José Mateos Mariscal
Wuppertal. – El basurero español que pone rostro a los inmigrantes en Alemania. Corría el año 2013 y el fenómeno de la inmigración era bastante nuevo. Tras observar cómo algunos barrios de las ciudades alemanas se llenaban de inmigrantes, decidí informarme sobre el tema. Me dirigí a Caritas en Wuppertal, que me pusieron en contacto con varias asociaciones de inmigrantes españoles en Alemania.
A partir de los relatos y experiencias de estas personas que hipotecaron su vida para llegar a Alemania fui desarrollando la idea mi serial «Un español en Alemania». Lo protagoniza la familia Mateos Hernández que, empujados por la miseria y la falta de expectativas, dejó su pueblo en España, la familia y los amigos para entregarse a la aventura de abrirse camino en Wuppertal.
Al principio encuentra apoyo y gente dispuesta a ayudar, como la SOS Racismo en Alemania, y otros emigrantes españoles con los que forma un grupo y, sobre todo, Concha, una periodista. Sin embargo, no pasa mucho tiempo hasta que comprueben que el odio, el racismo, la xenofobia y la violencia verbal son habituales en Alemania.
Poner rostro a la inmigración
Con el título Poner rostro a la inmigración,expertos africanos y europeos analizan en una jornada de debates en Berlín, con la presidente Frau Schneider, gerente de Migrantes sin Fronteras en Alemania, los movimientos de personas en Alemania y en Europa desde África.
La inmigración es inherente a la naturaleza humana. Ha existido siempre y siempre existirá. El 3% de la población mundial está integrada por migrantes: unos 180 millones de personas, sin contar más de 24 millones de desplazados internos.
La política de los países de la Unión Europea respecto a las personas que intentan llegar al continente es intentar frenarla. Pero no funciona. ¿No sería mejor entender de una vez la naturaleza de este fenómeno para abordarlo de una manera en la que todos salgan ganando?
En esta reflexión y unas cuantas más se centró el debate en Berlín. Un grupo de expertos intercambió ideas con la audiencia para conocer con más detalles la realidad de los migrantes y refugiados en Alemania. Sobre todo, prestando atención a aspectos pocos conocidos y buscando respuestas sobre cómo lograr que la gestión política de estos flujos que sea más eficiente y, en particular, humanitaria.
Los ciudadanos de países ricos también migran
Se suelen perder de vista las migraciones de sur a sur, es decir, entre África, América Latina y Asia. Pero mucho más se ignora el hecho de que desde los países del norte existen migraciones. Por ejemplo, a raíz de la crisis económica en Europa, Angola ha recibido muchos portugueses. «África es también un continente de destino de portugueses, de chinos, y de otras nacionalidades. Es un continente que puede ofrecer muchas», señala Schneider
La migración es un fenómeno positivo, y no solo para el que se va
Frau Schneider solicita que se deje de hacer una lectura negativa de las migraciones. Por ejemplo, las remesas aumentan los ingresos de muchos ciudadanos africanos. Pero no solo las económicas. También las sociales y culturales.
Los africanos que han venido a Alemania han aprendido nuevas ideas y, a su regreso a casa, poseen una especie de mestizaje cultural que enriquece las realidades locales», destaca.
También es interesante el proceso de democratización que refuerzan: «Quiénes han vivido en Europa no están dispuestos a someterse a dictaduras locales, regresan con capacidad para poner en tela de juicio los poderes establecidos».
Humanizar las migraciones, reducir la xenofobia
El actual mundo multipolar se permite la libre circulación de materiales, materias primas y recursos, pero se impide la circulación de personas. «Hay que civilizar esta globalización, humanizarla para poner fin al mito de los visados y de los pasaportes. Hay permitir la libre circulación de la gente», insiste Schneider.
Humanizar implica eliminar los prejuicios y la xenofobia. Muchas organizaciones con ideas primitivas vinculan las migraciones con miedo. «Imaginan invasiones bárbaras, de trabajadores que vienen a quitarles el trabajo a los nacionales. También, por ignorancia, relacionan las migraciones con la inseguridad.
Schneider aclaró que no todos los migrantes son terroristas ni el terrorismo es una característica de los migrantes. “Los migrantes no amenazan la seguridad ni la estabilidad», subrayó.
Las pequeñas iniciativas son más exitosas
Frau Schneider considera que es mejor firmar acuerdos de confianza mutua que intentar sacar adelante compromisos entre 200 países.
Migrantes sin Fronteras ha identificado 200 iniciativas de movilidad temporal en contextos y escalas diferentes. Desde programas de empleo de alta cualificación hasta los que ha desarrollado Nueva Zelanda para atraer no solo temporeros, sino estudiantes que pueden dedicar horas a trabajar.
Además de las oportunidades le trasladan al migrante el mensaje: “Si tienes paciencia, tendrás tu oportunidaden Europa”.
Lo contrario de lo que dice la Unión Europea: ‘Nunca vengas. Si lo haces, será a costa de tus ahorros, tu dignidad y tu vida’.
Schneider cree que cuando hablamos de movimientos sociales se debe partir de la base de que hacen falta victorias que mejoren las condiciones de vida de los migrantes. «Por ejemplo, reforzando el servicio de salvamento marítimo, que todos los días rescata náufragos en el Mediterráneo».