Los equipos de Donald Trump y Joe Biden comenzaron los trámites para la transición del poder. Mientras, la opinión pública se mantiene atenta a la formación del equipo de gobierno demócrata. Y, a las acciones que podría ejercer Trump para concretar su denuncia de fraude en estados definitorios. El 8 de diciembre se perfila como la fecha clave.
A Trump se le ve relajado. Apareció con su esposa Melania y el resto de su familia en los jardines de la Casa Blanca. Pasó un buen rato y bromeó en el tradicional indulto del pavo, que precede el Día de Acción de Gracias. El presidente continúa su agenda sin dejar de lado su denuncia de fraude en las elecciones. Cedió en la transición, pero no en la pelea que dará en los tribunales.
Su abogado Rudy Giuliani encabezará en el histórico sitio de Gettysburg, Pensilvania, una audiencia” sobre acusaciones de irregularidades. Lo acompañarían legisladores estatales republicanos. Inclusive, se ha asomado la posibilidad de que Trump se haga presente. El encuentro sería en un hotel, no en el capitolio estatal.
El exalcalde de Nueva York igualmente resalta en las redes sociales las incongruencias en el conteo de votos de algunos estados. Y promete desvelar otros casos al margen de la legalidad.
En el complejo proceso electoral de ese país, cada estado tiene sus propias normas, pero la ley federal establece una fecha común para finalizar los recuentos. El 8 de diciembre. Fecha que también se conoce como safe harbor (puerto seguro) porque allí deben anclar todos los resultados de las autoridades electorales de cada estado. Es una jornada que debería transcurrir sin novedad. Sin embargo, ante la insistencia de Trump y sus aliados de denunciar fraude, podría haber alguna sorpresa en la medición con Biden, especialmente en torno al cuestionado voto por correo. En algunos estados donde el Partido Republicano controla la legislatura estatal, podría no aceptar como válidos los resultados. De ocurrir algo, la historia sería otra y estaría por escribirse.
Si transcurre sin alteraciones, estos resultados certificados, pasarán a otra instancia. Será el 14 de diciembre, cuando los Colegios Electorales se reúnan en cada capital de estado para oficializar su voto.
Trump–Biden, un camino de tensiones
Desde antes de las elecciones, Trump manejaba la posibilidad de un fraude. Los medios estadounidenses han hecho un seguimiento diario de los escrutinios y se han detenido a pulsar la opinión, los números y los procedimientos de los estados más polarizados. Pero en Nevada, Michigan, Georgia, Pensilvania, y Arizona, por citar los más emblemáticos, se los reconteos favorecen a Biden. Sin embargo, son también los estados con un historial más negro en cuanto a la limpieza de las elecciones. Trump obtuvo 74 millones de votos, casi 10 millones de votos más de los 63 millones que le dieron la victoria en 2016 sobre Hillary Clinton.
¿Qué ha hecho Trump en este tiempo? Conocida la ventaja de su adversario político, el presidente se ausentó de las actividades públicas, no así de sus redes sociales. Allí se mantuvo activo y desafiante. Día por día, hasta la fecha, no deja de cuestionar los comicios. Fiel a su estilo controversial y bravucón. «Gané las elecciones. ¡Fraude al votante en todo el país!», “Aquí, trabajando duro para limpiar el hedor del engaño de las elecciones de 2020!”, “Está cantado, hubo fraude”, han sido algunos de los múltiples mensajes en su Twitter.
Algunas piezas por mover en el tablero político
Son muchas las conjeturas que se tejen sobre el desenlace del match Trump-Biden y las posibles piezas que le faltarían mover al presidente para obtener la reelección. Así, podría frenar el proceso de certificación de votos en el mayor número de estados posible, a través de demandas. También animando a funcionarios republicanos que objeten el resultado.
Otra opción sería convencer a las legislaturas controladas por los republicanos en estados donde Biden ganó de manera ajustada para que descarten los resultados del voto popular por fraude generalizado. Asimismo podría promover que la legislatura otorgue los votos del Colegio Electoral de ese estado, que son emitidos por los llamados electores el 14 de diciembre, a Trump en lugar de a Biden.
No obstante estas alternativas que lucen poco probables ante los hechos y la fuerte presión del estatus comunicacional contra Trump. Se desconoce si Trump tiene una baraja en la manga que neutralizaría el devenir. Por lo pronto, Biden ha sido reconocido por jefes de Estado y presidentes de gobiernos y afina sus primeras decisiones, especialmente su equipo de gobierno.
Inclusive, el mismo Trump autorizó a que Biden recibiera el informe confidencial realizado por la comunidad de inteligencia del país para los funcionarios de más alto rango del gobierno. Como es de esperarse, si Trump no sale victorioso en los tribunales, entregará el poder a Joe Biden el 20 de enero de 2021. Otra historia será 2024, pero seguimos en 2020. Todavía.
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