Luca Romano, el Defensor Atómico, es un experto en ingeniería nuclear que acumula más de 186.000 seguidores en Instagram y más de 132.000 en TikTok
Millones de italianos y de habitantes en el mundo crecieron bajo el horror de Chernobyl (1986) y luego remataron sus temores con el impactante accidente de Fukushima (2011). En ambas fechas, Italia votó y luego confirmó en referendos populares su rechazo a la energía atómica por su alta peligrosidad en la generación de electricidad.
Un influencer, fuera de lo común y ganado a las bondades de la energía nuclear, ha ido cambiando poco a poco esa opinión negativa en Italia.
Luca Romano es un experto en ingeniería nuclear. Después de muchos años de experiencia en la docencia decidió extender su auditorio a uno virtual, interactivo y mucho más grande.
Este físico y comunicador italiano se da a conocer como el Defensor Atómico (L’avvocato dell’atomo) en sus redes sociales y en su sitio en internet nutrido de informaciones y ensayos. A la fecha, acumula más de 186.000 seguidores en Instagram y más de 132.000 en TikTok.
¿Pero y los daños ambientales que perduran por años? “Los humanos también producen impactos al ambiente. Están las víctimas directas como en el desastre de Bhopal -accidente químico que ocurrió en 1984 en la planta de pesticidas de Union Carbide India Limited- con mayor carcinogenicidad.
Entonces la gente identifica la energía nuclear con Chernobyl, pero ahora es una tecnología obsoleta. Es como preocuparse por los aviones porque un biplano se estrelló en 1920”.
“Fukushima no tuvo consecuencias trágicas. Nadie murió a causa de la radiación, fue el pánico que impulsó las evacuaciones lo que provocó las víctimas. La radiofobia era letal. Chernobyl fue grave, pero sigue recibiendo cobertura mediática mientras se olvidan los accidentes en otras industrias», sostiene Romano en Corriere della Sera.
Intenta cambiar la opinión sobre la energía nuclear
Romano se ha constituido en un referente en energía nuclear en momentos en que muchos líderes y organizaciones creen que la descarbonización del planeta merece darle otra oportunidad a esta fuente energética.
Asegura que “la desinformación sobre la energía nuclear llevada a cabo por la prensa, los políticos y las organizaciones pseudoambientalistas ha provocado la total asfixia del debate. Así como la formación de estribillos repetidos sin ningún criterio, que se utilizan en rápida sucesión cada vez que se intenta un diálogo sobre el tema. Hemos intentado dar respuesta a las objeciones más comunes, una por una. Creo que estamos logrando aclararlas”.
Algunos ambientalistas impulsan las energías renovables, pero a la hora de pronunciar la palabra nuclear se produce una afasia colectiva, comenta al diario italiano. “Es difícil explicar que las renovables no son suficientes”, afirma, “y que si las utilizamos demasiado en el mix energético tendremos problemas”.
Insiste en sus variadas intervenciones que “no hay suficientes sistemas de almacenamiento. La energía solar y eólica proporcionan energía de forma intermitente. Hay momentos del día y épocas del año en los que no tenemos energía. En invierno el sol está unas horas y bajo en el horizonte, si ese día no hay siquiera viento nos quedaríamos sin energía».
La gente piensa, comenta Luca, que si las baterías hacen funcionar su coche o su móvil, seguramente también acumularán energías renovables. Parece intuitivo, pero no lo es. Y luego hay una especie de mito: la gente quiere creer en las renovables, el mito del hombre en armonía con la naturaleza que avanza gracias al sol, el viento y el agua.
Jóvenes buscan alternativas a crisis climática
Este físico y divulgador se las ingenia para tratar de responder a las múltiples inquietudes que les hacen sus seguidores. Emplea un lenguaje sencillo y accede a entrevistas, podscats y le gusta mucho contactar con jóvenes. Aunque también tiene sus días de nubarrones.
“No quiero decir que todas mis respuestas sean reflexivas, a veces pierdo el control. Recibo muchos insultos, acusaciones, te pagan empresas, gente que cree saber más que tú y ni siquiera lee el encabezado de la página. Ahí se me escapa. En otras situaciones utilizo conscientemente un tono duro, soy muy crítico con la información italiana y no hago concesiones. También sirven para llamar la atención y me ha ayudado a crecer, así funcionan las redes sociales».
