Eugene Schieffelin, farmacéutico estadounidense, era además un amante empedernido de la naturaleza. En 1800 se le ocurrió llevar a la práctica una idea que gravitaba en su mente: introducir en América del Norte la flora y la fauna europea. Su experimento, que comenzó con cinco docenas de estorninos europeos (Sturnus vulgaris) que echó a volar en pleno Central Park de Nueva York, causó un grave daño ecológico.
Schieffelin presidió la Sociedad Estadounidense de Aclimatación. Un grupo fundado en 1871 con el fin de enriquecer la biodiversidad de América del Norte con animales y plantas de otras partes del mundo. Sobre todo las especies de aves que William Shakespeare mencionaba en sus obras. En este caso, con esas particulares aves oriundas de Europa. Ese ensayo del Central Park, seguramente colmado de buenas intenciones, se repitió un año después con otros 40 estorninos. La introducción del estornino como ave invasora produjo un daño ecológico irreversible y un cambio contundente en el ecosistema norteamericano y también de América Central.
Los estorninos europeos son pájaros de color negro, rechonchos. Con plumas cubiertas de manchas blancas que durante los meses invernales se tornan negras. Y, con la llegada del estío, se vuelven brillantes. Son parientes próximos del miná sagrado (Gracula religiosa), un ave paseriforme que vive en el sudeste asiático y que tiene unas prodigiosas habilidades parlantes. Hasta el punto de llegar a imitar, con bastante acierto, la voz humana.
Los estorninos, volando entre continentes
Los estorninos son omnívoros, es decir, se alimentan casi de cualquier cosa. Desde insectos hasta semillas, incluidas las crías de otras aves. También aloja una gran cantidad de parásitos internos (pulgas, ácaros, o garrapatas) y externos. Son portadoras de patógenos como E coli, Salmonella o Histoplasma de ahí su capacidad de transmitir enfermedades. Pueden contraer tuberculosis aviar y malaria aviar. Sus excrementos pueden contener el hongo Histoplasma capsulatum, que causa histoplasmosis en los humanos. En sitios de descanso este hongo puede prosperar en los excrementos acumulados. Existe un número de otras enfermedades infecciosas que pueden ser transmitidas a los seres humanos, aunque el potencial de las aves en la diseminación de las infecciones puede haber sido exagerado.
Su visión binocular combinada con las características de su pico les permiten encontrar alimentos en climas más fríos mejor que otras aves y en invierno no tienen que migrar a climas más cálidos. Además de que tienen una enorme facilidad para aclimatarse a una enorme variedad de hábitats, Agresivos y corpulentos, desalojaron algunas aves autóctonas de las cavidades, su sitio predilecto para anidar.
El centenar de estorninos de Schieffelin se multiplicaron hasta alcanzar varios unos 200 millones de ejemplares. Hoy, los estorninos europeos son la especie de aves no nativa más exitosa de Estados Unidos. Un éxito desafortunado. Los científicos creen que hay una correlación entre la gran cantidad de estorninos y el declive de especies nativas como el pájaro carpintero carirrojo, el cardenal, el vencejo, golondrinas y el azulejo. Por su papel en la disminución de las especies nativas locales y los daños que causa en la agricultura, el estornino fue incluido en la lista de las 100 especies invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Una plaga que defeca demasiado, hace mucho ruido con sus alas y canta mal
Aunque teóricamente podrían parecer beneficiosas para la agricultura -consumen grandes cantidades de insectos y otros invertebrados- pueden actuar como una plaga. Devastan hábitats y desentierran brotes de cultivos. Cada año causan daños en las cosechas de árboles frutales por encima de los 1.000 millones de dólares. En las zonas urbanas son una molestia por el ruido y la cantidad de excremento y el hedor que que producen cuando pernoctan en cables o postes. Sí, ruido. Son muy ruidosas y no solo por el aleteo.
Aunque tiene la capacidad de imitar los sonidos de su entorno e incluso aprenderlos, tiene un canto variado, pero poco musical. Su canto se compone de una amplia variedad de sonidos melódicos y de resonancia mecánica. El macho es el principal cantante y participa en episodios de canto que pueden durar más de un minuto cada uno. Los machos con los episodios de canto más largos y los repertorios más amplios suelen tener mayor éxito en el emparejamiento reproductivo que los demás. Las hembras parecen preferir parejas con canciones complejas, tal vez indica una mayor experiencia o longevidad.
