El esplendor de Versalles, Francia, fue el lugar escogido para la cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno europeos convocada para analizar la ofensiva militar rusa, sus impactos y nuevas sanciones dirigidas a remarcar el cerco económico al Kremlin. Después de dos días de discusiones, los líderes de la UE se mantienen cautelosos respecto a cortar la dependencia energética con Rusia. Aunque barajaron algunas opciones.
Mientras tanto, la ofensiva militar rusa redobla el asedio a la población de Mariupol, al sureste de Ucrania. Ahora desprovistos de agua, alimentos y calefacción con temperaturas bajo cero, consecuencia de los incesantes bombardeos , que alcazaron a tres hospitales, uno de ellos infantil y, una mezquita que albergaba a 86 ciudadanos turcos, incluidos 34 niños.
No es fácil desvincularse de los suministros energéticos de Rusia, tercer mayor productor de petróleo del mundo, detrás de Estados unidos y Arabia Saudita. De los 5 millones de barriles de crudo que exporta cada día, más de la mitad va a Europa. Además, la UE recibe cerca del 40% del gas de Rusia.
Analistas del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio estiman que la UE ha comprado combustibles fósiles a Rusia por valor de 9.000 millones de euros (10.000 millones de dólares) desde que invadió a Ucrania. La cifra sigue aumentando. En contraposición, EE UU anunció una prohibición total e inmediata de las importaciones de petróleo, gas natural licuado y carbón ruso. El Reino Unido, por su parte, las eliminará gradualmente para fines de 2022.
Hasta los momentos, la UE planea cortar en dos tercios las importaciones de gas ruso para finales de este año y cortar su dependencia de ese combustible en forma definitiva para 2030.
UE y su dependencia energética con Rusia
La Comisión Europea elabora planes para que el bloque disminuya su dependencia energética con Rusia y deje de importar combustibles fósiles del país agresor para 2027. Sin embargo, sus líderes aún no están de acuerdo sobre el ritmo del giro hacia otras fuentes de energía.
Al término de la cumbre en Versalles, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, hizo algunos anuncios. “A mediados de mayo, presentaremos una propuesta para eliminar gradualmente nuestra dependencia del gas, el petróleo y el carbón rusos para 2027, respaldado por los recursos nacionales y europeos necesarios”.
No obstante, la declaración final acordada por los 27 estados miembros no hace referencia a la fecha de finalización de 2027. Euractiv informó antes de la cumbre que Polonia abogaba firmemente por sanciones totales contra la energía rusa. Alemania, Hungría, Bulgaria y Finlandia se opusieron con igual contundencia dada su fuerte dependencia.
Al llegar a la cumbre, la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, dijo que era una situación muy difícil. «Por un lado, tenemos estas sanciones financieras que son muy duras. Pero por el otro, estamos comprando petróleo, gas y otros combustibles fósiles de Rusia», admitió.
A principios de semana, la CE pidió a los estados miembros reducir el uso de gas ruso en dos tercios este año e instó a la inversión en energías renovables, eficiencia energética y gas no ruso. La realidad es otra. El Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio confirmó que la UE ha comprado más combustibles fósiles a Rusia desde la invasión.
No hay tiempo que esperar
La viceministra de Medio Ambiente de Ucrania, Irina Stavchuk, reaccionó ante el comportamiento ambiguo. “Todos los días, la UE paga cientos de millones de euros al régimen de Putin por gas. Alimenta la capacidad de Rusia para continuar con la agresión. Por eso que hacemos un llamamiento a nuestros socios internacionales para que impongan un embargo sobre el petróleo y el gas de Rusia, la madera y otros materiales”.
Oleg Savitsky, de la ONG ecologista ucraniana Ecoaction, consideta que el año 2027 es demasiado tarde para “destetar” a Europa de los combustibles fósiles de Rusia. “Creo que lo que realmente importa ahora es una acción inmediata, no un plan para 2027. El ejército ruso está matando a mujeres embarazadas en Mariupol y disparando a los convoyes de evacuación. Sin importar los derechos humanos ni las leyes de la guerra”, subrayó.
En su declaración, los estados miembros del bloque acordaron eliminar gradualmente el uso de combustibles fósiles rusos «lo antes posible» e instaron a los líderes de la UE «acelerar la reducción de la dependencia energética general de los combustibles fósiles». Para la decisión, en Versalles se tomaron en cuenta «las circunstancias nacionales y las elecciones de los Estados miembros de su combinación energética» se agregó desde un borrador visto por Climate Home.
Durante las conversaciones, también adicionaron al texto «desarrollar un mercado de hidrógeno y proporcionar infraestructura de GNL». Para impulsar la seguridad energética del bloque, Von der Leyen señaló que la UE quiere que «llegue mucho más GNL» a sus costas. “Hagamos lo que hagamos con el gas licuado, los gasoductos algún día podrían utilizar como infraestructura para el hidrógeno. Es una transición perfecta”, añadió.
Cambio climático y conflicto, un mismo origen
La activista del gas de Global Witness, Tara Connolly, dijo que las opciones que maneja la UE para marcar distancia en la dependencia energética de Rusia mediante la construcción de terminales y gasoductos socavaría gravemente los planes de independencia energética que bloquean el costoso gas fósil que arruina el clima. “La idea de que las terminales de GNL se pueden convertir para importar hidrógeno es demostrablemente falsa”, puntualizó
Entretanto, la experta en hidrógeno de E3G, Eleonora Moro, le dijo a Climate Home que las tuberías a menudo necesitan actualizaciones costosas para transportar hidrógeno y que sus rutas a menudo difieren de las del hidrógeno.
La jefa de la delegación ucraniana ante el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), Svitlana Krakovska, subrayó que “el cambio climático y los conflictos tienen el mismo origen: los combustibles fósiles y nuestra dependencia de ellos. «No nos rendiremos en Ucrania, y también esperamos que el mundo no se rinda en la construcción de un futuro más armónico con el medio ambiente».