Unos 80 millones de personas en todo el mundo se infectaron con la COVID-19 en 2020. La enfermedad se convirtió en una pandemia después de que surgió de China a fines de 2019. Una vez que se convirtió en un problema global, afectó la política, la diplomacia, incitó al racismo mundial y causó estragos en las economías del mundo. Es difícil pensar en un 2020 sin pandemia.
Se trata de un fenómeno que pocos imaginaron a principios de este año. Por todo esto, 2020 se desarrolló y está terminando de una manera muy distinta a como se pensaba inicialmente. Resulta tentador tratar de dibujarse cuán distintos hubiesen sido estos 366 días (porque además fue bisiesto) sin la pandemia. ¿A cuáles eventos hubiésemos asistido? ¿A dónde habríamos viajado? ¿Cómo continuaría nuestra rutina?
Y a un nivel más global. ¿Cómo hubiesen transcurrido los conflictos políticos? ¿Qué avances había experimentado la lucha contra el cambio climático? ¿Cómo se habría desarrollado la economía? ¿Quiénes habrían dominado en los Juegos Olímpicos?
Ciertamente, el mundo sería muy distinto. La palabra «pandemia» no estaría en los labios de todos. Las noticias más relevantes no girarían en torno a los servicios de salud o las empresas farmacéuticas. ¿Qué más podría ser diferente?
Elecciones en los Estados Unidos
Una pregunta que vale la pena hacerse es cuánto afectó la pandemia a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos en este 2020. ¿Habría ganado Trump si la COVID-19 no hubiera golpeado a la primera economía mundial?
El presidente está convencido de que sí. Según él, no podrá seguir “otros cuatro años increíbles en la Casa Blanca”, por culpa del “virus chino”, como denomina al coronavirus surgido en el país asiático.
No se puede asegurar que su derrota se deba a la pandemia. Pero a inicios de 2020 Trump se abría paso a la reelección prácticamente sin obstáculos. Las encuestas le daban un importante respaldo popular. Mientras, del lado demócrata no había un precandidato que pudiera hacerle sombra.
Los números de la macroeconomía mostraban un crecimiento sostenido. La iniciativa de impeachment en contra de Trump había fracasado (y le sirvió para aumentar su popularidad). Las guerras de aranceles con China y Europa no lograban convencer a los economistas, pero sí a un buen número de votantes. Todo iba bien para el magnate, pero llegó la pandemia.
En cuestión de semanas, la situación cambió. Los Estados Unidos fue, por mucho, uno de los países más golpeados por la pandemia en 2020. Y si bien se trataba de un problema ajeno a su administración y que afectaba al mundo entero, Donald Trump acusó un duro golpe.
La tormenta perfecta
La crisis sanitaria dejó más de 1,6 millones de muertos y golpeó con dureza a las economías en todo el mundo. Prácticamente ningún país ha salido ileso de esta pandemia. Como consecuencia de ello, todos los dirigentes del planeta tropezaron en su gestión. Pero en el caso de Donald Trump, se unieron muchos factores que terminaron por pasarle factura.
Lo primero es que el presidente de los Estados Unidos vivió la crisis del coronavirus en medio de un proceso electoral. Otros líderes mundiales tendrán tiempo de recuperarse de cualquier efecto negativo en su popularidad, antes de medirse en unos comicios. Algunos, sencillamente, no tendrán que hacerlo. Sin embargo, Trump debió hacer campaña mientras las cifras de contagios y muertes subían, al tiempo que caían los números de la economía.
Adicionalmente, la negación inicial de la crisis por parte del propio presidente también jugó en su contra. Al principio, Trump desestimó la gravedad del problema. «Es solo una gripe». Pero la ciencia y las estadísticas decían lo contrario.
Y finalmente, los conflictos raciales, exacerbados por la muerte de George Floyd, un afroamericano, a manos de la policía, incrementaron las tensiones.
Decir que el coronavirus le costó la reelección a Donald Trump puede sonar exagerado. Pero lo cierto es que, a pesar de las enormes dificultades que supuso para su imagen, el magnate obtuvo más votos este año que en 2016. No cabe duda que las cosas hubiesen sido diferentes en un 2020 sin pandemia.
Las protestas en Hong Kong
La pandemia tuvo un impacto en el avance de las manifestaciones políticas en Hong Kong durante este 2020. El año pasado, esta región semiautónoma vivió protestas a favor de la democracia casi semanales, a menudo violentas.
Sin embargo, para 2020, las calles de Hong Kong estaban en su mayor parte tranquilas. El movimiento se volvió moderado. Los legisladores a favor de la democracia renunciaron o huyeron del territorio. La pandemia provocó una disminución de las manifestaciones al principio de 2020.
El mayor impacto provino de cómo la pandemia llevó a estrictas pautas de reunión pública, que también se utilizaron para penalizar a las personas en las manifestaciones. Con la prohibición de las reuniones públicas, la policía puede enjuiciar a cualquiera que parezca participar en una protesta a favor de la democracia y multarlo. El gobierno dice que sus regulaciones se basan en la ciencia y son necesarias para prevenir infecciones.
La crisis en Venezuela
La pandemia cambió el rumbo político de Venezuela este 2020, al menos en parte. El creciente descontento entre la población hizo que las protestas sociales se hicieran cada vez más frecuentes y masivas durante los últimos años. En 2016, se contabilizaron más de 6.900 protestas. El número aumentó a 9.800 en 2017, 12.700 en 2018 y 16.700 en 2019.
Estas protestas se producían mientras se agudizaban los problemas económicos y sociales, como la hiperinflación, escasez de alimentos, desempleo, déficits en asistencia médica y fallas en los servicios públicos. Entre tanto, Nicolás Maduro enfrentaba cada vez un mayor rechazo popular, y perdía apoyo internacional.
