Una reciente investigación ofrece información sobre la dieta de nuestros antepasados en la Edad de Piedra, especialmente de los adolescentes. Naturalmente no había altos niveles de sodio, azúcar ni alimentos ultra procesados. Era una alimentación para la subsistencia. Los alimentos provenían de la naturaleza y eran frutas y vegetales. También hay pruebas de que comían pequeños animales provenientes de la caza y de la pesca, así consumían las proteínas.
Después de estudiar un “chicle” masticado por los más jóvenes en ese período se concluyó que los pescados como la trucha y los frutos secos como las avellanas eran alimentos de alto consumo en ese momento.
Los jóvenes masticaban chicle
El estudio partió de un trozo de brea de corteza de abedul, una resina negra parecida al alquitrán, que tiene marcas que dientes claramente visibles y que permitió conocer datos sobre la dieta y la salud bucal de estos antiguos habitantes. De los más jóvenes, porque suponen que los mayores iban perdiendo las piezas dentales muy pronto. Esa resina era una especie de chicle que masticaban algunos habitantes de la región, que en la actualidad se considerarían adolescentes 10.000 años. En estos restos había ADN y después de unos análisis se sugiere que la trucha y las avellanas eran alimentos populares.
Las resinas con marcas de dientes se encontraron tres décadas atrás junto a huesos en el sitio arqueológico Huseby Klev, de 9.700 años de antigüedad, al norte de Gotemburgo, en el oeste de Suecia, un lugar dónde se han encontrado los fósiles humanos más antiguos de ese país.
La Edad de Piedra abarca un tiempo muy lejano. Los expertos la ubican hace 3.000.000 de años y llegó hasta unos 40.000 de años atrás. Se le conoce así, porque en ese periodo nuestros antepasados lejanos hicieron sus herramientas con piedras.
Goma para pegar herramientas
Los cazadores y recolectores probablemente masticaban la resina “para usarla como pegamento” para ensamblar o unir herramientas y armas, según Anders Götherström, coautor del estudio publicado en Scientific Reports.
“Esta es la hipótesis más probable: podrían haber sido masticados simplemente porque les gustaban o porque pensaban que tenían algún propósito medicinal”, agregó.
“Había varias muestras de chicles y eran masticadas tanto por hombres como por mujeres, pero hay pruebas que indican que los adolescentes eran quienes tenían mayor preferencia por esta especie de goma”, explicó Götherström.
En un estudio de 2019 mapeó el perfil genético de las personas que masticaban este chicle de la Edad de Piedra.
Carne de pato, zorro y manzanas
Götherström y su equipo de paleontólogos de la Universidad de Estocolmo determinaron, estudiando de nuevo el ADN hallado en la goma de mascar, que la dieta de los adolescentes de ese tiempo incluía carne de ciervos, truchas y avellanas. También se detectaron rastros de manzana, carne de pato y de zorro.
Se puede interpretar que no era una dieta excesivamente variada, pero tenía proteínas de origen animal y ácidos grasos provenientes de los frutos secos que además son ricos en antioxidantes. Ni rastro de cereales o lácteos.
Sobre las muestras de ADN, el investigador Anders Götherström, explicó que “si hacemos un hueso humano, obtendremos ADN humano. Podemos hacer dientes y luego sacaremos un poquito más. Pero en ese caso, obtendremos ADN de lo que masticaron esos humanos”. “Es la única manera de obtener esa información”, dijo.
Mala salud bucal
Este estudio expuso pruebas de que, en un trozo de chicle masticado por una adolescente, había una serie de bacterias que provocarían un caso grave de periodontitis, una infección muy seria de las encías. “Es muy probable que perdieran los dientes un tiempo después de masticar este chicle, además también debió ser doloroso. Es posible identificar la huella de la boca del adolescente que la masticó hace miles de años esa goma mediante el ADN. Si quieres filosofar puedes imaginar lo que comían, las herramientas y armas que tenían para cazar las presas que serían sus alimentos además de algunas de su costumbres y dolencias”, afirmó Götherström.
Los habitantes de la actual Escandinavia, 10.000 años atrás eran inicialmente cazadores, recolectores y nómadas y con el paso del tiempo, se convirtieron en sociedades agrícolas sedentarias. Al principio se movían constantemente en busca de alimentos y recursos. Para alimentarse cazaban animales salvajes, vegetales y frutos secos.
Durante La Edad de Piedra hubo un importante avance evolutivo para el Homo Sapiens. Nuestros antepasados eran cazadores-recolectores y vivían en pequeños grupos nómadas con medios de subsistencia limitados.
Las mujeres también cazaban
En estas sociedades, el papel de las mujeres era fundamental para la supervivencia del grupo. Si bien la noción de empoderamiento estaba muy lejos de considerarse, las hembras de estas comunidades tenían responsabilidades muy importantes. Además de ser madres y cuidadoras de los hijos, participaban activamente en la recolección de alimentos como plantas, frutas, tubérculos y hojas, que probablemente constituían una gran parte de la dieta.
Hay prueba que demuestran, que, en los últimos tiempos, también fueron cazadoras, al mismo nivel que los hombres. Lo importante era la destreza del uso de las armas de las que disponían en ese momento. En este tiempo, anterior a la agricultura y a la domesticación del ganado, prácticamente no se consumían cereales ni lácteos.