Un tercio de los estadounidenses presentaron trazas detectables de un herbicida tóxico relacionado con el cáncer, los defectos de nacimiento y los desequilibrios hormonales. La exposición del ser humano al herbicida 2,4-D aumentó sustancialmente a pesar de un sin número de preocupaciones ambientales y de salud. El uso de esta sustancia aumentó sustancialmente en medio de la expansión de uso entre los agricultores.
Desarrollado en la década de los cuarenta del siglo XX se convirtió en el herbicida predilecto de los agricultores que buscaban aumentar el rendimiento de sus cultivos. Igualmente se hizo popular entre los jardineros que querían un césped siempre verde.
Perdió popularidad en cuanto apareció el Roundup (gilfolsato) que podía usarse en cultivos como el algodón y la soya resistentes al 2,4-D este. Su nuevo auge se debe a la propagación de malezas resistentes al Roundup. El enfoque Whac-a-Mole para el control de plagas en la agricultura industrializada también contribuye al nuevo apogeo del herbicida.
Existen alrededor de 600 productos agrícolas y residenciales en Estados Unidos que contienen el químico y que puede penetrar al cuerpo a través de la piel, la boca y la nariz.
Aumenta progresivamente uso del herbicida 2,4-D
Investigadores de la Universidad George Washington realizaron el primer estudio sobre el 2,4-D examinando las muestras de orina de 14.395 personas (de seis años en adelante). La fuente de la información es la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición anual. Buscaron biomarcadores al plaguicida y compararon los niveles de exposición detectados con el uso de 2,4-D desde 2001 hasta 2014.
Del estudio se desprende que el aumento del uso del herbicida es directamente proporcional a mayor evidencia de la exposición humana. Pasó de un mínimo del 17 % en 2001-2002 a un máximo de casi el 40 % una década después.
El 2,4-D es un ingrediente del conocido Agente Naranja, que se utilizó en la guerra de Vietnam. Este químico se ha relacionado con la aparición de cáncer, incluyendo leucemia en niños, defectos de nacimiento y problemas reproductivos, por nombrar algunos problemas de salud asociados al uso del herbicida.
El aumento registrado en el uso del 2,4-D es de 67% entre 2012 y 2020. Sin embargo, se prevé que el uso del herbicida crecerá durante la próxima década. El motivo del aumento es el uso generalizado del herbicida Enlist Duo, combinación recientemente autorizada (2,4-D y glifosato) para cultivos genéticamente modificados.
Quiénes están expuestos
La investigación fue publicada en Enviromental Health descubrió que la exposición al 2,4-D no es uniforme. Varios subgrupos presentaron niveles sustancialmente más altos del herbicida. Entre ellos destacan los niños de seis a 11 años y mujeres en edad fértil.
Estos resultados son un poco menos que alarmantes ya que la exposición a las toxinas suele ser más perjudicial durante los períodos clave de desarrollo o crecimiento, como el embarazo y la primera infancia.
Melissa Perry, autora principal del artículo, señaló que “un estudio adicional debe determinar cómo la exposición creciente al 2,4-D afecta la salud humana. Especialmente cuando la exposición ocurre temprano en la vida”.
“Los niños y otros grupos vulnerables también están cada vez más expuestos a otros pesticidas y estos químicos pueden actuar sinérgicamente para producir problemas de salud”, añadió.
La raza parece incidir en los niveles de exposición al 2,4-D. El estudio encontró que los participantes afroamericanos mostraron signos de menor exposición al herbicida que los estadounidenses blancos.En múltiples estudios previos se demostró que los afroamericanos suelen tener una mayor exposición a todo tipo de contaminantes ambientales.
Este resultado ratifica la existencia de políticas racistas históricas que restringen el acceso a hogares con jardines y espacios verdes para las comunidades negras, afirman los autores del estudio.