El Tribunal Regional de Moscú ratificó el arresto a Alexéi Navalni. Mientras, la policía rusa arreciaba prácticas de represión y hostigamiento contra organizaciones afines al líder opositor. Esos grupos y cientos de miles de personas se organizan para volver a las calles este fin de semana para exigir la liberación del activista
La decisión de protestar otra vez el fin de semana la tomaron horas después de la detención de varios de sus allegados y ante el llamamiento del propio líder de oposición de seguir en la calle.
Navalni, abogado de 44 años devenido en comunicador en las redes sociales y activista contra la corrupción, compareció ante la justicia por videoconferencia desde su lugar de detención. Denunció una “flagrante violación de la ley”. Un acto “arbitrario” que busca “intimidarlo” e “intimidar a todo el mundo”.
“Los jueces solo son obedientes esclavos del grupo que robó nuestro país. Nos robaron durante 20 años y quieren silenciar a personas como yo”, agregó .
Entretanto, la abogada Olga Mijailova señaló que los procesos abiertos buscan “excluir” a su cliente de la vida política rusa. Anunció que recurrirá esta decisión, aunque “sin grandes esperanzas”.
Los seguidores de Navalni no se dan por vencidos. Piden a la población rusa salir de nuevo a la calle en todo el país el domingo. En las protestas del fin de semana pasado casi 4.000 manifestantes fueron detenidos por la policía.
Tribunal ratifica detención de Navalni
Navalni se encuentra en prisión preventiva tras ser detenido a su regreso de Alemania el 17 de enero. El opositor estuvo ingresado varias semanas en el Hospital Charité de Berlín, luego de ser envenenado con una sustancia que afecta el sistema nervioso. El líder acusa al Kremlin del ataque.
Desde entonces Moscú y San Petersburgo ha habido protestas inéditas en la historia reciente de la Federación de Rusia. Se han sumado 93 ciudades que exigen el cese de la opresión del régimen de Vladimir Putin.
Pese a la descomunal violencia y sometimiento de las brigadas antidisturbios, la población está decidida a tomar las calles. Grupos colaboradores de Navalni se preparan para reanudar las protestas. Mientras los cuerpos de seguridad arrecian las amenazas y las detenciones para evitar las concentraciones.
Desde la cárcel, el opositor pide seguir este domingo con las protestas pese a la ola de allanamientos: “No nos intimidarán, somos mayoría”, dijo Navalni momentos antes de comparecer ante el Tribunal Regional de Moscú.
El activista se refirió a los manifestantes como verdaderos patriotas de Rusia. «Son la barrera que impide que Rusia se deslice hacia la degradación total», apuntó.
Represión y allanamientos
Antes que Navalni compareciera ante el Tribunal, la policía había intensificado detenciones y allanamientos a sus allegados. El hermano del opositor, Oleg Navalni, y su aliada y figura emergente del movimiento, Liubov Sóbol, fueron detenidos. Permanecerán en arresto durante 48 horas por “violar las normas sanitarias” en vigor por la pandemia durante las manifestaciones.
Tambien María Aliójina, miembro del grupo de protesta Pussy Riot, fue detenida durante 48 horas por el mismo motivo. Anastasia Vasilieva, jefa de un sindicato médico parcialmente vinculado a Navalni, corrió la misma suerte. Al igual que otros colaboradores, según informó Ivan Zhdánov. Un vídeo difundido en los medios y en redes sociales mostraba a Vasilieva tocando el piano en su casa, mientras los investigadores registraban su apartamento.
Igualmente la policía registró los domicilios de la esposa de Navalni, Yulia. También de su hermano Oleg y de su portavoz Kira Yarmysh, condenada el a nueve días de prisión.
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