Se han descrito once tipos de llamadas, incluyendo una llamada de bandada, una llamada de alarma, de ataque, de gruñido y de cópula. La llamada de alarma es un grito áspero, y mientras se alimentan juntos los estorninos pintos se pelean incesantemente. Charlan mientras se posan y cuando se bañan, produciendo un ruido sustancial que puede causar irritación en la gente que vive en la cercanía. Cuando una bandada de estorninos pintos vuela al unísono, los movimientos sincronizados de las alas producen un característico sonido sibilante que se puede percibir a cientos de metros de distancia.
También son un gran problema para la aviación. Los efectos son devastadores cuando una bandada de estorninos choca contra un avión. En 1960 causaron en Boston el accidente por golpe de pájaro más mortal de la historia de la aviación. Las aves entraron en los motores cuando despegaba un avión. Murieron 62 personas.
Dura de exterminar
En Estados Unidos es una de las pocas especies que no está protegida por la ley. Son considerados una plaga. Durante más de un siglo se recurrió a los más insólitos procedimientos para acabar con ellos. La cacería ilimitada, la eliminación selectiva, veneno, altavoces con el gruñir de los búhos y cables electrificados, recompensas y otras modalidades. Nada funcionó. Se siguieron reproduciendo y defendiéndose de las aves depredadoras más grandes. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la clasifica como una especie de preocupación menor.
En 1900 el gobierno estadounidense decretó leyes encaminadas al control de la introducción de especies extranjeras. Entre las primeras había una que prohibía la entrada de estornino. Al otro lado del mundo, en la extinta Unión Soviética se consideraba beneficioso el estornino pinto por su alto consumo de insectos considerados plagas, como los elatéridos y en Nueva Zelanda para el control de la larva de hierba Costelytra zelandica.
El estornino pinto puede ser mantenido como mascota. El etólogo austríaco Konrad Lorenz escribió sobre la especie en su libro King Solomon’s Ring (El anillo del Rey Salomón). La describió como «perro de los pobres» y «algo que amar», porque los pichones se obtienen fácilmente en la naturaleza y son fáciles de mantener. Se adapta bien a la cautividad y se pueden mantener varios en la misma jaula y su curiosidad los hace fáciles de entrenar. Los únicos inconvenientes son sus hábitos de defecación indiscriminada y la necesidad de tomar precauciones contra enfermedades que pueden ser transmitir.
Su don para la imitación ha sido incorporado en la literatura desde la antigüedad . En Mabinogion, una obra literaria medieval galesa, Branwen domesticó un estornino, «le enseñó palabras» y lo envió a través del mar de Irlanda, con un mensaje para sus hermanos, que luego navegaron de Gales a Irlanda para rescatarla. Plinio el Viejo afirmó que a estas aves se les podía enseñar a hablar frases completas en latín y griego, y en Enrique IV de William Shakespeare, la figura de Hotspur declaró «El rey me prohibió hablar de Mortimer, mas yo voy a encontrarle donde duerma, y gritarle en el oído: «¡Mortimer!» Es más, haré que enseñen a hablar a un estornino, que no diga más que «Mortimer», para entonces regalárselo y mantener viva su rabia.»
Canto del estornino de Mozart.
El estornino que Wolfgang Amadeus Mozart tenía como mascota podía cantar parte de su Concierto para piano en sol mayor. Lo compró en una tienda después de oírlo cantar una frase de una obra que escribió seis semanas antes, que aún no se había realizado en público. Se apegó tanto al ave que le organizó un funeral cuando la mascota murió tres años más tarde. Se ha sugerido que su Broma musical puede haber sido escrita en el estilo cómico e intrascendente de la vocalización de un estornino.
Como las palabras no tienen sentido para el estornino, las mezcla frecuentemente en sus canciones o las utiliza en ocasiones inapropiadas para los seres humanos. Su habilidad mimética es tan grande que visitantes incautos buscaron en vano al ser humano que piensan haber oído hablar.
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