POR ÓSCAR ABOU-KASSEM
18/06/2016
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En el debate del lunes 13 de junio Pedro Sánchez mostró como principal bandera del partido que lidera el hecho de haberse presentado a la investidura. Sí, propuso una batería de medidas para generar empleo, impulsar la economía, frenar la desigualdad… Pero el mensaje más repetido fue “yo me presenté a la investidura”.
El electorado socialista, el potencial y el habitual, necesita algo más que eso para confiar su voto en él. Quieren saber la respuesta a la pregunta que no para de hacerle Pablo Iglesias a Pedro Sánchez: ¿Apoyarás al PP o a Podemos tras las elecciones?
Mientras el partido lanza los habituales mensajes contradictorios a través de sus dirigentes sobre las preferencias de pactos. El PSOE se ha convertido en el rival más débil. Es el que mayor potencial de perdida de votos tiene por su indefinición y allí acuden los rivales a pescar.
Todos los escenarios parecen complicados para el partido que más años ha gobernado desde la llegada de la democracia. Sí permite, por omisión, un Gobierno del PP quedará enterrado como partido referente de la izquierda. Si apoya un Gobierno liderado por Iglesias, del que no se fían, perdería el voto moderado. Si bloquea un gobierno y va a otras elecciones el riesgo es caer directamente en la intrascendencia vía perdida de diputados y de votos.
Con la estrategia actual de no posicionarse será muy complicado superar a la coalición de izquierdas liderada por Podemos. En caso de que el PSOE acabe tercero en votos y diputados, Iglesias les exigirá el apoyo desde la izquierda y le hará responsable ante el electorado que comparten si fracasa el acuerdo. Cuanto más tiempo permanezca en la indefinición, más difícil será llegar a La Moncloa para Pedro Sánchez.
Iglesias también tendrá que responder a algunas cuestiones llegado el momento. ¿Seguirá siendo el derecho a decidir la prioridad para su coalición como lo fue a las pocas horas de conocerse los resultados del 20D? ¿Aceptará los mismos cargos para el PSOE que reclamaba para Podemos cuando quedó por detrás de los socialistas?
Mientras en Ferraz parecen más ocupados en organizar el calendario de sucesión de Sánchez que en escuchar los cantos de sirena de Podemos. Algunos desean que PP y Ciudadanos logren los escaños suficientes para gobernar sin la necesidad de meter al PSOE en el dilema. Se habría pasado de la derrota dulce a la victoria de la intrascendencia.