Barcelona, siempre colorida y animada, aun en tiempos de pandemia se despidió el jueves por la noche de sus bares y restaurantes. Propietarios, trabajadores y asiduos a estos locales, amanecieron en la plaza Sant Jaume. Portando carteles y con mucho ímpetu protestaron contra el cierre por 15 días que decretó el Govern de Cataluña, ante el auge del virus.
La medida de cierre, que recuerda los meses de marzo, abril y mayo por sus restricciones, es fuertemente cuestionada. Miles de estos establecimientos ven mermados sus ingresos y sus tímidas posibilidades de recuperación por la decisión que entró en vigor este viernes.
Mientras se agitan las concentraciones, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ratificó íntegramente las medidas adoptadas por la Generalitat para tratar de contener los contagios por la COVID-19
La convocatoria de las manifestaciones corrió por cuenta del Gremio de Restauración, Barcelona Comerç, Fomento y Pimec. Reclaman sus voceros medidas compensatorias que le alivien al sector las pérdidas adicionales que ahora debe afrontar de además de las acumuladas. Aseguran que el desbalance de sus cuentas no se equilibran con los 40 millones de euros ofrecidos por el Ejecutivo catalán.
Pimec indicó que los bares y restaurantes dejarán de facturar unos 780 millones de euros durante estas 2 semanas. La patronal adelantó que un 18,7% de las pequeñas y medianas empresas (pymes) y autónomos de Cataluña se ha planteado cerrar definitivamente. Y alertó que esta cifra aumentará con las nuevas restricciones.
En protesta por cierre de bares en Barcelona
La resolución de la Generalitat incluye cierre de bares y restaurantes por quince días. Así como la prohibición de reuniones de más de seis personas y la suspensión de la actividad presencial en las universidades. También la limitación del aforo en las actividades religiosas.
Asimismo, contempla la limitación del aforo del 30% en los comercios, la suspensión de ferias y congresos y la clausura de parques y jardines a las 20 horas. En ese sentido, Pimec sostiene que los focos de contagio no son principalmente en el ámbito laboral. Pide que se establezcan otras medidas, como campañas de concienciación para disminuir la actividad social. Más no, la medida extrema de cerrar bares y restaurantes, especialmente en Barcelona, centro de esas actividades.
Josep González, presidente de Pimec, dijo que los 40 millones de ayudas del Govern no son suficientes para rescatar a los 44.000 establecimientos. Y al mismo tiempo, preservar los 210.000 empleos directos. «Solo representa el 5% de la facturación que se perderá», dijo.
González considera que las restricciones debieron ser «más graduales» y no anunciar en el último minuto. «No había que cerrar los bares en Barcelona. Hay una inseguridad constante y cierta improvisación», añadió
Por otra parte, la alcaldesa de Barcelona Ada Colau se refirió a las protestas. “No puede ser que la pyme, autónomos, bares y restaurantes, que dan vida y cohesión en los barrios, estén pagando las consecuencias de esta crisis. Mientras la economía especulativa y rentista mantiene sus beneficios intacto”, declaró.
Tribunal apoya decisión del Govern
La Fiscalía Superior de Cataluña no se opone a las medidas del Govern para frenar la pandemia de coronavirus en Cataluña. De igual forma, la sala contenciosa del TSJC consideró que “los derechos fundamentales no tienen un contenido esencial absoluto e ilimitado”. Deben por tanto, ponderarse en un contexto de pandemia mundial.
El alto tribunal recogió los informes presentados por la Generalitat. Textos en los que se advierte que los encuentros personales en toda Cataluña «están provocando brotes y favoreciendo la transmisión de la enfermedad».
La Administración resaltó que los datos de asistencia sanitaria (ingresos hospitalario e UCI) son «alarmante». Con una expectativa de comenzar a tener que reconducir la actividad para atender solo a paciente de la COVID-19. La recomendación es evitar los desplazamientos no esenciales.
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