Jose Mateos Mariscal
En Europa, la banca y las familias se enfrentan a un golpe de realidad cada vez mayor por el COVID-19. Al igual que ocurrió en la anterior crisis, el repunte de créditos refinanciados presagia una avalancha futura de impagos.
La encuesta de Caritas international en Alemania, publicada este 9 de enero refleja que los hogares han sido impactados fuertemente. La cuarentena afectó hasta el 77% de los hogares, así como a todas las clases sociales.
El mayor impacto se refleja en los ingresos familiares. Han disminuido en un 68% en promedio hogar. Así, actualmente las familias en Alemania vivimos con solo el 32% de lo que acostumbrábamos disponer como presupuesto del mes. Nivel socio económico A/B 39%; C, 33%; y D/E, 26%. Esta situación precaria, especialmente en los estratos de menos recursos, indica que la población mayoritaria escasamente cuenta con ingresos para la compra de alimentos que les permiten subsistir.
Otro aspecto de la encuesta se orientó a conocer de qué manera las familias obtuvieron sus ingresos durante la cuarentena. Sorprenden.
Un 54% echó mano a sus ahorros, entendiéndose como tales todo el dinero de disponibilidad inmediata tanto en el sistema financiero como el reservado para los pagos de los servicios del mes —alquileres, viajes, arreglos de la casa, compras de electrodomésticos o implementaciones para el hogar, pensiones escolares o universitarias, pequeñas inversiones, etc, etc—. Se agrega, además, los famosos »guardaditos» de los padres o abuelos destinados para sus gasto o gustos personales.
Una segunda fuente importante de recursos (25% de hogares) provino del trabajo habitual de uno o más miembros del núcleo familiar, toda vez que las empresas e instituciones públicas y privadas y negocios vienen cumpliendo con esta obligación en la medida de sus posibilidades.
Se resaltar también como fuente de ingreso la »ayuda familiar» que se canaliza por lo general de padres a hijos o viceversa, así como entre hermanos o familiares directos. Este tipo de ayuda, presente en circunstancias adversas, es una característica que distingue a nuestra gente y nos hace sentir como un país solidario y siempre dispuesto a brindar ayuda a los más necesitados.
Un 11% de las familias recibió el ingreso a través de los bonos concedidos por el Gobierno.
Un 8% de las familias obtuvieron sus ingresos haciendo uso de adelantos por concepto de su jubilación.
El endeudamiento familiar es sumamente preocupante. En este momento no es prioridad para las familias, la prioridad es cómo alimentarse para no morir en la cuarentena, no a causa de la COVID-19, sino de hambre. Por esta razón, las deudas se vienen postergando para más adelante.
La encuesta arroja que un 70% de las familias han acumulado deudas durante esta cuarentena. Casi dos tercios de ellas con el sistema financiero (préstamos 59% y tarjetas de crédito un 11%).
Por otra parte, la mitad de la población adeuda los servicios básicos como luz, agua, etc. Un 8% adeuda alquileres.
La pandemia de la COVID-19 y el confinamiento están dejando a casi todas las familias de Europa empobrecidas, con el presupuesto familiar reducido a su mínima expresión. Solo pueden adquirir los productos alimenticios básicos para subsistir. Además, sin ahorros, los utilizaron para cubrir sus gastos, y altamente endeudadas con el sistema financiero.
Hay que evitar señores políticos, estén en el poder o en la oposición, que los pobres de Europa, los que más vienen sufriendo las consecuencias de la COVID-19 sean más afectados cuando termine el confinamiento y comiencen a recibir las citaciones de los juzgados y, finalmente, las órdenes de embargo que comprometerán los pocos bienes de los deudores.
El Gobierno alemán utiliza la modalidad de cerrar las cuentas bancarias para cobrar los impagos. Un proceso más frecuente de lo que parece y que sitúa al banco como mediador entre el deudor y el afectado por la deuda.
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