguesa de Madrid», y sus creadores aseguran que no ha sido cosa fácil. La receta les ha llevado meses de experimentación entre los diversos puntos posibles de la carne, las salsas y las especias.
En Sagasta 28 han sustituido el sempiterno buey -un cliché en el panorama de la hamburguesería moderna- por carrillera ibérica de bellota, el queso chedar por un queso de vaca Denominación de Origen Arzúa Ulloa, y el ketchup por una deliciosa salsa cajún y patatas al aroma de romero.
La hamburguesa de carrillera se ha convertido así en una delicia hecha al completo con productos españoles. Además, requiere de una cuidada y lenta elaboración donde la carne es mechada y guisada durante horas antes de compactarla en forma de hamburguesa.
La salsa cajún es una deliciosa y potente mezcla de especias que dan a la carne un peculiar y exquisito sabor. La cultura cajún proviene de los primeros colonizadores francófonos, conocidos como «acacianos», que se asentaron en Canadá.
Situado en el céntrico barrio de Chamberí, este bistró promete y se exige mucho. Un templo de la buena cocina española, un moderno local sin pretensiones fashionistas que busca enlazar pasado y presente.
Los exclusivos protagonistas del restaurante son los productos kilómetro cero y la materia prima de las autonomías, siempre observando las Denominaciones de Origen, y con un precio muy ajustado. Por ejemplo, la hamburguesa de carrillera tiene un precio de 14 euros.