España está incorporada a la carrera científica por combatir y derrotar el coronavirus. Uno de sus más destacados investigadores, el virólogo Luis Enjuanes trabaja en lo que ha llamado “tres aproximaciones experimentales” para frenar el avance del Covid-19.
Enjuanes, del Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, explicó los detalles de la investigación en un vídeo difundido por el CSIC en sus redes sociales.
Las aproximaciones son el desarrollo de antivirales, la búsqueda de anticuerpos que neutralicen el virus y conseguir vacunas mediante ingeniería genética.
La primera, desarrollar antivirales contra el coronavirus que puedan tener un efecto terapéutico. El estudio se basa en la interacción de los coronavirus con las células «hospedadoras». Se consiguió identificar un antiviral «muy potente» que no solo inhibía la replicación del virus, sino que también proporcionaba protección completa en modelos experimentales animales.
«Ahora estamos viendo que esos antivirales también pueden actuar sobre el nuevo virus, probablemente porque la identidad del genoma es muy elevada con respecto al nuevo», dijo.
El virólogo Luis Enjuanes, del @CNB_CSIC, explica las tres aproximaciones experimentales para poder tratar la infección por el nuevo #coronavirus SARS-CoV-2: desarrollo de antivirales; de anticuerpos que neutralicen los virus; y de vacunas mediante ingeniería genética, pic.twitter.com/nZXas62UqE
— CSIC (@CSIC) March 16, 2020
Tres aproximaciones de la ciencia para combatir el coronavirus
La segunda línea del estudio es la identificación de anticuerpos que neutralicen el virus y que se puedan administrar a las personas tanto antes como después del contagio.
En las investigaciones han desarrollado y evaluado anticuerpos monoclonales que neutralizan el coronavirus que apareció en 2002 y también el que apareció en 2014. «Hemos podido comprobar en el laboratorio que estos anticuerpos monoclonales protegen totalmente contra la infección por estos virus. Aunque se administren después de que los animales que usamos como modelos experimentales se hayan infectado», comentó.
La tercera aproximación es el desarrollo de vacunas y para ello han extendido las investigaciones que hacen desde hace varios años: la generación de vacunas por ingeniería genética, algo que solo se puede hacer en un número muy limitado de laboratorios.
🔬 Los centros públicos de investigación españoles trabajan en el diagnóstico, tratamiento y generación de vacunas frente al #coronavirus.
Estamos en permanente contacto con ellos para movilizar recursos y priorizar estas líneas de investigación.
➡️ https://t.co/DRGCXVV5vB pic.twitter.com/Eq3KSLfHMB
— Ministerio de Ciencia e Innovación (@CienciaGob) March 16, 2020
Enjuanes insiste en que la vacuna no solo tiene que proteger y ser efectiva, «sino que tiene que ser genéticamente estable y biosegura. «No puede evolucionar y regresar a lo que pudiera ser un virus efectivo y virulento”, recalcó.
Calorcito en contra de los virus
También recordó que las altas temperaturas son excelentes para combatir la pandemia de COVID-19 porque los coronavirus son muy sensibles al calor. «Cada día que pasan a 37 grados, pierden diez veces su infectividad. Por tanto, en tres días calentitos se bajaría mil veces su capacidad de infección», apuntó.
Alertó que en los días de estado de alarma la gente debe permanecer en las casas, pueden abrir las ventanas y ventilar para que la potencial presencia del virus se reduzca a concentraciones mucho más bajas.
El investigador del CSIC manifestó que una vez superada la crisis es posible que el COVID-19 se convierta en un virus estacional. A la publicación especializada Sinc le declaró: “Lo bueno es que el virus con la transmisión se va atenuando. En la actualidad, conocemos siete coronavirus humanos y cuatro de ellos están atenuados y son los que nos infectan a casi todas las personas, apenas les causan un refriado común de invierno».
Fármacos anteriores a prueba del nuevo coronavirus
Otra de las tantas investigaciones que se realizan en el planeta, la adelanta un equipo de científicos de la Universidad de Chicago, el Laboratorio Nacional de Argonne, la Universidad del Noroeste y la Universidad de California en Riverside, Estados Unidos.
Andrzej Joachimiak, Karla Satchell y Adam Godzik creen que algunos fármacos en cuyo desarrollo se trabajó anteriormente para tratar la epidemia de SARS ahora podrían ver completado su desarrollo.
Have questions about precautions Argonne is taking in the wake of #coronavirus? Please visit – https://t.co/rTT5qDwos4 pic.twitter.com/KtxCANonll
— Argonne National Lab (@argonne) March 15, 2020
La proteína Nsp15 del SARS-CoV-2 (Coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo) es idéntica en un 89% a la proteína homóloga del SARS-CoV. Los estudios publicados en 2010 sobre el SARS-CoV revelaron que el bloqueo de la Nsp15 puede retrasar la replicación viral. Esto sugiere que los medicamentos diseñados para actuar contra la Nsp15 podrían adaptarse como medicamentos efectivos contra la enfermedad actual COVID-19.
El mapeo en 3D de la estructura de la proteína del virus permite resolver esencialmente todos los detalles de dicha estructura y eso capacita a los científicos para buscar maneras específicas de interferir en la replicación del patógeno en las células humanas.
Satchell explica que la proteína Nsp15 fue investigada en el SARS como un nuevo objetivo para el desarrollo de fármacos, pero no llegó muy lejos porque la epidemia de SARS cesó y el desarrollo de nuevos fármacos para combatirla se aparcó. Se identificaron algunos inhibidores pero nunca se convirtieron en medicamentos. Los inhibidores que se desarrollaron para el SARS ahora podrían probarse contra la proteína Nsp15 del virus culpable de la pandemia actual.
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