El SARS-CoV-2 continúa llevándose vidas a un ritmo escandaloso. No solo la salud de los seres humanos ha sido afectada, también la economía global, la educación, el sistema de salud, las artes y la vida en general. Ante la urgencia de que la COVID-19 deje de causar estragos se requieren pruebas de diagnóstico con un tiempo de respuesta rápido. Por ello, surge RAPID 1.0, un test simple y económico para la detección del SARS-CoV-2 que da resultados en solo cuatro minutos. Además, solo requiere saliva, un chip y un teléfono o computadora.
La mayoría de los métodos disponibles para para detectar el SARS-CoV-2 utilizan la PCR. Aunque es eficaz, la técnica requiere un gran espacio de laboratorio y trabajadores capacitados para emplearla. También son costosos, corren el riesgo de contaminación cruzada y pueden tardar horas o días en dar resultados.
El científico César de la Fuente, biotecnólogo y premio de Investigación Científica de la Fundación Princesa de Girona junto a su equipo, han desarrollado este novedoso sistema RAPID 1.0. Emplea tecnología electroquímica que transforma la información química derivada de la unión entre el virus y un receptor en una señal eléctrica que se detecta rápidamente. El objetivo es salvar vidas y al mismo tiempo proteger la economía.
Para el test rápido solo se requieren 10 μL (microlitros) de saliva o muestra de hisopado nasofaríngeo y orofaríngeo. La sensibilidad y especificidad de RAPID 1.0 para muestras de hisopado nasofaríngeo y orofaríngeo son del 87,1% y las de saliva 90%.
RAPID 1.0 es un sistema innovador y económico
El sistema desarrollado por Fuente puede diagnosticar el SARS-CoV-2 y una variante B.1.1.7 del Reino Unido, altamente contagiosa. Es económico en comparación con los demás métodos existentes y altamente escalable. Permite la producción de millones de unidades por semana.
También detecta el virus de la COVID-19 en concentraciones extremadamente bajas. Es decir, con una carga viral que se correlaciona con las etapas iniciales, alrededor de dos o tres días después del inicio de los síntomas. Esto es beneficioso para detectar a los individuos en las primeras etapas de la infección, lo que permite una atención rápida y la disminución potencial de una mayor propagación viral.
El test se puede realizar a temperatura ambiente con un mínimo de equipo y reactivos, y su producción cuesta 4,67 dólares (3,86 euros), de los cuales $ 0,07 son para producir el electrodo desnudo, $ 4,50 para funcionalizar el electrodo con el agente de reconocimiento ACE2 y $ 0,10 para recubrir el electrodo con GA, BSA y Nafion utilizado.
Una vez tomada la muestra, los resultados están disponibles en cuatro minutos, que serían dos minutos de incubación de la muestra y dos minutos para realizar el análisis de espectroscopía de impedancia electroquímica (EIS). Sin embargo, es mucho más rápido que los métodos actualmente disponibles para diagnosticar la COVID-19. Los resultados pueden leerse en un ordenador o en un teléfono inteligente.
Un equipo liderado por un español
El equipo liderado por Fuente evaluó el rendimiento de su test utilizando muestras clínicas positivas y negativas de COVID-19 del Hospital de la Universidad de Pensilvania, incluidas muestras de la variante británica. En pruebas ciegas, analizaron 139 muestras de hisopos nasales: 109 de las cuales eran positivas a COVID-19 y 30 negativas a COVID-19, según lo determinado por PCR. El equipo también analizó 50 muestras de saliva de los pacientes.
«Desde el inicio de la pandemia, sentimos una gran responsabilidad de contribuir con nuestro granito de arena. Somos investigadores en el campo de las enfermedades infecciosas y pusimos manos a la obra inmediatamente para ver cómo podíamos innovar para poder detectar el virus de una forma barata y rápida», declaró Fuente a Cambio16.
El equipo también construyó un electrodo para RAPID compuesto por papel de filtro, que es un material más accesible y barato. Con el nombre de ePAD, los investigadores demostraron la aplicabilidad del ePAD para RAPID en un método portátil, conectado a un dispositivo inteligente, que puede permitir una mayor escala y capacidades de pruebas en el punto de atención.
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