Por Miriam Burgués (Efe)
05/08/2016
Las últimas encuestas sobre la contienda por la Presidencia de EEUU reflejan el impacto de la mala semana que ha tenido el candidato republicano, Donald Trump, protagonista de varias salidas de tono y desencuentros con líderes del partido, aunque su campaña niega estar atravesando una crisis.
El sondeo más reciente de la cadena conservadora Fox otorga a Trump un apoyo a nivel nacional del 39 % frente al 49 % de su rival demócrata por la Casa Blanca, Hillary Clinton. En la misma encuesta de finales de junio la diferencia entre ambos era de seis puntos, con un 44 % para Clinton y un 38 % para Trump.
De acuerdo con otros sondeos divulgados en las últimas horas, Clinton también lidera con ventaja en los estados clave de Pensilvania (11 puntos por encima de Trump), New Hampshire (15 puntos) y Michigan (9 puntos). «El apoyo al señor Trump está ahí», defendió su jefe de campaña, Paul Manafort, en una entrevista con la cadena ABC en la que resaltó que, en pleno mes de agosto, el candidato congregue a miles de personas en los mítines que dio en Florida.
Durante esos mítines, el propio magnate aseguró que su campaña está «más unida que nunca» y que lo están haciendo de una forma «increíble». «Normalmente las campañas no comienzan hasta septiembre», insistió Manafort, al subrayar que Trump es el único candidato que ofrece «un cambio real» y que eso es precisamente lo que reclama la mayoría de los estadounidenses.
Por primera vez en este ciclo electoral, el multimillonario logró en julio acercarse a las cifras de recaudación de Clinton, gracias sobre todo al aumento de las pequeñas donaciones. Según divulgó esta semana la campaña del magnate, en julio se llegó a los 80 millones de dólares frente a los 90 millones que sumó la candidata demócrata.
Tanto Trump como sus colaboradores más cercanos están negando que la campaña esté en crisis o sumida en el caos, ante las informaciones sobre el aumento de la frustración y el enfado entre muchos líderes republicanos a causa de las actitudes erráticas e impredecibles del magnate. Se habla también de un plan de «intervención» de varias figuras del partido, entre ellas el presidente del Comité Nacional Republicano (RNC), Reince Priebus; el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani y el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich para persuadir a Trump de que dé un giro radical a su campaña y se centre solamente en atacar a Clinton.
Varios medios han señalado que altos funcionarios del partido están explorando incluso cómo reemplazar a Trump si el magnate renuncia a la candidatura presidencial, un proceso contemplado en las reglas del Comité Nacional Republicano (RNC) y que estaría en manos de los 168 miembros de ese organismo.
No obstante, no existe ningún mecanismo para forzar al candidato a renunciar a la nominación y, hasta ahora, Trump no ha dado ninguna señal de estar pensando en abandonar la carrera por la Casa Blanca.
Jason Miller, alto asesor de comunicaciones de Trump, ha calificado todas esas informaciones de «estupidez procedente de Washington o de la campaña de Clinton». Trump ha protagonizado sucesivas polémicas desde el inicio de su campaña, en junio de 2015. Pero su enfrentamiento con los padres musulmanes de un soldado estadounidense muerto en Irak y su negativa a respaldar al presidente de la Cámara Baja, Paul Ryan, que se enfrenta a elecciones primarias en su estado de Wisconsin este mes para renovar su escaño, parecen haber agotado la paciencia de varios líderes del partido.
Sobre la polémica con el líder de la Cámara Baja, Manafort argumentó que la campaña considera que es mejor que el candidato no se involucre en las primarias estatales y que «por supuesto» que Trump trabajará con Ryan, al igual que está «tratando de unir al partido». Mientras, en una entrevista con una emisora local de Wisconsin, Ryan dijo que los ataques de Trump a los padres musulmanes del soldado fallecido son algo «totalmente inaceptable», pero reafirmó su apoyo al magnate como candidato del partido.
«Él (Trump) ganó los delegados» y las primarias republicanas de forma «justa. Es así de simple», argumentó Ryan. No obstante, el presidente de la Cámara de Representantes dejó la puerta abierta a retirar en un futuro su apoyo a Trump si lo considera necesario.