Líderes mundiales y delegados internacionales debatieron lo que se conoce como ‘Borrador Cero’ del Tratado Global sobre Plásticos. Después de una semana de conversaciones no lograron establecer objetivos ni plazos legalmente vinculantes para la producción y reducción de plástico. Mientras tanto, la contaminación de aguas y suelos continuará a la espera de una nueva cumbre para 2024 que defina si limitar la cantidad de plástico que se produce o simplemente centrarse en la gestión de residuos.
Las conversaciones, desarrolladas en Nairobi (Kenia), cuentan con el respaldo de la ONU que muestra preocupación por la contaminación por plásticos, íntimamente ligada al calentamiento del planeta. Actualmente, la humanidad produce un billón de kilogramos de estos polímeros al año, dentro de un proceso intensivo en carbono, porque el plástico se fabrica con combustibles fósiles. Naciones Unidas espera que, de no actuar, la producción se triplique para 2060 y se haga más inmanejable.
Los plásticos se han infiltrado en las calles, alimentos, suelos, ecosistemas y vías fluviales y organismos. Muchas veces en forma desordenada e inesperada, desatando una verdadera crisis global. De allí que 20 científicos pidieron a la comunidad internacional poner la salud humana en el centro de las negociaciones sobre el plástico.
En una carta abierta dirigida por el Plastic Health Council, los científicos detallan el impacto de los químicos y partículas plásticas en la salud.
Los productos químicos plásticos que se encuentran en los envases están asociados con alteraciones endocrinas, fertilidad, enfermedades cardíacas y cáncer. La misiva sostiene que el actual ‘Borrador Cero’ publicado por la ONU «se queda corto» y no es «lo suficientemente fuerte para proteger la salud de las generaciones futuras».
Insuficiente el borrador del Tratado Global sobre Plásticos
El plan, denominado Tratado Global sobre el Plástico de Científicos de la Salud, fue propuesto mientras negociadores de unos 175 países debatían el tema. Junto con representantes de la industria y ambientalistas.
La reunión de Nairobi es la tercera de cinco reuniones de este tipo. El plan es completar las negociaciones para finales de 2024 y hacer que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) desarrolle el primer tratado internacional que aborde el plástico en la tierra y en los cuerpos de agua.
La propuesta de los expertos fue dirigida por el Plastic Health Council. Un grupo de científicos que investigan los impactos de los plásticos en la salud humana. Pete Myers, uno de los firmantes y miembros del Plastic Health Council, es el científico jefe de Environmental Health Sciences, que publica Environmental Health News.
El tratado alternativo sugerido por los firmantes esboza objetivos a corto y largo plazo que garantizarían un tratado mundial protector de la salud. Los objetivos a corto plazo incluyen:
- Poner fin a cualquier consideración sobre el reciclaje químico.
- Eliminar las subvenciones a los fabricantes de plástico.
- Reducir la producción de plástico de un solo uso en un 50% para 2035.
- Reducir la producción de plástico virgen en un 70% para 2024.
- Prohibir la venta de todos los productos con plástico innecesario para 2030.
Mientras tanto, los objetivos a largo plazo incluyen detener el uso de microplásticos y nanoplásticos excepto en entornos médicos. Eliminar todas las sustancias químicas preocupantes en los plásticos y financiar sustitutos de plástico seguros y sostenibles.
«Necesitamos desesperadamente un tratado mundial sobre los plásticos. Que utilice las pruebas irrefutables de la letanía de informes de investigación revisados por expertos como catalizador para una acción real», afirmó Sian Sutherland, cofundadora de A Plastic Planet.
Los plásticos han escapado al escrutinio
«¿Qué hará falta para que los responsables políticos mundiales resistan a los intensos grupos de presión de las grandes petroleras. Y ordenen materiales y productos químicos más seguros que no infecten nuestro planeta ni a nuestros hijos?», preguntó Sutherland.
El PNUMA publicó en septiembre el llamado «Borrador Cero» del Tratado Global sobre Plásticos, que incluye algunas propuestas para limitar o prohibir algunos productos químicos del plástico. El tratado científico califica ese texto de «bienintencionado», pero que «se queda muy corto para garantizar la salud de los seres humanos, la fauna y los ecosistemas».
Si el tratado debiera regular las sustancias químicas en la producción de plásticos es un punto de controversia. Miles de sustancias químicas presentes en los plásticos -como los PCB, los ftalatos, el BPA y los PFAS- están relacionadas con efectos sobre la salud humana. Desde el sistema inmunitario hasta el sistema endocrino, pasando por el cerebro, indicaron.
Según un estudio reciente sobre 1.500 sustancias químicas del plástico, menos del 30% han sido analizadas para determinar su impacto en la salud humana. «La mayoría de la gente asume que los materiales se someten a pruebas exhaustivas antes de su comercialización. Pero en el caso de los plásticos no es así», escriben los científicos en propuesta de tratado. «Los plásticos han escapado al escrutinio normativo durante más de 100 años».
Los países y otros negociadores también siguen en desacuerdo sobre si debe haber límites a la producción o más énfasis en el reciclaje y una «economía circular» del plástico. Un tratado que limite la producción afectaría a los intereses petroleros, gasísticos y petroquímicos.
El reciclaje, lo peor
Aunque sólo se recicla alrededor del 9% de los plásticos, este proceso puede liberar aditivos químicos tóxicos. Por tanto, promover el reciclado químico «sería el peor resultado que el tratado podría respaldar para la gestión de los residuos plásticos», escribieron los científicos.
«El reciclado de plásticos se ha promocionado como una solución a la crisis de contaminación por plásticos. Pero las sustancias químicas tóxicas presentes complican su reutilización y eliminación y dificultan su reciclado», dijo Bethanie Carney Almroth, firmante del Tratado Mundial sobre los Plásticos de los Científicos de la Salud. E investigadora de la Universidad de Gotemburgo (Suecia).
«Numerosos estudios demuestran que las sustancias químicas peligrosas pueden acumularse incluso en sistemas de reciclado de plásticos relativamente cerrados», añadió. «Necesitamos eliminar rápidamente las sustancias químicas del plástico que pueden causar daños a la salud humana y al medio ambiente».
En Kenia, país africano, sede del encuentro sobre plásticos existe una clara percepción de la sostenibilidad del ambiente. Pero África, señala Greenpeace, aunque es responsable de sólo el 5% de la producción de plástico y el 4% del consumo a nivel mundial, soporta la peor parte de esta crisis. A través de la transferencia transfronteriza de desechos plásticos y lo que sólo puede describirse como “colonialismo de desechos”.
Mientras las corporaciones petroquímicas consideran que los plásticos son baratos y convenientes, el costo real de los plásticos es en gran medida invisible, agrega la ONG. Destrucción de la biodiversidad, inundaciones, daños a la salud de las personas, injusticia social y exacerbación de la crisis climática.