Los 16 menores niños y adolescentes venezolanos que fueron deportados por el Gobierno de Trinidad y Tobago en botes precarios y sin equipo salvavida, que fueron reportados como desparecidos en altamar, fueron rescatados y llevados de vuelta a la isla de Trinidad. Las dos embarcaciones en las que viajaban fueron localizadas en el sector La Barra, en el límite con Venezuela.
La magistrada Avason Quinlan-Williams, jueza del Tribunal Superior de Trinidad y Tobago, dijo que era preocupante la orden de un juzgado ordenó la deportación de los venezolanos, 16 niños y 9 mujeres. Calificó además de circunstancias perturbadoras que la policía no supiera a quién entregó a los venezolanos y que tampoco la División de Inmigración tuviera una respuesta clara sobre el paradero de 29 personas que estaban bajo su custodia y responsabilidad.
El domingo por la noche, la jueza Quinlan-Williams había ordenado al jefe del Estado Mayor de la Defensa que llevara ante su presencia a los 16 niños y 9 mujeres. Sin embargo, ya los migrantes ilegales habían sido conducidos por la Guardia Costera, en dos embarcaciones precarias y sin salvavidas, fuera de las aguas territoriales de Trinidad y Tobago. A pesar del recurso presentado para evitar su deportación.
La jueza describió como desalentador el elemento de sigilo que se utilizó para sacar a los niños de Trinidad y Tobago, cuando las autoridades sabían que el asunto había llamado la atención del tribunal.
Actitud inhumana
La abogada Nafessa Mohammed declaró que estaba “extremadamente decepcionada” por el giro de los acontecimientos y criticó al Estado por lo que calificó de actitud inhumana hacia los inmigrantes. Dijo que se debió haber adoptado un enfoque humanitario y de derechos humanos. Sobre todo, con la gravedad de que la situación involucra a niños.
El fiscal general de Trinidad y Tobago, Reginald Armour, se excusó sobre lo ocurrido con los niños diciendo «que cuando la jueza Quinlan-Williams dio la orden de que se les llevara los inmigrantes, estos no estaban bajo la jurisdicción de Trinidad y Tobago.
De vuelta en Trinidad y Tobago
Los 16 niños venezolanos deportados el domingo por Trinidad y Tobago, de los que no se tuvieron noticias durante 48 horas están de vuelta en Trinidad. En un video de T&T Newsday muchos de los niños aparecen cubiertos con mantas y bebiendo agua. Muchos de los niños estában deshidratados.
48 horas sin certeza sobre su paradero
Los padres de los menores denunciaron que el motor de la embarcación en la que los deportaron se dañó media hora después de la partida y quedó a la deriva. Estaban en alta mar sin agua, sin alimentos y sin equipo salvavidas. Ante tratamiento inmisericorde del gobierno de Trinidad y Tobago a los migrantes venezolanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos lo instó a garantizar la protección de los menores y la reunificación con sus familiares. Asimismo, le recordó que como miembro de la OEA y de la ONU, Trinidad y Tobago está obligado a vigilar estrictamente la protección de los niños migrantes. También lo exhortó a garantizar el ingreso de los venezolanos que buscan protección internacional por razones humanitarias urgentes, así como a respetar el principio de no devolución.
Hasta el momento, la dictadura Nicolás Maduro no ha emitido declaración alguna sobre los niños venezolanos lanzados al mar sin protección alguna por Trinidad, pese a que el lunes estuvo en directo en el canal del Estado celebrando su 58 cumpleaños.
