Por Andrés Tovar
04/10/2017
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Durante su primera visita a Puerto Rico después de que fue azotada por dos monstruos huracanes, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lanzó paquetes de toallas de papel y linternas a una multitud ansiosa y se mostró poético sobre los esfuerzos de su administración para ayudar a la isla.
También recordó a los puertorriqueños lo mucho que la recuperación ha costado a los Estados Unidos varias veces.
«Odio decirle, Puerto Rico, pero usted ha lanzado nuestro presupuesto un poco fuera de control porque hemos gastado mucho dinero», dijo a los funcionarios de la isla y personal de emergencia federal durante una reunión informativa televisada poco después del aterrizaje . «Pero esta bien. Hemos salvado muchas vidas.
.@realDonaldTrump entrega suministros durante su visita a la isla. #TrumpPuertoRico #huracánMaría pic.twitter.com/aAsND3HRd6
— El Nuevo Día (@ElNuevoDia) 3 de octubre de 2017
¿Fue parte de la campaña del presidente estadounidense para corregir lo que él llamó las «noticias falsas» que su respuesta a la devastación de la isla fue lenta? ¿O una expresión de rencor presidencial por tener que gastar ese dinero en Puerto Rico, en lugar de, digamos, en un muro fronterizo?
Es imposible saberlo. Lo que estaba claro es que, de manera habitual, Trump hizo su resúmen. «Nuestro país ha puesto realmente todo para ayudar. No sólo es peligroso, es caro, pero considero que es un gran honor «, dijo en otro momento.
Incluso cuando estaba agradeciendo a los funcionarios puertorriqueños, fue por apoyarlo y alabarlo. «Ni siquiera es de mi partido y empezó desde el principio apreciando lo que hicimos», dijo Trump sobre el gobernador puertorriqueño Ricardo Rosselló. «Nos estaba dando los grados más altos, y en nombre del país quiero darle las gracias», dijo sacudiendo la mano.
En (su) defensa
Trump sugirió que con solo 16 muertes oficialmente atribuidas a la tormenta hasta el momento, la respuesta federal es significativamente más eficaz que la de la Administración de George W. Bush tras el huracán Katrina que arrasó EEUU en 2005.
Más tarde incitó a la única representante de Puerto Rico en el Congreso, Jenniffer González –que no tiene voto- a repetir para las cámaras todas las «cosas buenas» que ya le había dicho a Trump.
«No se trata de mí», aseguró a su audiencia. «Se trata de estas personas increíbles -que han participado en los rescates- desde el ejército, a FEMA, los primeros activos». En otras palabras, se trataba de su administración, cuyos miembros desfiló a las rondas de aplausos.
También se tomó un momento para felicitarse por el incalculable logro de recortar los costos de los contratos federales de los aviones F-35, «algo que otras administraciones nunca hubieran hecho, qué puedo decirles», zanjó.
Pero en medio de todo eso, él tenía pocas palabras de consuelo para las víctimas del huracán. Aparentemente, la razón fueron todos estos recursos desplegados.