A pesar de las decenas de miradas vigilantes que se posan sobre la Amazonía, la severa deforestación no cesa en esa valiosa extensión. Sigue solapada en la crisis sanitaria e incluso, acrecentada, con el apoyo de gobiernos y empresas. En estos meses difíciles, la desertificación ha ido en aumento en Brasil y las exportaciones de granos de soja a la Unión Europea se elevaron en 75%.
Mientras el globo se mantiene detenido y perplejo por la pandemia, la quema de bosques continúa en ese gran reservorio de biodiversidad. Ecologistas en Acción y Rainforest Foundation Norway lo han demostran en una investigación.
En el estudio recogen testimonios de los impactos del monocultivo de soja en la Amazonía y la sabana tropical de El Cerrado. Dos biomas con las mayores tasas de deforestación de Brasil. Este trabajo se realizó en la época en la que ocurrieron las queimadas, provocadas para cultivar a posteriori soja. De esta manera, expandir pastizales para la industria de la carne.
La investigación identifica la responsabilidad de la agroindustria en el incremento de los incendios ilegales y la violencia contra las comunidades locales. Así como de otros impactos como el acaparamiento de tierras, contaminación de agua y erosión del suelo, además de la irreversible pérdida de biodiversidad.
Las personas entrevistadas en los vídeos señalan como infractores a empresas multinacionales como Bunge y Cargill. Compradoras de la soja en las regiones devastadas de la Amazonía y El Cerrado y son los principales proveedores del producto en el mercado de la UE.
Los incendios forestales en Brasil han continuado sin importar las protestas sociales. La exportación de granos de soja a la Unión Europea, entre enero y julio de 2020 aumentó 75% en comparación con el mismo periodo de 2019, indicó la Asociación Brasileña de Industrias de Aceites Vegetales (Abiove). Mientras que la importación de torta de soja se incrementó en 2,23 %.
UE contribuye a la deforestación de la Amazonía
Otro estudio publicado por la revista Science afirma que al menos el 20% de la exportación de soja a la UE está relacionada con el uso ilegal de la tierra en la Amazonía. Y el 17% de la exportación de carne vacuna.
Aún así, los mercados europeos han elevado la compra de soja. En el caso de España, es el segundo importador de la UE de la soja brasileña. En 2019 la importación de soja fue de 544 millones de euros. La mayor parte se utiliza para la elaboración de piensos.
Los incendios siguen siendo uno de los factores que ha acelerado la degradación en la Amazonía y El Cerrado para luego, aupar plantaciones de soja y enviarlas a la UE. Además, el desmantelamiento de las políticas de protección ambiental y el apoyo gubernamental a la agroindustria.
El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) contabilizó 125.031 incendios forestales en Brasil, desde enero hasta el 12 de septiembre de 2020 el mayor registro desde 2010. Para el caso de la Amazonía en julio de este año se registró un aumento del 30 % comparado a 2019. En El Cerrado se elevó 6 %.
El monocultivo de soja agrava la crisis climática y destruye la biodiversidad. También afecta las comunidades campesinas e indígenas violando sus derechos humanos, refieren Ecologistas en Acción y Rainforest Foundation Norway.
La expansión de la frontera sojera ha implicado el desplazamiento y hostigamiento, tal y como documenta en su informe la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT). En 2019 se registraron 1.833 casos de violencia, 23 % más que en 2018 y la cifra más alta en los últimos cinco años. Datos de esta organización, solo los conflictos por la tierra afectaron la vida de 859.023 personas en Brasil.
Demandan al Gobierno español
Ecologistas en Acción, Greenpeace y Oxfam Intermón iniciaron este martes un litigio contra el Gobierno de España por inacción ante el cambio climático.
Argumentan que en una crisis sanitaria y socioeconómica sin precedentes, revertir los efectos del cambio climático es imperativo. “Los esfuerzos del actual Gobierno resultan insuficientes para cumplir con los compromisos internacionales adquiridos y para compensar la falta de acción de gobiernos previos”, advierten.
España es uno de los países europeos más afectados por el cambio climático, expresado por la Agencia Europea del Medio Ambiente.
El Gobierno ha incumplido la obligación prevista en el Reglamento (UE) 2018/1999, sobre la gobernanza de la Unión de la Energía y de la Acción por el Clima. Con ello, precisan, el Ejecutivo está vulnerando también los compromisos asumidos con la ratificación del Acuerdo de París. Y las recomendaciones del Panel Intergubernamental del Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC).
Manifiestan que el Gobierno establece un objetivo de reducción del 23 % de las emisiones en 2030, muy por debajo del referido compromiso internacional.
Además, hace tiempo que los más altos tribunales internacionales reconocen que las condiciones ambientales inadecuadas pueden socavar el disfrute efectivo de los derechos a la vida, a la salud, al acceso al agua o a los alimentos.
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