La amenaza fue tajante. El presidente Donald Trump advirtió al gobierno de Honduras que si no detenía la caravana de personas que se dirigen a Estados Unidos retiraría el financiamiento y las ayudas al país centroamericano.
«Estados Unidos ha informado tajantemente al presidente de Honduras que si la enorme caravana de personas que se dirige a Estados Unidos no es detenida y enviada de regreso a Honduras, no habrá más dinero o ayudas a Honduras, ¡con efecto inmediato!«, escribió Trump en Twitter.
The United States has strongly informed the President of Honduras that if the large Caravan of people heading to the U.S. is not stopped and brought back to Honduras, no more money or aid will be given to Honduras, effective immediately!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 16, 2018
Aproximadamente 3.000 migrantes cruzaron desde Honduras a Guatemala el lunes con dirección al norte. Esto luego de un enfrentamiento con policías antidisturbios en medio de las advertencias de Washington de que no deben intentar entrar de manera ilegal a Estados Unidos.
La multitud duplicaba con creces en tamaño a la del sábado, cuando unas 1.300 personas salieron del norte de Honduras en la llamada Caminata del Migrante. Partieron de San Pedro de Sula, una ciudad que el año 2017 cerró con una tasa de 43.6 homicidios por cada 100.000 habitantes. Una de las más altas del mundo.
Los migrantes planean pedir el estatus de refugiados en México o intentar pasar a Estados Unidos.
Las fotografías que se han difundido muestran a grupos llevando mochilas y llenando las carreteras junto a la frontera, algunos de ellos ondeando la bandera hondureña.
“Yo confío en que vamos a llegar a Estados Unidos”, expresó este fin de semana Fanny Barahon, una maestra de 35 años desempleada. Caminaba con una niña de dos años y otro pequeño de nueve.
“En Honduras no hay empleo y uno vive con miedo de que lo vayan a matar a uno o a sus hijos”, agregó.
“Sí se pudo, sí se pudo…”
Este lunes, al menos 2.000 hondureños cruzaron la frontera de su país hacia Guatemala. Algunos testigos y organizadores calcularon que hasta 3.000 personas que huyen de la pobreza y violencia en Honduras habrían pisado territorio guatemalteco, sin someterse a controles migratorios.
La Caminata del Migrante, integrada por familias completas con niños y mujeres con bebes en sus brazos avanzaba más temprano hacia la ciudad de Esquipulas, donde sus integrantes planean pernoctar.
Testigos dijeron que agentes antimotines guatemaltecos trataban de contener su paso en este puesto aduanero.
«Sí se pudo, sí se pudo, el pueblo unido jamás será vencido», gritaban varios migrantes. Corrieron después de que los agentes les abrieron el paso en la carretera. Unos empujaban y otros cantaban el himno nacional de Honduras, dijo a Reuters la activista social, Leticia Gutiérrez.
Por redes sociales se convocó la marcha. Comenzó el sábado con unas 1.300 personas, según Bartolo Fuentes, uno de los organizadores.
Las naciones empobrecidas de América Central, de las cuales miles de personas han huido en los últimos años, están bajo una presión cada vez mayor por parte del Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para reducir el flujo de migrantes.
https://twitter.com/Cambio16/status/1052279004323966976
México impuso medidas
El pasado fin de semana, el gobierno de México advirtió a los migrantes que “la legislación vigente no contempla un documento que conceda el ingreso a México sin cubrir requisitos para transitar hacia un país vecino”.
Sin hacer referencia explícita a los hondureños, el comunicado exhortó a los extranjeros a “consultar los requisitos de ley previstos para tal efecto en el artículo 37 de la Ley de Migración”.
En una declaración el domingo en la noche, la embajada de Estados Unidos en Honduras expresó su preocupación por la caravana de migrantes que viajan al norte de Honduras, “con falsas promesas de ingresar a Estados Unidos por parte de quienes buscan explotar a sus compatriotas«.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, pidió la semana pasada en Washington a los presidentes de Honduras, Guatemala y El Salvador frenar la migración en masa, la corrupción y la violencia.
Guatemala dijo en un comunicado el domingo que no promueve ni respalda la «migración irregular».
«Vamos para allá. Le vamos a caer a Donald Trump. Tiene que recibirnos allá en Estados Unidos», dijo Andrea Fernández, de 24 años, que cargaba un bebé de menos de un año y caminaba junto a una niña de 5 años y un niño de 7 años.
Un 64 por ciento de los hogares en Honduras vive en condiciones de pobreza. Es asolada en barrios y colonias por pandillas que imponen violentamente un llamado «impuesto de guerra» o extorsión a pobladores, comercios y negocios, autobuses y taxis.
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