POR CAMBIO16
09/09/2017
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido este viernes prolongar por un año el embargo comercial de su país contra Cuba.
El embargo, que debía concluir el próximo 14 de septiembre, seguirá en vigor hasta el 14 de septiembre del próximo año.
Esta decisión «corresponde a los intereses nacionales» de Washington, explica el mandatario en un memorando en el que informa de la medida.
El embargo a Cuba, que fue impuesto por EEUU en 1960 y llegó a ser casi total dos años después, es el más prolongado de la historia moderna. En 2014, el entonces presidente de EEUU, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro, acordaron empezar a mejorar las relaciones entre ambos países, momento a partir del cual la Casa Blanca comenzó el levantamiento de su bloqueo a La Habana.
Sin mejoras
El pasado mes de agosto ambos países protagonizaron un enfrentamiento diplomático, después de que varios diplomáticos norteamericanos vieran afectada su capacidad auditiva, supuestamente por unos dispositivos sónicos instalados en sus residencias por agentes del Gobierno cubano, según la Administración Trump, que culpó de lo ocurrido al Ejecutivo de Raúl Castro. A raíz de aquello Washington solicitó a dos integrantes de la Embajada de Cuba en Washington que abandonaran el país.
Por su parte, el Ministerio cubano de Exteriores calificó la medida de EEUU de «injustificada e infundada» y enfatizó «categóricamente» que el país isleño «jamás ha permitido ni permitirá» que su territorio se emplee para «cualquier acción en contra de funcionarios diplomáticos acreditados ni sus familiares, sin excepción».
Previamente, en junio de este año, Trump anunció lo que la cobertura mediática mundial ha enfocado como una nueva política dramática hacia Cuba durante un discurso frente a una multitud en la Pequeña Habana de Miami. “A partir de ahora” dijo Trump, “estoy cancelando el acuerdo completamente unilateral de la última administración con Cuba”.
Bajo la nueva política, los estadounidenses ya no estarían autorizados para planificar sus propios viajes privados, individuales “educativos” a Cuba, y los que van como parte de viajes en grupo autorizados estarán sujetos a normas más estrictas, precisó el New York Times. Y las empresas y ciudadanos norteamericanos también tendrán prohibido hacer negocios con las empresas controladas por los servicios de inteligencia o de seguridad militar cubanos