Con la misma fuerza que se propaga el coronavirus en el mundo también lo hacen los bulos y las cuentas falsas. Desde que este año estalló la crisis por el COVID-19, Twitter registró un aumento de perfiles, con un 23% más de usuarios que en el mismo lapso del pasado año.
Este trimestre, la red social promedia diariamente 164 millones de usuarios, un 8% más que entre los meses de octubre y diciembre, pero también ha retado a 1,5 millones de perfiles en las últimas dos semanas.
Se trata de cuentas sospechosas de manipular información y difundir mensajes tipo spam (no solicitados que generalmente son de publicidad), en conversaciones relacionadas con el virus. La empresa ha eliminado más de 1.100 tuits cargados de contenido engañoso.
Los gigantes tecnológicos del planeta están en la primera línea para enfrentar la pandemia y trabajan de la mano de la OMS (Organización Mundial de la Salud) para que no se difunda contenido erróneo.
En el caso de Twitter, cuando los algoritmos de la red social detectan comportamientos que generan suspicacias, la empresa busca confirmar si detrás del mensaje está una persona real. El reto implica buscar respuestas a algunas interrogantes.
“No suspenderemos permanentemente ninguna cuenta basándonos únicamente en nuestros sistemas automatizados”, señala. También están muy pendientes de las denuncias de los usuarios. Pero al final son los equipos humanos los que tienen la última palabra.
¿De dónde salen las mentiras?
Durante la crisis, la empresa con sede principal en San Francisco (Estados Unidos) ha ampliado el concepto de “definición del daño” en relación con el contenido sobre el coronavirus, de manera de eliminar los mensajes que puedan poner en riesgo la salud o el bienestar de las personas.
Contenidos que vayan en contra de las recomendaciones de la OMS y especialistas, nieguen datos científicos o desmientan información veraz sobre el coronavirus SARS-CoV-2 se descartan de forma inmediata.
La pregunta es que hay detrás de los bulos o de la desinformación a través de las redes sociales. La respuesta es buscar imponer un discurso utilizando todo tipo de herramientas como soluciones intermedias. Los hay de bando y bando. Y todo a un precio.
«Que la manipulación ha existido y existirá en Twitter siempre es un hecho. Qué actualmente hay una ofensiva más que evidente por parte de la ultraderecha, también. Usan tanto técnicas de automatización como otras con base en ‘decks’ (grupos que controlan un número determinado de cuentas y que permiten que los miembros del grupo las usen todas), ‘bots’, etc.», afirmó Marcelino Madrigal, un experto en análisis de redes.
Asegura que se ven «perfectamente» los comportamientos automatizados. «Todo esto también lo ve Twitter sin lugar a dudas, sin embargo, el por qué no aplica sus normas para evitarlo deberían explicarlo ellos», reseñó El Confidencial.
Ha hecho referencia a la manipulación presente en la red social con sede principal en San Francisco, Estados Unidos. “Hacía tiempo que no veía algo así: ‘decks’, ‘pods’, ‘bots’, ‘sockpuppets’, ‘fake accounts’… Twitter ha perdido el control. Lo triste es que esto lo puede hacer cualquiera por muy poca pasta».
Evitar la desinformación
Para Mari Luz Congosto, otra especialista en análisis de redes, señala que la creación de perfiles falsos ocurre tanto para apoyar a la derecha como a la izquierda.
“Estoy estudiando casos puntuales para entender cómo funciona. Tengo millones de tuits, pero es muy difícil definir un criterio para ver lo que pasa».
Al igual que Madrigal coincide en la organización, de bando y bando, para crear granjas de perfiles falsos a la hora de usar robots y otro tipo de cuentas.
“Invirtiendo muy poco dinero y consiguiendo impactar a la gente que necesitas puedes mostrar tu mensaje como mayoritario y conseguir marcar la agenda. Un buen termómetro de ello son los ‘trending topics’ diarios. Todos luchan por conseguir que su ‘hashtag’ sea el que está más arriba. Pero no todo es tan simple”, señala El Confidencial que más adelante se refiere al crecimiento de opinadores que simpatizan con VOX, que por cierto en los últimos días ha estado de nuevo en el centro de la polémica por manipular digitalmente una foto de la Gran Vía y llenarla de ataúdes.
Los españoles están haciendo muchas imágenes de manera espontánea.
Esta retrata perfectamente el dolor de esta tragedia que el Gobierno y sus satélites mediáticos pretenden ocultar. pic.twitter.com/BlBK4zCozO
— vox_es (@vox_es) April 6, 2020
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