Sin embargo, aunque estos problemas se acrecentaron en 2020, las protestas disminuyeron. Si bien es posible que el año cierre con poco más de 8.000 manifestaciones de este tipo, sería la primera vez que haya una reducción desde que Nicolás Maduro asumió el poder en Venezuela.
Las fraudulentas elecciones parlamentarias de diciembre de este año fueron rechazadas por la mayoría de la población, que se abstuvo de participar. Pero, a diferencia de otras ocasiones, no hubo manifestaciones masivas. Las restricciones para evitar la propagación del coronavirus no lograron acabar con las protestas, pero sí reducir su intensidad.
Por otro lado, la crisis sanitaria supuso que durante 2020 los gobiernos del mundo pusieran sus ojos en la pandemia y el manejo de la crisis. Ello hizo que la atención de la comunidad internacional se alejara del caso venezolano. Paradójicamente, el coronavirus le ha permitido al régimen de Maduro tomar un segundo aire.
Recesión económica
En 2020, la pandemia ha llevado a la economía mundial a una de las peores recesiones de su historia, y aún no está claro cuándo se producirá una recuperación total. La rápida propagación del coronavirus obligó a muchos países a meses de bloqueos, que redujeron notablemente la actividad económica.
El Fondo Monetario Internacional pronosticó que la economía mundial podría contraerse un 4,4% este año, antes de recuperarse a un crecimiento del 5,2% en 2021.
El progreso reciente en las vacunas contra el coronavirus ha mejorado las perspectivas. Pero algunos economistas dijeron que un lanzamiento potencialmente lento de las vacunas en las economías en desarrollo podría obstaculizar el regreso de la actividad a los niveles anteriores a la crisis.
El FMI dijo en octubre que la economía mundial ha comenzado a recuperarse, pero advirtió que el regreso a los niveles prepandémicos será «largo, desigual e incierto».
Una consecuencia importante de la recesión económica inducida por la pandemia es un aumento de la pérdida de puestos de trabajo a nivel mundial.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos dijo que en algunos países, los primeros efectos de la pandemia en los mercados laborales fueron «diez veces mayores que los observados en los primeros meses de la crisis financiera mundial de 2008».
Efecto ambiental
Se calcula que las emisiones de CO2 podrían descender en alrededor de un 7% en el 2020 en comparación con los índices del 2019, a causa del impacto de la pandemia. Sin embargo, se espera que el descenso general no sea tan marcado, debido a la menor probabilidad de que otros gases de efecto invernadero como el metano no se vean afectados.
La Organización Meteorológica Mundial aseguró que las concentraciones atmosféricas de CO2 y otros gases siguen aumentando y la reducción temporal por las medidas de confinamiento no tendrá un impacto duradero sobre éstas. Los científicos calculan que el recorte de emisiones en 2020 se traduce en una reducción de solo 0,01°C en el calentamiento global para 2050.
Así, la crisis de la pandemia de 2020 solo ha desencadenado la disminución a corto plazo de las emisiones mundiales. Por esta razón, no supondrá una contribución de peso a la reducción de las emisiones para el 2030. Todavía es necesario que los países aspiren a una recuperación económica que incluya una descarbonización profunda.
Un mundo más digital
Un 2020 sin pandemia quizás no hubiese tenido un impacto tan grande en el avance de la era digital. Las medidas de confinamiento han hecho que se eliminen muchas de las barreras artificiales para realizar más actividades en línea. No todo puede volverse virtual, por supuesto. Pero en muchas áreas de nuestras vidas, la adopción de herramientas en línea realmente útiles se había visto frenada por políticos, empresas y las propias personas, que a menudo son demasiado cautelosos.
La resistencia a permitir la educación en casa parcial o el aprendizaje en línea para los niños ha sido barrida por la necesidad. Probablemente, no volveremos al sistema tradicional. Algunas familias han descubierto que prefieren la educación en el hogar completa o parcial o las tareas en línea.
Para muchos estudiantes universitarios, regresar a un costoso dormitorio en un campus despoblado no será atractivo. Esto obligará a cambios masivos en un sector que ha estado listo para la innovación durante mucho tiempo. Y aunque no todos los trabajos se pueden hacer de forma remota, muchas personas están aprendiendo que la diferencia entre tener que ponerse una corbata y viajar diariamente durante una hora o trabajar de manera eficiente en casa siempre fue solo la capacidad de descargar una o dos aplicaciones (más el permiso de su jefe).
Una vez que las empresas maximicen sus recursos de trabajo remoto, será más difícil (y más caro) negar a los empleados las opciones del teletrabajo. En otras palabras, resulta que una gran cantidad de reuniones (y citas médicas y clases) realmente podrían haber sido un correo electrónico. Y ahora lo serán.
Imaginar un 2020 sin pandemia
Ciertamente, es difícil cuantificar los efectos de la pandemia en el rumbo que tomó 2020, así como la manera en la cual afectará a 2021 y los años siguientes. Sin embargo, no es difícil comprender que las cosas habrían sido muy diferentes, sin el surgimiento de esta crisis sanitaria.
La política, la economía, el medio ambiente, la educación, el trabajo, los deportes, el entretenimiento. Cada aspecto de nuestras vidas se ha visto impactado. ¿Se imagina qué otros efectos ha tenido? ¿Cuán diferente sería su vida? ¿Qué habría hecho? ¿Qué habría dejado de hacer? Es un buen ejercicio para la imaginación. ¿Cómo habría sido para usted un 2020 sin pandemia?
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