La angustia fue larga y muy penosa la travesía
El diputado suplente de la Asamblea Nacional por el estado Anzoátegui Omar González Moreno aseguró que estaban a salvo, pero era una información no verificada. No había precisión en sus datos
Mientras, la respuesta del ministro de Seguridad de Trinidad, Stuart Young, fue de duda y desconfianza: «He visto el supuesto reporte sobre los 16 niños, pero ahora pregunto: ¿alguien ha visto a esos individuos? ¿Quiénes son? Muestren certificados de nacimiento», manifestó. Contra todas las leyes internacionales de dar refugio al desventurado, el funcionario declaró: “Nuestra prioridad es nuestra población y nosotros tenemos leyes. Todo el que ingrese a la isla de manera ilegal, o esté aquí sin documentos, seguirá siendo deportado. Si un migrante entra a la isla de manera ilegal, inmediatamente se convierte en una persona indeseable y deberá afrontar consecuencias judiciales”.
Además, el funcionario amenazó a los venezolanos legales en Trinidad y Tobago que si se descubre que están ayudando a otros de sus connacionales sin documentos sus papeles serán revocados y también deportados.
La angustia de no saber dónde estaban
«Los niños siguen desaparecidos, no hemos sabido nada de ellos, no hay una fe de vida. La última información que circuló es que fueron vistos en La Barra, una comunidad indígena que se encuentra en el estado Delta Amacuro», dijo David Smolansky, representante del gobierno interino de Juan Guaidó ante la OEA para la crisis de migrantes y refugiados.
Mientras no haya certeza, no se pondrá fin a la incertidumbre generada por el más reciente episodio de la tragedia de los emigrantes venezolanos, que cada día intentan escapar de un país que llegó a tener la economía más próspera de Latinoamérica y hoy presenta los mayores índices de pobreza del mundo.
Una zona inhóspita
«La Barra», a la que hacen referencia las informaciones, es uno de los 5 sectores limítrofes entre Venezuela y Trinidad y Tobago. En concreto, se trataría de la Barra de Mariusa, donde aguardan por ayuda.
Desde la Barra de Mariusa hasta la comunidad indígena del mismo nombre se debe navegar, al menos, por dos horas. Todo depende del punto exacto donde permaneció el grupo de venezolanos al quedarse sin combustible. Este dato exacto, no se conoce.
Una «Barra” no es una zona poblada. Es una área de selva extensa, mar y playas desoladas. Las zonas donde sí hay población son Punta Pescador y Mariusa, dos comunidades indígenas. En esas localidades no hay servicios de electricidad, así como tampoco cobertura telefónica móvil. Tendrían que desplazarse hacia la población de Pedernales, capital del municipio del mismo nombre. Allí es posible poder conseguir cobertura de la filial local de la empresa Telefónica.
Deportados sin razón
El domingo 22 de este mes, 16 niños venezolanos -entre ellos un bebé de 4 meses de edad- que habían llegado a Trinidad y Tobago, fueron rechazados y deportados en botes precarios por las autoridades, que además los separaron de sus padres.
Líderes de los sectores democráticos de Venezuela denunciaron que la deportación tuvo lugar sin razón alguna y en medio de una tormenta. Las embarcaciones podrían haberse quedado sin combustible en altamar, expresaron.
Denuncia contra las autoridades de Trinidad y Tobago
David Smolansky calificó de «atrocidad» la decisión de las autoridades del país insular. Dijo que «un juez de la Corte Suprema ordenó a la Fuerza de Defensa de Trinidad y Tobago que devuelva a la isla a los niños».
«Desconocemos el paradero de estos 16 niños. No tienen mucho alimento ni combustible en los peñeros (botes precarios)», agregó el funcionario este lunes. Explicó que «la deportación tuvo lugar al mediodía del domingo, cuando el grupo salió en bote desde Cedros, en Trinidad».
Smolansky recordó que Trinidad y Tobago «ratificó la Convención Americana sobre Derechos Humanos y la Convención sobre Refugiados de 1951″. Ambos instrumentos “protegen a migrantes y refugiados contra la devolución”.
El funcionario del gobierno interino recordó que, “muchos trinitarios emigraron a Venezuela por décadas en busca de trabajo y estudio para superar la pobreza que padecían en su isla. Se les recibió con los brazos abiertos. No hay el mismo trato para los 40.000 refugiados venezolanos que han huido a esa isla por la dictadura».
