En una serie de tuits este lunes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, condenó la protesta del domingo que los grupos que generaron desórdenes llamaron el “Día de la Ira de los Pueblos Indígenas” en Portland, Oregón. La usó como ejemplo de lo que hace la “izquierda radical”.
Luego de haber reanudado la campaña para la reelección, en una concentración en el estado de la Florida, un Trump revitalizado volvió a los temas familiares de su campaña y las líneas de ataque contra el aspirante demócrata Joe Biden. Volvió a su advertencia de que el ex presidente de Barack Obama sería un títere de la «izquierda radical», y débil ante el crimen y la violencia. Llamó a los electores a votar, porque solo así se podrá evitar que Biden conduzca a los Estados Unidos a una «dictadura socialista».
En la recta final
El ambicioso regreso del presidente Donald Trump a la campaña electoral desconcierta a los demócratas, que han insistido en poner en duda tanto su salud como la efectividad de la campaña. Han querido crear dudas sobre los actos programados en los estados más críticos. Les preocupa que invierta un valioso tiempo en muchos estados que sus asesores habían asumido que estarían sólidamente de su lado. En lo que han puesto más énfasis ha sido en crear dudas sobre la recuperación del presidente del coronavirus y sobre la seguridad de los asistentes a los eventos.
Trump comenzó cuatro días seguidos de manifestaciones. Entre ellos, la sexta visita en dos meses a Carolina del Norte. También una parada en Iowa, que ganó fácilmente en 2016 y donde lideraba hasta hace poco. Y a la par reforzó sus ataques en los temas más escamosos, como la relación de Biden con la «izquierda radical».
La «ira de los pueblos indígenas»
Una oportunidad clara se le presentó cuando unas 200 personas se unieron a la protesta del «Día de la Ira de los Pueblos Indígenas» en Portland, Oregón. La manifestación pidió «el fin del colonialismo y la abolición de la policía». Los medios locales y las redes sociales informaron que los manifestantes derribaron estatuas de Abraham Lincoln, Theodore Roosevelt y de Colón. También rompieron ventanas y escribieron consignas en las paredes y edificios.
A primeras horas de la noche la policía tuiteó que se había formado una «reunión masiva» y que cualquier persona involucrada en «conducta delictiva, incluido el vandalismo» podría ser arrestada. A las 9:40 p.m. la policía lo declaró un motín y dijo a los manifestantes que se fueran de inmediato.
La noche anterior al «Día de la ira de los pueblos indígenas» hubo una marcha frente a un recinto policial de Portland. Unas 26 personas fueron arrestadas, informó la estación local KGW8. Ese mismo día, Trump regresó a los compromisos públicos en una «Protesta pacífica por la ley y el orden» en la Casa Blanca.
Barrera contra la izquierda radical
Como parte de esta cruzada, el hijo de Donald Trump emprendió la gira «Luchadores contra el socialismo». En Florida, se unió a opositores de las dictaduras socialistas de Cuba y Venezuela. El mensaje es que Joe Biden como presidente «hará que Estados Unidos descienda rápidamente a una dictadura socialista, comunista o marxista».
“Qué cerca estamos, justo al borde de un acantilado. Si no elegimos al presidente Trump, perderemos este país», declaró al Tampa Bay News Norma Camero-Reno, una venezolana que encabeza el grupo Casa Venezuela.
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