En medio de una ola de calor extremo y de prolongada sequía, Turquía enfrenta una avalancha de incendios forestales, los peores en una década. En una semana se han reportado unos 8 muertos, centenares de heridos y más de 170 siniestros en 30 provincias. La mayoría en las costas del Mediterráneo y el mar Egeo. Grecia, igualmente, es azotada por fuegos de gran magnitud y daños importantes.
El Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales señaló que más de 136.000 hectáreas se han quemado en suelo turco, aproximadamente 3 veces el promedio de todo un año.
El fuego ha destruido bosques, viviendas, infraestructuras y miles de cabezas de ganado. Temperaturas superiores a los 45 grados, la baja humedad y los vientos dificultan las tareas de los bomberos y de las organizaciones de salvamento y protección ciudadana.
Preocupa especialmente la situación en la provincia de Mugla, donde las llamas podrían alcanzar dos plantas de energía térmica.
Los turistas hospedados en Antalya, Mugla y Marmaris abandonan la región en coches y barcos. La situación está poniendo a prueba el liderazgo de Recep Tayip Erdogan.
Las autoridades investigan las causas del fuego y «no descartan un sabotaje kurdo». Pero los expertos consideran que los incendios son consecuencia de las altas temperaturas que afectan la región y de acciones individuales puntuales.
Turquía asolada por terribles incendios
Los incendios en Turquía están generando otra ola, pero de descontento de la población en contra del gobierno. Los funcionarios de Erdogan admitieron que no contaban con una flota de aeronaves contra incendios y que los aviones existentes no estaban en condiciones.
En algunas localidades, el fuego ha avanzado durante varios días sin que los equipos de extinción de incendios llegaran. En otras, han sido los vecinos los que se han organizado de forma espontánea para organizar la evacuación.
Partidos de oposición acusaron al gobierno de Recep Tayyip Erdogan de no conseguir aviones contra incendios y de desviar los fondos a proyectos de construcción dañinos para el medio ambiente.
El Ejecutivo también fue acusado de poner en peligro los esfuerzos de extinción al rechazar la ayuda de países como Grecia en los primeros días de incendios. El ministro de Agricultura y Bosques, Bekir Pakdemirli, rechazó la acusación. Dijo que el gobierno solo había declinado las ofertas de aviones con capacidad de cargar menos de cinco toneladas de agua.
La embajada israelí señaló que Tel-Aviv había ofrecido ayuda y que las autoridades turcas rehusaron la oferta argumentando que la “situación está bajo control”. «La oferta sigue en pie», subrayó.
Varios alcaldes difundieron videos en internet en los que reclamaban medios aéreos para combatir los incendios en sus términos territoriales. La campaña provocó una airada respuesta de un importante colaborador de Erdogan, Fahrettin Altun, que dijo que “Nuestra Turquía es fuerte. Nuestro estado se alza fuerte”.
Crisis climática y quema de carbón
Greenpeace sostiene que la principal razón de los incendios forestales de Turquía son las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial y regional. Y la vulnerabilidad de los bosques es resultado de los aumentos de temperatura.
La organización ecologista advierte que una de las causas de los incendios forestales es la crisis climática y la quema de carbón que la intensifica. En el caso de Turquía, además de la aniquilación de los bosques, las pérdidas humanas y los impactos en la fauna, está el peligro de la central térmica de Kemerköy.
Greenpeace considera que en Turquía hay un desastre climático. “Es el punto de ruptura en la historia de los incendios forestales en el país.Turquía obtiene cerca del 35% de su electricidad quemando carbón y tiene un exceso de suministro eléctrico muy grave. Ahora debería considerar la posibilidad de dejar el carbón lo antes posible para evitar eventos mayores”.
En cuanto a la central térmica de Kemerköy, Greenpeace observa varios riesgos asociados a los incendios. Uno es el hidrógeno utilizado para enfriar el generador en la planta, que se guarda en un tanque. Se ha dicho que se cavó una zanja con topadoras para evitar que el fuego llegara a este punto. Se afirma que los camiones de bomberos y los rociadores se mantienen listos para la intervención.
Atenas, incendios y olas de calor sin precedentes
Los incendios de Turquía se han replicado en Grecia. Desde el miércoles hay fuego cerca de Atenas y en la isla de Eubea, en medio de una ola de calor sin precedentes. Con temperaturas medias de 45 grados y un récord en el norte del país, donde el termómetro marcó 47,1 grados.
Los incendios se han focalizado en la zona de Varibobi, que se extendió por la antigua Villa Olímpica, y la zona de Tatoi (que incluye la antigua finca real) y Ajarnés.
“Las dificultades aún están por delante, tendremos todavía días de intenso calor y viento”, dijo el primer ministro griego, Kiriakos Mitsotakis. Por su parte, el viceministro de Protección Civil, Nikos Jardaliças, indicó que solo quedaba un frente con llamas de los cuatro reportados.
Precisó que en total, 17 casas y 27 empresas y comercios han sufrido graves daños, unos 18 en forma parcial. “Las condiciones climáticas son extremas. Debemos permanecer en alerta y evitar cualquier actividad que pueda provocar un incendio”, insistió.
Las causas del fuego no están claras. Se presume que el detonante fue la explosión de un poste eléctrico que no resistió la tensión que está registrando la red, a causa de las altas temperaturas.
Grecia transita por la peor ola de calor de los últimos 40 años. A lo que se añaden vientos que alcanzan fuerza 6 en la escala Beaufort, 2 ingredientes que se suman a las malas condiciones de la red eléctrica.