Después de dos décadas del siglo XXI todavía hay numerosos escenarios en el mundo de desigualdades sociales. Aún prevalecen casos de personas que son maltratadas, humilladas y segregadas por ser diferentes, tener bajos recursos, no coincidir en cultura o religión con las mayorías, e incluso por haber llegado a la tercera edad. Todas ellas claman por una justicia social efectiva.
La justicia social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro y entre las naciones. «Defendemos los principios de justicia social cuando promovemos la igualdad de género o los derechos de los pueblos indígenas y de los migrantes. Promovemos la justicia social cuando eliminamos las barreras que enfrentan las personas por motivos de género, edad, raza, etnia, religión, cultura o discapacidad», reza el mensaje de la ONU.
Actualmente, vemos como miles de personas pasan penurias huyendo de los regímenes de sus países y llegando a otros como refugiados o migrantes en situación riesgo. Hay naciones donde la mujer no tiene las mismas oportunidades laborales que el hombre. Y aún se ven conductas xenofóbicas y de discriminación. Finalmente, la brecha digital es un nuevo fenómeno de desigualdad social que surgió con las nuevas tecnologías.
La salud y el futuro de los niños del mundo está amenazado por la crisis del clima y las prácticas de comercialización explotadoras.@UNICEFenEspanol, @WHO y @TheLancet alertan que ningún país del mundo protege adecuadamente a sus niños. https://t.co/mlWke84k0c #SaludParaTodos pic.twitter.com/iM4v7YCPw8
— Naciones Unidas (@ONU_es) February 19, 2020
Para luchar contra la desigualdad, Naciones Unidas conmemora todos los años el día de la justicia social. En 2020, el lema es «cerrar la brecha de las desigualdades para lograr la justicia social».
«Todavía queda mucho por hacer para el cumplimento efectivo de la justicia social. El proceso de globalización del mundo sigue teniendo muchas brechas en determinadas sociedades y por eso es que resulta fundamental seguir avanzando en la construcción de que exista efectivamente igualdad social», expresó Marianna Romero, directora del Centro para los Defensores y la Justicia, en Caracas.
Un mundo de desigualdades
Vivimos en un mundo lleno de desigualdades. La vida de una persona puede ser determinada por el sitio donde nazca. Si tienes la suerte de nacer en un país desarrollado o en uno subdesarrollado.
Todas las personas deberían tener derecho a la vivienda, a la educación y a los servicios básicos que puedan cubrir sus necesidades fisiológicas. En resumidas cuentas, todos los seres humanos tienen derecho a una vida digna, pero no todos la tienen.
A diario vemos miles de personas como Mohamed Daood Ali, un refugiado de la región de Darfur en Sudán, quien estuvo recluido en un centro de detención en Libia. Dejó su ciudad natal y viajó a Libia con la esperanza de cruzar el Mediterráneo hacia Europa, pero nunca lo logró.
Mohamed es un estudiante de contabilidad de 32 años, que huyó de Darfur, una región en el oeste de Sudán que ha sido devastada por el conflicto desde 2003. «Mi madre me dijo que este no era un lugar seguro para mí. Que encontrara un lugar seguro o que tal vez me matarían”, enfatizó.
ACNUR, con su socio @IMC_Worldwide, proporcionó ayuda médica y de emergencia a 240 personas que fueron interceptadas en el mar y llevadas a Trípoli por la Guardia Costera libia.
Seguimos recalcando que #Libia no es un puerto seguro para el desembarco👇 https://t.co/yga4U5FUFr
— ACNUR España (@ACNURspain) February 18, 2020
Otro caso es la discriminación por raza, religión o tendencia sexual. Actualmente, ser homosexual es ilegal en 77 países del mundo. En 7 de ellos, muchas personas pertenecientes al colectivo LGTBI se enfrentan a la pena de muerte.
La violencia de género y el racismo también siguen estando presentes en el mundo. «Me golpearon una y otra vez hasta que me quedé inconsciente. Me tocaron, me violaron. No podía sentir mi cuerpo por el dolor”, el testimonio es de Ana, una joven de 17 años que sufrió la violencia de la ciudad de San Salvador.
«La idea es que todos los ciudadanos en el mundo puedan vivir con equidad, sin discriminación, sin exclusión, y que en la práctica puedan alcanzar la realización plena de todos sus derechos humanos, civiles, económicos, sociales y políticos», agregó Romero.
¿Existen esfuerzos para una verdadera justicia social?
Cuando se observan datos de segregación, violencia y discriminación, queda la duda de si los gobiernos y las organizaciones internacionales hacen lo suficiente para lograr una justicia social más efectiva.
En España hay una discriminación laboral muy marcada. Las mujeres ganan 23% menos salario que los hombres. Además, su presencia en los puestos de mayor trascendencia en las instituciones, tanto en el ámbito privado como en el público, sigue siendo residual, según un estudio que publicó el diario El País en 2018.
«Estamos aquí para celebrar la compasión, hospitalidad y generosidad de los países de acogida y el coraje de la población #afgana«. @FilippoGrandi abre la #conferencia sobre la situación de #refugiados afganos, hoy en #Islamabad. Una oportunidad única 👉https://t.co/SA2nlETHpW https://t.co/iVqzVx4h8E
— ACNUR España (@ACNURspain) February 17, 2020
Las mujeres, por ejemplo, tienen una tasa de desempleo mayor que la de los hombres: 51,7% frente a 48,3%. En este sentido, la mayor población no activa del país es femenina con un 58%.
«Los Estados tienen que seguir incrementando esfuerzos para que se pueda erradicar la pobreza y la desigualdad social. La comunidad internacional debe crear más mecanismos efectivos que puedan garantizar el respeto de la equidad», expone Romero.
Justicial social: ¿realidad o utopía?
Un mundo generoso, con igualdad de oportunidades, con un tratamiento equitativo y justo para todos, parece una quimera. Quizás una justicia social pueda rayar en la utopía. El mundo avanza en tecnología y globalización, pero sigue careciendo de justicia social.
«Los derechos humanos son universales. Es decir, todas las personas tenemos los mismos derechos en todas partes y los Estados, la comunidad internacional y las organizaciones deben trabajar en función de ello», resaltó Romero.
Sin embargo, cada día vemos más injusticia, más segregación y discriminación.
«Todas las personas deben tener acceso a empleos, salud y seguridad social, en condiciones de igualdad. Quizás para algunos pueda ser una utopía o algo difícil de realizar, pero es esencial avanzar en la construcción de esfuerzos desde los distintos sectores de la sociedad», finalizó la especialista de derechos humanos.
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