Sin embargo, el Defensor Atómico está decidido a emprender una jornada de concientización. Su discurso se oye en una generación llena de ansiedad climática y abierta a escuchar salidas a la crisis.
Casi dos tercios de los italianos de entre 18 y 54 años apoyaron la construcción de nuevas plantas nucleares, según una encuesta de SWG en 2023. Una firma de investigación de mercado que analiza la opinión pública italiana. En el caso de los mayores de 55 años, la cifra fue del 47%, recoge POLITICO Europa.
El trabajo del influencer sobre los rasgos positivos de la energía nuclear ha ido ganando simpatizantes, pese a las mantenidas resistencias. Italia fue el tercer mayor productor de energía nuclear del mundo hace décadas. Y ahora, la primera ministra, Giorgia Meloni, se ha sumado a ese cambio y está exhortando a su país a volver a esa energía.
Italia apegada a los fósiles
La energía en Italia proviene principalmente de combustibles fósiles. Entre los recursos más utilizados están el petróleo (sobre todo para el sector del transporte), el gas natural (utilizado para la producción de energía eléctrica y calefacción) y el carbón.
Más del 40% de la electricidad proviene de fuentes limpias como la hidroeléctrica (18,5%), solar (9,5%), eólica (8,1%), biocombustibles (2,5%) y geotérmica (1,8%).
En el plan climático de Italia, actualizado recientemente, el país afirmó que construiría una nueva flota de plantas nucleares para ayudar al país a erradicar sus emisiones que calientan el planeta para 2050. El plan prevé nuevos reactores «mininucleares» y nuevas plantas de fusión que cubrirían entre el 11 y el 22% de las necesidades energéticas del país para esa fecha.
El gobierno ha prometido una legislación para ponerlo en marcha antes de fin de año.
Pero existen reservas sobre esos compromisos. El influencer tiene sus dudas sobre esa escalada de energía nuclear en Italia.“El gobierno dice que es pronuclear, pero hay obstáculos tangibles”, comentó.
El sur de Italia sigue siendo bastante cauteloso con respecto a la energía nuclear, y la poderosa ENI se opone a los reactores nucleares tradicionales. El equipo de Meloni no ha resuelto el problema de larga data de dónde almacenar los residuos radiactivos, dice Romano. Además, depender de los reactores «mininucleares» y de la fusión nuclear, no es una apuesta segura.
Romano no se da por vencido. Sus primeros pasos en las redes los dio durante la pandemia. Lo vio como una forma de sobrellevar la situación cuando su actividad como profesor de matemáticas y física pasó a ser virtual.
Desde entonces su trabajo de influencer se ha expandido y cree ha valido la pena ventilar estos asuntos de la energía nuclear en tiempos de transición energética y crisis climática.
Del aula a las redes sociales
Con el seguimiento en línea de acontecimientos reales, como guerra en Ucrania y crisis energética global, llegaron las oportunidades comerciales. Le permitió a Romano dejar su trabajo como profesor dos años después de lanzar sus emprendimientos.
Hoy la mayor parte de sus ingresos provienen de conferencias, regalías de un libro, donaciones de Patreon. Incluso una tienda en línea donde los fanáticos pueden comprar productos atrevidos como botellas con la inscripción “Agua de Fukushima” en el costado, cita POLITICO Europa.
Romano es cauteloso con las ofertas que le hacen. Por ejemplo, rechazó la del gigante italiano del petróleo y el gas ENI cuando le pidió que promocionara su investigación sobre la fusión nuclear.
Una esperanza siempre presente de que imitar el proceso de generación de energía del sol podría crear energía casi ilimitada. ¿Su oferta, según Romano? Unos 5.000 euros por cada reel de Instagram.
“No fue fácil decir que no”, aseguró.
Romano tomó esa decisión después de que ENI prometiera tener una operación de fusión comercial para 2030. Para él, eso era completamente irreal: «O está mintiendo o le están mintiendo a él», dijo sobre el CEO de ENI, Claudio Descalzi.
En cambio, dijo que sí a una startup energética italiana que diseña lo que a menudo se llama “mininucleares”, esencialmente reactores nucleares más pequeños. En teoría, podrían salir de una cadena de montaje a un costo mucho menor que los reactores tradicionales.
Cuenta que utilizó esos fondos para financiar un encuentro de personas con ideas afines en Milán, llamado Festival de Ambientalismo Científico, y para viajar a la cumbre climática anual de las Naciones Unidas del año pasado en Dubái.