Por Cambio16
El cáncer de mama sigue siendo la primera causa de muerte por tumores malignos entre las mujeres, pero cada vez son menos las víctimas que se cobra esta enfermedad y mayor el número de mujeres que sobrevive 5 años después del diagnóstico -cerca del 90%- gracias, en parte, a los avances en el tratamiento.
Desde los años 80, cuando 3 de cada 10 mujeres que padecía la enfermedad sufría una recaída a los cinco años de ser diagnosticada, la relación ha cambiado y la Sociedad Española de Oncología Médica (Seom) habla -con motivo del Día Contra el Cáncer de Mama- de que casi 9 de cada 10 continúan libres de la enfermedad transcurrido este tiempo.
Una mayor concienciación social sobre la detección precoz de la enfermedad y el convencimiento, por parte de las mujeres, de la necesidad de realizarse controles periódicos y autoexplorarse las mamas explican en buena medida estos datos.
Sin embargo, los avances en investigación han sido determinantes hasta el punto de que la Seom afirma que cada 1% de mejora con un avance en el tratamiento del cáncer de mama hace que 250 mujeres menos recaigan de su enfermedad en España o puedan disfrutar de una mejor calidad de vida con reincorporación plena a su vida social y laboral.
La Asociación Española contra el Cáncer (AECC) destaca, por su parte, que cada año aumenta un 1,4% la tasa de supervivencia e incide en la importancia de la investigación y el diagnóstico precoz, «la mejor herramienta para luchar contra esta enfermedad».
En este sentido, subraya que a través de los programas de cribado con mamografías se pueden diagnosticar los tumores de mama en estadios iniciales en los que hay «muchísimas posibilidades» de curación.
Innovación
A las técnicas habituales de diagnóstico se ha sumado recientemente un sistema PET (una radiografía mamaria) desarrollado por investigadores valencianos –MAMMI PET– que proporciona una imagen funcional del tumor, incluso de lesiones de tan solo un milímetro de tamaño.
Según ha explicado a Efe el doctor Juan Carlos Alonso Farto, presidente de la Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular (Semnim), además de diagnosticar, esta técnica es especialmente útil para comprobar si la paciente responde correctamente al tratamiento, al observar si las células tumorales disminuyen o no su metabolismo.
En cuanto al diagnóstico, Alonso indica que hay un grupo de pacientes -sobretodo las menores de 50 años donde las mamas son muy densas porque están preparadas para la lactancia-, donde la mamografía no permite calificar a un tumor de benigno o maligno.
En estos casos, se suele recomendar una segunda mamografía transcurridos 6 meses para realizar el diagnóstico, con lo que implica de angustia para la paciente, y en ocasiones se practica una biopsia.
Este sistema PET «llegaría a diagnósticos más precisos sin repetir la exploración y sin necesidad de biopsiar el tumor si el estudio es negativo», señala.
La idea -relata- es que no desplazamos a nadie sino que es una prueba complementaria que aporta un conocimiento más profundo del tumor, evita biopsias y angustias a las pacientes que tienen que esperar 6 meses para el diagnostico, o sufrir tratamientos que con esta prueba sabemos que no están respondiendo».
Este PET, sin embargo, está sólo disponible en tres centros de Madrid, Valencia y Santiago de Compostela y éste último es el único que tiene un acuerdo con la sanidad pública para remitir al hospital los casos indicados por el protocolo que son, en su mayoría, para valorar la respuesta al tratamiento.
El cáncer de mama representa el tipo de cáncer más frecuente en la mujer, con una incidencia anual de más de 25.000 casos en España, el 29% de todos los tumores femeninos.
Además, supone la primera causa de mortalidad por cáncer en mujeres con 6.075 fallecimientos en 2012 y representa el 15% del total de defunciones por cáncer.