A Graham Ivan Clark, un adolescente de 17 años de edad, lo señalan de ser el cerebro del ataque a la red social Twitter. El joven y dos amigo hackearon 130 cuentas, incluidas las de Barack Obama, Joe Biden, Jeff Bezos, Bill Gates y Elon Musk.
Clark fue detenido en Tampa, Florida, el viernes y este martes en un tribunal se declaró inocente de los más de 30 cargos que le imputan. Entre ellos, fraude organizado, fraude electrónico, robo de identidad y hackeo.
Los investigadores consideran al adolescente como el autor intelectual del ataque cibernético a Twitter. Los cómplices serían Mason Sheppard, de 19 años de edad, que reside en el Reino Unido, y Nima Fazeli, de 22 años, que vive en Orlando, Florida.
Twitter y el adolescente cerebro
Las cuentas vulneradas a mediados del mes de julio tenían el segundo factor de autenticación activado en sus perfiles. Por lo que los hackers atacaron primero a un grupo de empleados de la red social a través de una operación de «phishing» por teléfono para obtener sus credenciales.
Desde las cuentas pirateadas, el grupo publicó varios mensajes invitando a los seguidores a que enviaran bitcoins. A cambio, todos recibirían el doble de la cantidad enviada en pocos días. El mensaje publicado por Twitter develó la trampa: “Detectamos lo que creemos que es un ataque de ingeniería social. Fue coordinado por personas que se dirigieron, con éxito, a algunos de nuestros empleados con acceso a nuestros sistemas y herramientas”.
Quienes participaron en el acto vandálico aseguran que el ataque fue realizado con la colaboración de un empleado de la plataforma. También aseguran haberle pagado al empleado para que realizara el ataque. Sin embargo, la empresa insiste en que aún investiga el caso.
Hackear Twitter tendrá sus consecuencias
El ataque «fue diseñado para robar dinero de estadounidenses de todo el país, incluso aquí en Florida. En un solo día de ataque, el grupo logró recaudar más de 100.000 dólares en criptomonedas.
El fiscal estatal Andrew Warren calificó la acción como un “fraude masivo orquestado en nuestro patio trasero y no lo aceptaremos». Por su parte, el fiscal federal David Anderson insistió en que llegarán hasta las últimas consecuencias en este caso. “Los hackers no pueden seguir creyendo que ataques como el de Twitter, puedan perpetrarse de forma anónima y sin consecuencias», escribió.
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