Una vez más Twitter haló las orejas al presidente de los Estados Unidos, al indicar que el contenido de un tuit del mandatario era “apología de la violencia”. Sin embargo, a pesar de que el mensaje violaba las reglas de la empresa decidió dejar público el mensaje por ser de interés.
Este jueves Donald Trump usó la red social para referirse a las protestas que ocurren en Minneapolis después de la muerte de George Floyd a manos de un policía blanco. Señaló lo siguiente:
«Estos matones están deshonrando la memoria de George Floyd, y no permitiré que eso ocurra. Acabo de hablar con el gobernador Tim Walz y le dije que los militares están con él… Cualquier dificultad y asumiremos el control, pero cuando comienza el saqueo, comienzan los tiros”.
Esas últimas palabras del mensaje llevaron a Twitter a afirmar que se habían incumplido las reglas relativas a “glorificar la violencia”, porque podía entenderse como una incitación a las fuerzas de seguridad a instaurar el orden. La medida de la empresa es para prevenir que otros se sientan «inspirados a cometer actos de violencia”.
La orden ejecutiva de Trump
La red social había puesto esta semana en duda la veracidad de dos tuits de Trump en el que afirmaba que las papeletas de votación por correo para las elecciones de noviembre no eran confiables. Twitter los calificó de “sin fundamentos” y fue la primera vez que utilizó la herramienta de valoración de hechos.
Lo sucedido llevó al mandatario a firmar una orden ejecutiva dirigida a empresas de redes sociales que tiene el objetivo de «defender la libertad de expresión de uno de los mayores peligros a los que se ha enfrentado nunca Estados Unidos«.
«Un pequeño grupo de monopolios de redes sociales controla una gran parte de las comunicaciones privadas y públicas en Estados Unidos. Tienen poder para censurar, restringir, editar y alterar cualquier tipo de comunicación entre ciudadanos privados y grandes audiencias», manifestó.
La medida de Trump busca que los reguladores reinterpreten una ley de 1996 que protege a páginas web y empresas tecnológicas de ser demandadas, por no ser legalmente responsables del contenido que publican sus usuarios.
Antes de la firma expresó que Twitter está tomando decisiones editoriales: «En ese momento deja de ser una plataforma pública neutral y se convierte en un editor con un punto de vista. Y creo que podemos decir lo mismo de otros, ya se trate de Google o de Facebook y quizás de otros».
Reconoció, sin embargo, que será difícil avanzar en esa reforma a menos que intervenga el Congreso.
Una acción sin fundamento legal
De acuerdo con las notas de Reuters, las agencias federales deben aclarar el alcance de la ley conocida como Sección 230, pero según algunos juristas no está claro si la Comisión Federal de Comunicaciones aceptaría la opinión de Trump sobre el artículo 230 en el proyecto de decreto.
“Incluso si lo hace, las regulaciones de la agencia no tendrán ningún efecto legal vinculante para los jueces, que son los que realmente tienen algo que decir sobre la ley”.
Algunos especialistas han adelantado que el análisis de la Sección 230 del decreto de Trump contradice las decisiones de los tribunales que ya han interpretado la ley y concluyen que proporciona una amplia inmunidad.
Daphne Keller, una experta en leyes de Internet de la Universidad de Stanford, dijo que lo de Trump “es 95% teatro político y retórica sin fundamento legal”. Asimismo, Marc Randazza, un abogado especializado en la Primera Enmienda, dijo que está de acuerdo con las preocupaciones de Trump sobre la censura, pero reconoció que gran parte del decreto no conduciría a reformas reales.
“Creo que es más una declaración de liderazgo, o una declaración de misión, más que un plan para cualquier cosa que realmente vaya a suceder”.
Kate Klonick, profesora de derecho de Internet en la Universidad de St. John, expresó que “gran parte del decreto es una fanfarronada. Básicamente deja de lado 25 años de precedentes judiciales”.
La sección 230 contiene una disposición que permite a plataformas como Twitter y Facebook retirar o restringir el acceso al material que determinen “de buena fe” que sea lascivo, excesivamente violento, acosador o de alguna otra manera censurable.
Facebook se distancia de Twitter
El fundador y jefe de Facebook, Mark Zuckerberg, dijo que tenían una política diferente a la de Twitter. “No creo que Facebook o las plataformas de Internet, en general, deban ser árbitros de la verdad. Creo que es una línea peligrosa, en términos de decidir qué es verdad y qué no”.
Hasta ahora, Facebook exime a las publicaciones y anuncios políticos de su programa de verificación de hechos. También se ha negado a limitar la publicidad política dirigida, lo que sí ha ocurrido con otras plataformas.
Antes de la firma de la orden ejecutiva, el consejero delegado de Twitter, Jack Dorsey, indicó que la compañía “continuará advirtiendo sobre la información incorrecta o controvertida sobre las elecciones a nivel mundial”. También aclaró que “esto no nos convierte en un ‘árbitro de la verdad”.
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