Por Iñigo Aduriz
ACTUALIZADO 15/12/2015
- ¿Cómo se pierde un debate electoral?
- El PSOE confía en la «ventaja de dos debates» de Sánchez para ganar el cara a cara
El presidente del Gobierno y aspirante a la reelección, Mariano Rajoy, y el candidato del PSOE para sucederle, Pedro Sánchez, han relegado el único cara a cara entre los líderes de los dos grandes partidos a un durísimo cruce de acusaciones y descalificaciones a costa de los casos de corrupción que han salpicado a una y otra formación política.
Ese asunto, el de la corrupción, ha supuesto un antes y un después de un debate que ha sido organizado por la Academia de Televisión y que se ha prolongado durante más de dos horas, y en el que, con el habitual tono de enfrentamiento, ambos candidatos sí estaban confrontando sus programas y rindiendo cuentas por sus respectivas gestiones al frente del Gobierno y de la oposición, respectivamente.
Desde el principio Sánchez ha apostado por una estrategia de ataque que le ha funcionado en los primeros minutos del debate, ya que Rajoy trataba de defenderse a duras penas de las acusaciones del socialista, dando incluso la impresión de sentirse ciertamente acorralado.
Sánchez llevaba la voz cantante
Durante la primera hora, en la que se han abordado asuntos trascendentales para el futuro del país como los referidos al empleo, la economía, el Estado del bienestar o la igualdad, el líder del PSOE ha llevado la voz cantante e incluso ha decantado la temática del debate, mientras el presidente del Gobierno se limitaba a responderle, mientras padecía las continuas interrupciones de su adversario.
Pero ha sido a partir de las 23:00 horas, justo después de la primera y única pausa publicitaria del cara a cara, cuando el nivel del debate se ha hundido a cotas desconocidas si se compara con los realizados a lo largo de la etapa democrática, ante la incapacidad del moderador, Manuel Campo Vidal, de encarrilar la situación. Ni siquiera ha podido respetar el timing de temas acordado por los equipos de uno y otro candidatos.
Aunque ya había mencionado los casos Bárcenas y Rato durante la primera hora del encuentro, Sánchez ha sacado toda la artillería pesada en la segunda, justo cuando Campo Vidal trataba de abordar la cuestión de las reformas institucionales. El líder socialista ha ido entonces a degüello contra Rajoy por la corrupción y, directamente, ha hecho alusión a la dimisión del presidente.
La dimisión de Rajoy
«Usted debía haber dimitido», le ha dicho, refiriéndose al gesto que según Sánchez Rajoy debía haber tomado cuando, en 2013, se conocieron los llamados papeles de Bárcenas que mostraban los supuestos pagos en B del partido en el Gobierno. También le ha dicho que por todos los casos en los que se ha visto salpicado, a juicio del líder del PSOE Rajoy tampoco debía haberse presentado a la reelección.
«Usted nombró a Bárcenas gerente, le ascendió a tesorero y luego a senador. Cuando perdió las elecciones en 2004, usted se fue de vacaciones pagadas por parte de la empresa de [Francisco] Correa, el líder de la Gürtel, y usted ha permitido que la señora [María Dolores de] Cospedal mintiera en la cara de todos los españoles diciendo que iba a hacer un despido en diferido de Luis Bárcenas», ha asegurado el líder socialista.
Sánchez también le ha responsabilizado de haber destruido «a martillazos» el ordenador del extesorero ante el requerimiento de los jueces y le ha reprochado que dijera que, tras las primeras informaciones sobre Bárcenas, todo era falso. «Usted tenía que haber dimitido entonces, hace dos años», le ha insistido. Mientras tanto, las cámaras enfocaban al aún jefe del Ejecutivo, que enrojecía por momentos, visiblemente enfadado.
«Hasta ahí hemos llegado»
Pero el líder socialista proseguía su ataque: «Ahora se presenta para ser presidente otros cuatro años y yo le digo lo siguiente: los españoles van a elegir libremente, pero le advierto que, si sigue siendo presidente, el coste para nuestra democracia y para la institución que quiere representar, es enorme. El presidente del Gobierno, señor Rajoy, tiene que ser una persona decente, y usted no lo es«, ha concluido.
Entonces el también líder del PP, que ya había saltado a lo largo del debate en varias ocasiones como a la hora de hablar del rescate financiero, de las subidas de las pensiones, del incremento de los impuestos, de la disminución de las ayudas a la dependencia o de los distintos recortes sociales y de derechos, ha acabado estallando y ha dejado de manifiesto su monumental cabreo.
«Hasta ahí hemos llegado», ha dicho, antes de reprochar a Sánchez que si quiso que dimitiera podía haber presentado una moción de censura contra él, y no lo hizo. «Yo soy un político honrado, como mínimo tan honrado como usted. He sido concejal, presidente de diputación, vicepresidente de la Xunta, cinco veces ministro, vicepresidente y presidente del Gobierno, y jamás me ha citado nadie en ningún juzgado ni jamás nadie le ha acusado de apropiarse de nada», ha señalado.
«Ruin, mezquino y miserable»
A renglón seguido Rajoy ha dado por hecho que Sánchez «va a perder las elecciones». «Quizás pueda recuperarse de eso, pero nunca se va a recuperar de su afirmación ruin, mezquina y miserable», le ha espetado al líder socialista, a quien también ha acusado de haber mantenido un comportamiento «deleznable».
Entonces el presidente del Gobierno ha mencionado casos de corrupción que han afectado al PSOE, como el de los ERE de Andalucía o la acusación que pesa sobre el secretario general de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, por supuesta prevaricación, cohecho y tráfico de influencias. Por eso ha dicho Rajoy que Sánchez «tiene una vara de medir distinta para unos y para otros».
Lejos de echarse atrás por el rumbo que estaba adoptando el debate Sánchez ha proseguido con la misma estrategia, acusando a Rajoy de haber cobrado sobresueldos cuando era líder de la oposición, a lo que el presidente del Gobierno le ha contestado destacando su honradez.
«El final de una época»
Siguiendo con el mismo hilo conductor el líder del PSOE Sánchez se ha preguntado si Bárcenas ha devuelto lo robado y Rajoy ha contestado que, si de él depende, «tenga la certeza de que lo va a devolver». «Me fío poco», le ha interrumpido el candidato socialista. «Pues yo me fío menos de usted», ha dicho el líder del PP.
El tramo final del cara a cara estaba ya marcado por estos duros reproches, y eso que Campo Vidal trataba que ambos dieran sus opiniones respecto al rumbo que debía a adoptar el nuevo Ejecutivo para abordar la situación en Cataluña. Los mensajes de ambos al respecto, con ninguna novedad a lo que ya han dicho en las últimas semanas, ya se habían desdibujado por el duro clima de enfrentamiento.
Nada más acabar el debate Pablo Iglesias, el candidato a la Presidencia de Podemos que ha sido invitado a participar en un coloquio posterior en La Sexta, hablaba de que el cara a cara había supuesto un «epílogo» o «el final de una época». El domingo los ciudadanos decidirán si eso es así, y si significa, también, el final del sistema bipartidista tal y como se ha conocido hasta ahora.