Por Cambio16
03/12/2016
La intuición que tenías era correcta: un divorcio es mejor que un mal matrimonio. Así lo señala un reciente estudio denominado Life-Course Partnership Status and Biomarkers in Midlife: Evidence From the 1958 British Birth Cohort y publicado en el American Journal of Public Health, por investigadores de UCL Institute of Education, London School of Economics y London School of Hygiene & Tropical Medicine, entre los cuales están el doctor George Ploubidis, el doctor Richard Silverwood; y las profesoras Emily Grundy y Bianda DeStavola.
Lo interesante de este estudio es que es uno de los primeros en analizar los vínculos entre la salud en la mediana edad y el matrimonio. Además, hace algunas precisiones sobre otras investigaciones que afirmaban que las personas casadas tienen mejor salud que las que no lo están.
Como parte del estudio, los investigadores analizaron información de más de 10 mil personas nacidas en Inglaterra, Escocia y Gales en la misma semana de la primavera 1958, revisaron sus estados civiles y su salud a los 23, 33, 42 y 46 años. Finalmente, entre 2002 y 2004 cuando los miembros del estudio tenían entre 44 y 46 años, les hicieron controles de salud integral.
Los resultados encontrados fueron los siguientes:
-Las dos terceras partes de las parejas que se habían casado entre los 20 y 30 años de edad y permanecieron casadas, tenían un estado de salud similar a las que no se habían casado o solo convivían.
-Aproximadamente el 8% de los hombres y el 6% de las mujeres que se casaron entre los 20 y 30 años, se divorciaron y se volvieron a casar o conviven con alguien.
-Más del 11% de los hombres y el 12% de las mujeres nunca se casaron ni convivieron con alguien.
-Los hombres y las mujeres que no estaban casados y tampoco vivían en pareja, tenían la peor salud en la edad media, sobre todo con problemas cardiovasculares y respiratorios.
-Los hombres y las mujeres que se habían separado o divorciado y tenían otra relación, en el largo plazo, tenían tan buena salud como las que tenían matrimonios estables.
Es decir, la vida en pareja influye positivamente sobre la salud de las personas. Cuando esta se interrumpe y se reinicia con otra pareja, la salud puede enfrentar un bache pero luego se recupera. Volver a apostar por el amor, incluso tras un primer fracaso, puede ser bueno para su salud.