TEXTO LEA VÉLEZ / ILUSTRACIÓN NICOLÁS AZNÁREZ
04/07/2016
Cambio16 publica cada mes un relato para cerrar la edición de papel. Esta historia la firma Lea Vélez, escritora y guionista.
LUNES
“Tienes que empezar tu diario”, “tienes que empezar tu diario”, me dice mamá. Yo estoy aburrido de escucharla, aburrido del diario y aburrido de todo lo que lleve de apellido la palabra “cole”, la palabra “venga”, la palabra “vamos” o la palabra “deja de jugar a Minecraft”… pero la profesora ha mandado deberes y los deberes son escribir un diario.
Hoy mi hermano estaba coloreando un oso panda y mamá le dijo:
—Cariño, te está quedando muy bonito, pero no te salgas de la raya.
Él se mosqueó muchísimo:
—¡La raya, la raya! ¿Se puede saber qué os pasa a los adultos con la raya?
Mamá se rió, pero la cosa no está para bromas. Los niños odiamos la raya y odiamos colorear osos panda, mariposas o guitarras. Los adultos se creen que nos gusta, pero no. Yo no sé cuántos osos panda habré coloreado en mi vida. Nunca son corazones con sus arterias, ni pulmones rodeados de costillas, los músculos de la lengua o los huesos del oído. Nunca son cosas chulas. Nunca.
MARTES
Me llamo Raúl y tengo seis años. Mi papá se murió hace muuuchos años, lo menos dos años, pero en mi casa hablamos tanto de él que es como si fuera un papá fantasma. Escribo de esto porque hoy tocaba dibujar la tarjeta de felicitación para el día del padre. Lucía tampoco tiene papá, así que ella se la dibujó a su abuelo porque se lo dijo la profesora. La profe me dijo a mí que yo podía hacérsela al tío Ricardo y yo le dije que no. Le dije que yo tengo un papá, pero que papá vive sólo en mi cerebro. También le dije que en los cerebros más pequeños caben las personas más grandes.
MIÉRCOLES
Hoy vimos una peli que nos chifla: La princesa prometida. Mi hermano quiere ser Íñigo Montoya. Es un espadachín español que lleva años y años y años buscando al hombre de seis dedos que mató a su padre. Cuando lo encuentre le piensa decir: “¡Mi nombre es Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir!” Al final de la peli, lo encuentra y se baten en duelo, y mi hermano y yo estuvimos jugando y riendo con las espadas de mosquetero y gritando entre carcajadas: “¡Mi nombre es Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir!”
JUEVES
Estoy hasta las narices de colorear este oso panda. ¿En serio? ¡¿Otro puñetero oso?! He tirado el lápiz, muerto de rabia y le he dicho a mi hermano:
—¿Por qué nos obligan a esto?
—Porque lo dice la sociedad.
—¿Pero para qué sirve? ¡¿Para qué sirve colorear?!
—Pues para aprender a hacer cosas aburridas.
—¿Y por qué tenemos que aprender hacer cosas aburridas?
—Porque los adultos tienen que hacerlas todo el rato.
VIERNES
Hoy cenamos macarrones. A mi hermano no le gustan. Él prefiere hablar con mami de cosas como los planetas, las placas tectónicas o los inventos:
—Mamá, ¿quién inventó el cigarrillo?
—El tabaco se ha usado desde hace miles de años. Tribus remotas usaban pipas, liaban hojas, mascaban tabaco… Fumar es algo que hace la tribu. ¿Por qué quieres saberlo, cielito?
Mi hermano sonrió mucho y dijo:
—Para ponerme delante del hombre que inventó el cigarrillo, sacar mi espada y decirle: ¡Mi nombre es Javier Martín, tú mataste a mi padre, prepárate a morir!
Y este es el fin de mi diario. Mi mamá me ha corregido las faltas y las comas y, luego, me ha comprado un juguete de Star Wars de LEGO. Ahora ya soy un niño feliz.
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