La policía alemana allanó quince propiedades vinculadas a miembros de la organización climática Última Generación. Las autoridades argumentan sospechas de que estos activistas ayudan a financiar emprendimientos criminales, pero sin evidencias ni razonamientos convincentes. Un comportamiento muy parecido al de los cuerpos de seguridad de las autocracias y los regímenes iliberales.
Última Generación es una organización que busca crear conciencia sobre el cambio climático y la injusticia ambiental, dice su sitio internet. Sus métodos de desobediencia civil, como la profanación de obras de arte o el bloqueo de carreteras, a menudo generan indignación pública. En 2022, el grupo obstaculizó 276 carreteras en Alemania.
La Oficina de Policía Criminal del Estado de Baviera (BLKA) y la Fiscalía General de Múnich anunciaron que los allanamientos e investigaciones están relacionados con una serie de cargos presentados contra activistas del grupo desde mediados del año pasado. Precisaron que los agentes realizaron registros de propiedades en siete estados de Alemania, uno de los países más afectados por la guerra en Ucrania.
Siete sospechosos de entre 22 y 38 años están señalados de integrar o apoyar una organización criminal, aunque las autoridades dijeron que aún no ha habido arrestos. Supuestamente, dos de los sospechosos también planearon sabotear un oleoducto que une la ciudad bávara de Ingolstadt con el puerto de Trieste en Italia. El oleoducto se considera una pieza crítica de infraestructura en la región.
Los sospechosos están acusados de recaudar al menos 1,5 millones de dólares para financiar actividades delictivas. Las redadas policiales tuvieron lugar en los estados de Hesse, Hamburgo, Sajonia-Anhalt, Sajonia, Baviera, Berlín y Schleswig-Holstein. Unos 170 policías fueron desplegados en todo el país para la operación.
En las últimas semanas han paralizado el tráfico casi a diario en Berlín. Pegándose a importantes intersecciones y autopistas. En el último año también han atacado varias exposiciones y obras artísticas.
Investigan a la organización climática Última Generación
Las tácticas de la organización climática Última Generación han provocado fuertes críticas. El canciller, Olaf Scholz, dijo que creía que “es una completa locura pegarse a una pintura o en la calle”. Mientras representantes del Partido Verde, una formación ecologista que forma parte del gobierno alemán de coalición de Scholz, han dicho que las acciones del grupo son contraproducentes.
La pesquisa en Baviera se sumaba a otra investigación iniciada el año pasado por fiscales de Neuruppin, a las afueras de Berlín. Por las protestas ante una refinería de petróleo en el este de Alemania. Ese caso valora si los activistas de Última Generación han formado una organización criminal. Una designación que también sopesan autoridades regionales conservadoras, reseña The Associated Press.
La fiscalía dijo que los sospechosos están acusados de organizar y fomentar una campaña para “financiar más delitos penales” del grupo. Los cateos, acompañados de órdenes de congelar dos cuentas bancarias y otros activos, pretendían reunir pruebas sobre la estructura interna de Última Generación y su financiamiento. No se hicieron detenciones.
La organización climática reconoció que sus protestas son provocadoras, pero alegó que al provocar fricciones pueden fomentar el debate en la sociedad contra el cambio climático. “Redada nacional #completalocura” tuiteó el grupo. “Registros en grupos de cabildeo y congelación del dinero (de combustible) fósil del gobierno, ¿para cuándo?”, añadió.
Otro grupo activista climático, Extinction Rebellion, expresó su solidaridad con Última Generación. En un tuit, afirmó que el objetivo principal de las redadas con el argumento de que había una organización criminal era “desviar la atención de los auténticos criminales”.
Tiñen la Fontana di Trevi
Las investigaciones policiales contra miembros de la organización climática Última Generación se reprodujeron en Italia.
La Fiscalía de Roma también abrió una investigación contra nueve activistas climáticos que tiñeron con carbón vegetal el agua de la Fontana di Trevi en protesta por la crisis climática. Tras ser identificados y denunciados por la policía.
El monumento, uno de los símbolos de Italia en todo el mundo, no sufrió daños permanentes, según las autoridades locales. Sin embargo los activistas han sido denunciados por deteriorar el patrimonio cultural haciendo un uso ilícito del mismo, informaron medios locales.
La acción tuvo lugar en la mañana del domingo, cuando nueve activistas del colectivo «Ultima Generazione» contra el cambio climático tiñeron de negro las aguas de la monumental Fontana. Acto seguido entraron en su vaso y desplegaron una pancarta en la que exigían dejar de invertir en combustibles fósiles. Mientras los turistas que visitaban el monumento reaccionaban con abucheos.
Gracias a la «rápida» intervención de la policía, los activistas solo pudieron verter dos de los «numerosos» botes de tinte a base de carbón vegetal que llevaban consigo, explicó el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri.
«Según una primera verificación no hay daños permanentes porque la pintura negra acabó en el material impermeabilizado y no en el mármol por lo que debería ser posible limpiarla. El problema es cuando llega al mármol, que es poroso», ilustró el regidor según Efe.
Hace unas semanas, otro grupo del mismo colectivo tiñó de negro el agua de la Fuente de los Cuatro Ríos. Situada en la céntrica plaza Navona de Roma y diseñada en 1648 por el artista barroco Gian Lorenzo Bernini.
Así no hay quien viva en España
En España, un grupo de activistas, interrumpió la gala de los Premios de la Energía. En momentos en que participaba Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica y ante la presencia de dirigentes de las principales compañías energéticas del país.
“Teresa, ¿de qué lado estás? Esta gente nos roba”, se leía en la pancarta de uno de los activistas. Mientras otros protagonistas de la campaña de acción ‘Así no hay quien viva’, dispersaron humo y olores desagradables.
Lanzaron billetes de papel y, ataviados con caretas de Ignacio Galán, presidente de Iberdrola; Juan Sánchez-Calero, presidente de Endesa y otros líderes de las empresas energéticas presentes como Cepsa, Naturgy, Repsol o Sedigas.
Los activistas señalaron al oligopolio energético como principal culpable de la crisis climática y exigieron al gobierno que ”asuma su responsabilidad“. ”Hay un grupo de empresas, que podemos señalar con el dedo, que en una situación de inflación, bajo una sequía generalizada y con el abril más cálido desde que hay registros, siguen lucrándose y aumentando sus beneficios», denuncian fuentes de la campaña.
Las grandes energética han tenido un récord de beneficios este 2022, con 12.571 millones de euros. Un aumento del 42% respecto al año anterior.
Otros países europeos han estado salpicados por los activistas, semejantes a los de la organización climática Última Generación. En Ginebra, al menos 100 activistas climáticos irrumpieron la Convención y Exposición Anual de Aviación Comercial Europea (EBACE) en el Aeropuerto de la ciudad. Es la feria de venta de aviones privados más grande de Europa y la acción provocó el bloqueo del tráfico aéreo en la zona durante una hora.
Los activistas, de acuerdo con Greenpeace, provenían de 17 nacionalidades y pertenecen a diferentes organizaciones medioambientes. Entre ellas la misma Greenpeace, Stay Grounded, Extinction Rebellion, Scientist Rebellion.