Crisis humanitaria compleja
La ONU estima en más de cinco millones el éxodo de venezolanos desde 2015 por la aguda crisis de su país. En Trinidad y Tobago hay al menos 40.000. Smolansky informó el mes pasado que más de 50% de ellos no han podido regularizar su situación.
Los migrantes venezolanos son víctimas de maltrato por funcionarios policiales de Trinidad y Tobago, denunció la diputada por el estado Aragua Mariela Magallanes. La parlamentaria publicó un video en Twitter en el que se observa que autoridades de esa isla hostigan y maltratan a venezolanos.
El audiovisual muestra como uniformados forcejean durante minutos con dos venezolanos, que luego huyen por zonas boscosas cercanas al lugar mientras que lugareños los alientan gritándoles en español: «Corre, corre».
Eliécer Torres, representante del grupo de familiares de los niños y mujeres deportados, exigió a las autoridades abrir una investigación para conocer su paradero. Además, dijo que algunos de los menores de edad están deshidratados y tienen vómitos.
Silencio oficial
Pese a la gravedad de la situación, no ha habido un pronunciamiento oficial de las autoridades de Trinidad y Tobago ni de la dictadura de Nicolás Maduro.
Julio Borges, comisionado presidencial para las Relaciones Exteriores, del gobierno de Juan Guaidó, indicó que la deportación de estos venezolanos viola la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y los mecanismos internacionales que protegen la niñez. Instó al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y a la Organización Internacional para las Migraciones a interceder ante esta situación.
Carlos Trapani, abogado y coordinador general de la ONG Cecodap, indicó que es indispensable que las autoridades de ambos países aclaren esta situación «y desarrollen acciones inmediatas para proteger a los niños. Es obligatorio garantizar los derechos de los niños independientemente el estatus migratorio».
«La migración forzosa que sufren los venezolanos, especialmente los niños y adolescentes, exige la protección del Estado receptor. La migración forzada surge como una opción de supervivencia frente a una profunda crisis que limita cubrir las necesidades básicas», afirmó.
Abel Saraiba, psicólogo y coordinador adjunto de Cecodap, afirmó que parte del drama de una emergencia humanitaria como la que se vive en Venezuela es que se expone a muchos niños a la violaciones a sus derechos, por causas de las que no fueron responsables.
Un problema creciente
Investigaciones de Cecodap demuestran que, en 2019, 37,9% de las familias venezolanas reporta que al menos un miembro del hogar ha migrado en los últimos 5 años. Es decir, al menos 1 de cada 3 familias reporta la migración de uno de sus miembros.
El diputado Carlos Valero también rechazó la deportación de los venezolanos y condenó el silencio del régimen de Nicolás Maduro. «Es evidente que hay, entre el régimen y el primer ministro Keith Rowley, un sistema de convivencia, una sociedad, y los hermanos migrantes son los primeros perjudicados». Además dijo que van a proponer ante la Asamblea Nacional que se inicie una investigación.
La situación de los migrantes venezolanos en Trinidad y Tobago es particularmente crítica. En octubre de este año, un grupo de organizaciones, liderada por Human Right Watch envió una carta abierta a primer ministro Keith Rowley, «para expresar nuestra honda preocupación por los informes sobre la expulsión, el 18 de septiembre, de 93 personas venezolanas que fueron enviadas de vuelta a la grave emergencia humanitaria y de derechos humanos de la que huyeron».
En la misiva, recuerdan que «la expulsión de solicitantes de asilo es contraria al principio de no devolución (non-refoulement), principio fundamental del derecho internacional».
Las autoridades de Puerto España, debido a la pandemia, han endurecido los controles de entrada al país. En la isla, el número de contagiados por coronavirus ha aumentado en los últimos meses y semanas.
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