Mientras el régimen de Nicolás Maduro acorrala a la disidencia, obstaculizando la realización de elecciones transparentes, la presión internacional se hace cada vez más fuerte. Esta semana ha estado marcada por los anuncios de otras sanciones y el desconocimiento al cuestionado mandatario. Y ahora, una demanda de un Tribunal de Distrito de los Estados Unidos, que afecta a un cargamento de gasolina iraní con destino a Venezuela, está a punto de poner la guinda al pastel.
Los fiscales estadounidenses presentaron una solicitud para incautar a cuatro petroleros que viajan con destino a Venezuela con gasolina suministrada por el gobierno iraní. La demanda fue presentada el miércoles por la tarde en el Tribunal de Distrito para el Distrito de Columbia, en Estados Unidos. Al día siguiente, el juez de distrito James Boasberg emitió una orden para la incautación de más de 1,16 millones de barriles de gasolina en los cuatro buques.
El fiscal federal para el Distrito de Columbia, Zia Faruqui, dijo que un empresario iraní cercano al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica fue quien dirigió la entrega de la gasolina por medio de una red de empresas fantasma. Su propósito era evadir las sanciones del Gobierno de Donald Trump.
«Apoyan la gama completa de actividades nefastas de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, incluida la proliferación de armas de destrucción masiva y sus medios de entrega, apoyo al terrorismo y una variedad de abusos contra los derechos humanos, en el país y en el extranjero», según declaraciones Faruqui a The Wall Street Journal. No reveló el nombre del empresario iraní.
Reclamo de Washington
Ninguno de los tanqueros, el Bella, el Bering, el Luna y el Pandi, está al alcance de las autoridades estadounidenses. Washington reclama jurisdicción al afirmar que el beneficiario final de las ventas es el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. Este grupo paramilitar es señalado por Estados Unidos como «organización terrorista».
Los cuatro buques-tanque tienen bandera liberiana y son propiedad de compañías griegas, informó Argus Media. Los abogados de Estados Unidos no han revelado ningún cargo contra los propietarios de los navíos. Fuentes legales dijeron que la gasolina iraní con destino a Venezuela probablemente solo podría ser incautada por las autoridades estadounidenses si los petroleros entran en sus aguas territoriales.
En la demanda de decomiso civil, los fiscales federales tienen como objetivo detener la entrega de gasolina iraní a bordo del Bella, el Bering, el Pandi y el Luna. La demanda fue desvelada por el Wall Street Journal. Boasberg emitió la orden de incautación de la gasolina en los petroleros debido a la probable causa de que el combustible sea confiscable, dijo el Departamento de Justicia.
Irán al rescate de Maduro
Para el régimen socialista-bolivariano, el suministro de gasolina iraní estaba destinado a aliviar una grave escasez de combustible en Venezuela, el país que tuvo la refinería más grande del mundo y la mayores reservas petroleras del planeta. La falta de combustible se debe al deficiente manejo de la industria petrolera estatal y la salvaje corrupción en su administración. Es probable que Maduro haya utilizado oro de las reservas del Banco Central de Venezuela para pagar el suministro de combustible.
Cinco petroleros iraníes -con los nombres de Petunia, Forest, Faxon, Clavel y Fortune- transportaron 1.520.000 barriles de gasolina y diésel a Venezuela, a pesar de las sanciones de Estados Unidos. El último llegó el 1 de junio . También llegó un equipo de ingenieros y especialistas petroleros iraníes a bordo.
El enviado de Nicolás Maduro a la ONU, Jorge Valero, dijo que Irán y Venezuela continuarán luchando contra las políticas hostiles del presidente estadounidense Donald Trump.
Como la peste
Esta nueva demanda es el problema más reciente de una larga cadena que el cuestionado régimen de Maduro ha debido enfrentar. Otro ejemplo es una disputa legal por un cargamento de gasolina anclado cerca de Houston. La industria naviera le huye al régimen de Maduro como a la peste. La información fue suministrada por Associated Press como parte de una investigación que cita documentos judiciales y correos electrónicos.
El magnate naviero griego Evangelos Marinakis y su colega venezolano Wilmer Ruperti se están demandando en los tribunales de Estados Unidos. Una compañía de Ruperti intenta tener un buque tanque propiedad de una compañía Marinakis para entregar una carga de gasolina a Venezuela a través de una transferencias de barco a barco (STS) fuera de Aruba y cerca de las costas de Venezuela.
El petrolero Alkimos, operado por Capital Ship Management Corp de Marinakis, ha estado anclado en Houston más de dos meses. Está allí después de que se negó a hacer una transferencia STS desde Aruba. El agente del Alkimos solicitó instrucciones alternativas después de sospechar una posible violación de las sanciones con una transferencia de STS fuera de Aruba. Nunca las recibió dentro de los dos plazos establecidos, por lo que dio la vuelta y se dirigió a Houston a finales de abril.
Euroshipping ahora afirma que el operador del petrolero Capital Ship Management secuestró la carga y exige 2,3 millones de dólares. La empresa griega está demandando a Euroshipping por pérdidas debido a retrasos. Buscando un gravamen de 1,7 millones de dólares.
Efectividad de las sanciones
Funcionarios estadounidenses dicen que la saga muestra que las sanciones impuestas a Maduro y sus colaboradores funcionan.
«Las empresas de mayor reputación, incluidas las compañías navieras más grandes de Grecia, han cooperado y han demostrado que valoran su reputación y sus negocios globales», dijo Elliott Abrams, representante especial de la Administración Trump para Venezuela, citado por AP.
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