POR CAMBIO16
06/08/2017
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Dos personas fallecieron luego de los enfrentamientos entre militares y disidentes suscitados este domingo en el Fuerte Paramacay, en el estado central de Carabobo al norte de Venezuela según información de autoridades policiales y militares.
Se espera por la identificación de los cuerpos, sin embargo se presumen que se trate de dos civiles: un joven 24 años de edad, y otro de 50 años identificado por Ramón Rivas, quien era dirigente de la formación política de oposición Avanzada Progresista. Ambos fallecieron en el hospital tras ser heridos en la base militar
Asimismo, se confirmó la detención de siete personas participantes en la sublevación. Remigio Ceballos, comandante estratégico operacional de la Fuerza Armada Nacional (CO-FANB), informó que siete disidentes, a quienes calificó de “terroristas”, fueron detenidos tras el ataque.
Los hechos ocurrieron desde las 5 de la mañana, luego que un grupo de militares se declararan en rebelión contra el gobierno de Nicolás Maduro en un vídeo difundido en las redes sociales y comandado por el capitán Juan Caguaripano.
En un vídeo, unos veinte hombres vestidos de militares y con armas largas acompañan a un portavoz que se identifica como «capitán Juan Caguaripano» y «comandante de la operación David Carabobo», quien dice declararse «en rebeldía» contra «la tiranía asesina de Nicolás Maduro» y afirma que no se trata de un «golpe de Estado».
«Unidos por el pueblo de Venezuela»
Asegura que está acompañado de oficiales de esta unidad, tropas activas y de reserva de «todos los componentes» de las Fuerzas Armadas, así como policías, «hombres y mujeres valientes amantes de la libertad» unidos «más que nunca con el pueblo de Venezuela».
Esta, señala, es una «acción cívico militar para restablecer el orden constitucional» y para «salvar al país de la destrucción total, para detener los asesinatos» de jóvenes y familiares.
«Como militares institucionales reconocemos y respetamos a la Asamblea Nacional (de mayoría opositora)» y «exigimos que esta reconozca y respete la voluntad de un pueblo por librarse de la tiranía», agrega Caguaripano.
Pide asimismo a la Asamblea Nacional de Venezuela (AN, Parlamento) respetar y honrar la memoria de varios de los jóvenes que murieron en las recientes protestas antigubernamentales «que con escudos de cartón, pero con corazones de acero, ofrecieron sus vidas para enseñar a un pueblo a derrotar el miedo».
«Señores de la AN, ya pasó el tiempo de pactos y acuerdos ocultos entre tiranos y traidores, necesitamos políticos honestos que pasen por encima de las cúpulas corruptas», apunta.
Instalación estratégica en Venezuela
La base militar que había sido tomada por los insurrectos, en la ciudad de Valencia, a unos 160 kilómetros de Caracas, es el arma de blindados más importante de Ejército venezolano.
Según el dirigente chavista Diosdado Cabello, ahora integrante de la recién instalada Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que impulsó el presidente del país, Nicolás Maduro, para cambiar el orden constitucional, la sublevación ya ha sido reducida.
En un mensaje a través de su cuenta en la red social Twitter aseguró que, tras el ataque «terrorista al Fuerte Paramacay, se activaron planes de defensa, despliegue de tropas, para garantizar la seguridad interna» y que la FANB «ha controlado la situación».
El ataque se produjo poco después de instalarse la Asamblea Constituyente oficialista, cuya elección ha sido rechazada por la oposición, la Iglesia católica y buena parte de la comunidad internacional.
El líder del alzamiento también lo hizo en 2014
El militar señalado como líder del alzamiento, el capitán Juan Carlos Caguaripano, ya se había pronunciado tres años atrás en contra del gobierno nacional, identificándose como miembro de la Fuerza Armada, precisión relevante puesto que, en las últimas horas, el Gobierno de Nicolás Maduro ha afirmado que lo sucedido en el Fuerte Paramacay no es una sublevación militar, sino un «ataque perpetrado por civiles disfrazados».
Tres años atrás el Tribunal Militar 3° de Control de Caracas ordenó la detención Caguaripano por su presunta participación en un plan para derrocar al Gobierno.
Caguaripano en ese momento dio su apoyo al movimiento de la oposición “La Salida” y atacó a los contrarios al Gobierno que se reunieron en mesas de diálogo.
Desde aquel momento ha permanecido en la clandestinidad -algunos aseguran que estuvo fuera del país- y ha sido señalado como uno de los artífices de un plan golpista frustrado en 2015 que incluía matar al jefe de Estado, según el chavismo gobernante, y recibió el nombre de «Operación Jericó».
Caguaripano, identificándose como capitán activo de la GNB, publicó en abril de 2014 a través de las redes sociales su primer «llamado a la reflexión» a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), en el que aseguraba que había «sobradas razones legales y constitucionales para intervenir».
Entre ellas mencionó «la ocupación, intromisión y violación de la soberanía nacional por parte de agentes cubanos y grupos narcoterroristas extranjeros en todos los ámbitos de la administración pública y militar».
También aseguró que había uniformados «cumpliendo órdenes abusivas y arbitrarias, protegiendo a colectivos (grupos de defensa de la revolución, a veces armados)».