El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, canceló este jueves de manera abrupta la reunión que había acordado sostener con su par ruso, Vladimir Putin, en el marco de la cumbre del G-20 en Buenos Aires.
El Ejecutivo estadounidense había advertido recientemente sobre esta posibilidad, al manifestar su rechazo al conflicto actual que mantiene Moscú con la ciudad de Kiev por la captura de tres barcos ucranianos en el mar de Azov.
El hecho desencadenó la reacción de los líderes de la Unión Europea. Altos representantes del bloque calificaron la acción de Rusia de «inaceptable». Por otra parte, algunos de los estados miembros analizan la imposición de nuevas sanciones contra la nación liderada por Putin.
Trump había mencionado que no le gustó «para nada esa agresión» y «puede que no tenga la reunión». A un día del inicio de la cumbre, el mandatario confirmó la decisión a través de su cuenta en Twitter.
«Basándose en el hecho de que los barcos y los marineros no han sido devueltos a Ucrania desde Rusia, he decidido que sería mejor para todas las partes interesadas cancelar mi reunión previamente programada en Argentina con el presidente Vladimir Putin», escribió Trump.
Based on the fact that the ships and sailors have not been returned to Ukraine from Russia, I have decided it would be best for all parties concerned to cancel my previously scheduled meeting….
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 29, 2018
Moscú esperaba el encuentro
Apenas horas antes de la confirmación del líder norteamericano, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, había expresado que la reunión entre Trump y Putin seguía en pie.
El representante ruso indicó que Moscú estaba al tanto de las declaraciones del mandatario estadounidense, pero no habían recibido ningún comunicado oficial desde Washington. Por tanto, el encuentro continuaba en preparación.
«No tenemos que estar de acuerdo en todos estos temas, dado que es probable que esto sea imposible. Pero tendremos que hablar, ya que esto no solo beneficia a nuestros dos países, sino a todo el mundo», declaró Peskov.
Al cierre de esta nota, el portavoz del Kremlin no había anunciado su reacción ante los nuevos comentarios de Trump.
Cierre de comercios
En medio de una Argentina agitada por las manifestaciones realizadas en los últimos días, las autoridades del país buscan mantener la seguridad para recibir a los líderes mundiales que se darán cita este viernes y sábado.
Por una parte, se encuentra la molestia del sector comercial por la orden de suspender las actividades durante ambos días, una medida dictada desde el Gobierno que aconsejó a todo el que no esté involucrado en el G-20 abandonar la ciudad durante el fin de semana.
«Son dos días de trabajo que se pierden y nadie se hace cargo. Los impuestos hay que pagarlos, los salarios hay que pagarlos, estamos en el último mes del año», se quejó Fernando Garzón, encargado de un café en las cercanías del Teatro Colón, donde se reunirán los mandatarios.
«Recomendamos a los porteños -como se denomina a los ciudadanos de la capital- que se vayan de la ciudad de Buenos Aires. Que disfruten del fin de semana largo», dijo Patricia Bullrich, ministra de Seguridad.
Protestas
Asimismo, se han registrado protestas por parte de activistas «anticapitalistas» y organizaciones de izquierda que se oponen a la celebración de la cumbre.
A pesar de estas manifestaciones registradas en los últimos días, Bullrich afirmó que Buenos Aires está lista para el G-20 y cuenta con 20.000 oficiales de policía desplegados para asegurar la paz.
La preocupación de las autoridades también aumentó luego de un hecho violento en las afueras de un estadio de fútbol durante el fin de semana pasado que ocasionó la suspensión de la final de la Copa Libertadores.
«Habrá muchas zonas vedadas porque las medidas de seguridad son muy fuertes. Y las decisiones para actuar ante esa violencia serán inmediatas», advirtió Bullrich.
Con información de Reuters.
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