Echar un vistazo atrás a estos ocho meses de pandemia puede indisponer aún más los ánimos exacerbados de limitaciones, preocupaciones y unas inagotables preguntas sin respuesta. Esta agrupación de sentimientos es un cóctel explosivo para la psique y la emocionabilidad de las personas. Los especialistas lo llaman “fatiga pandémica”.
El 11 de marzo de este acontecido 20-20, la OMS declaró que dada la expansión del brote de coronavirus era considerado pandemia. Ahora una segunda ola nos atrapa sin vacunas y con unas cifras inesperadas, mayores a las reportadas en el segundo trimestre de auge. Por supuesto, esta sensación de no poder salir de la crisis genera agobio, malestar e incertidumbre ante su duración, magnitud y consecuencias. El solo anuncio de medidas restrictivas ha desatado la furia en grandes grupos de las principales ciudades de Europa que no están dispuestos a volver a esas normas.
La OMS alzó volvió a advertir a los gobiernos de esta fatiga pandémica, sus riesgos y formas de combatirlo. El director regional para Europa de la OMS, Hans Henri P. Kluge aseguró que según encuestas la fatiga entre los consultados está aumentando. “Aunque la fatiga se mide de diferentes maneras y los niveles varían según el país, ahora se estima que ha alcanzado más de 60% en algunos casos”, anotó.
Explicó que la fatiga pandémica es el desgaste emocional producto de tensiones y preocupaciones por las restricciones y medidas impuestas por los gobiernos para frenar el contagio. Se expresa como una desmotivación para buscar información relacionada al virus o emplear medidas preventivas. Pero también se ve afectada por una serie de vivencias, percepciones y el entorno cultural, social, estructural y legislativo.
Una de las mayores consecuencias de la fatiga pandémica es que contribuye a que la población sienta que el riesgo del virus es menor. A pesar de que los datos epidemiológicos prueben lo contrario. Por tanto, las medidas para evitar el contagio dejan de ser eficaces.
Alcances de la fatiga pandémica y como reducirla
El Departamento Médico de la Universidad de California, en Los Ángeles, advirtió que el signo distintivo de la fatiga pandémica es la sensación de cansancio interno. Unido a otras emociones como la tristeza, preocupación, frustración e irritabilidad.
Las personas que sufren de fatiga pandémica tienden a dormir más o menos de lo habitual, a tener problemas para concentrarse. Así como tener sensación de nerviosismo, perder la motivación, no poder detener los pensamientos negativos y alejarse de los demás.
Mientras tanto, la OMS precisó que mensajes centrales previamente efectivos como lavarse las manos, usar mascarillas y el distanciamiento físico, ahora parecen ser menos eficaces.
«En la mitad de esta prolongada emergencia de salud pública, es de esperar estos niveles de fatiga. Las personas han estado sometidas a vivir con incertidumbre y trastornos durante muchos meses”, dijo Kluge.
En su informe Pandemic fatigue. Reinvigorating the public to prevent COVID-19, la OMS señaló que “las restricciones estrictas como la cuarentena aumentan el impulso de autodeterminación y libertad en quienes sienten tener poco control sobre su vida cotidiana”.
Son muchas las recomendaciones de la organización para que los países las pongan en práctica y se induzca a la población a rebajar esa fatiga pandémica. Y a revitalizar el apoyo a las medidas sanitarias:
1.- Involucrar a la población como parte de la solución. Destacar los aspectos positivos y los beneficios logrados mediante el esfuerzo colectivo.
2.- Permitir que las personas puedan hacer una vida normal mientras se reduce el riesgo de transmisión. Estableciendo estrategias que les ayuden a identificar los riesgos, implementando formas seguras para realizar actividades sociales y evitando el juicio de culpabilidad.
3.- Identificar las dificultades a las que se enfrenta la población como consecuencia de la pandemia y aliviarlas mediante la construcción de resiliencia. A través de recursos financieros, sociales, culturales y de apoyo emocional.
Buena alimentación, ejercicio y mantener contacto social
Tanto la OMS como la Universidad de California coinciden en un conjunto de propuestas para que las personas sobrelleven la actual situación y la fatiga pandémica que atraviesan.
Sugieren cuidar el organismo mediante una alimentación saludable, una correcta higiene del sueño y ejercicio físico. Limitar el consumo de noticias relacionadas con la pandemia. Y reducir el estrés con ejercicios como el yoga, la lectura o los paseos por la naturaleza.
Destacan como un elemento de gran importancia, mantener el contacto social con amigos y familiares. Fomentar el diálogo interno positivo. Y aceptar las sensaciones. «Las situaciones desafiantes despiertan una mezcla de emociones, pero reprimir los sentimientos e ignorarlos no los hace desaparecer. En cambio, reconozca y nombre sus sentimientos».
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