Sin desperdicio. El dióxido de carbono es el gran villano en la historia del cambio climático y el calentamiento global. Pero ¿qué pasaría si el gas que probablemente tenga la mayor cuota de responsabilidad del cambio climático se pudiera convertir en un producto de valor para la industria alimentaria y la industria química?, ¿es posible transformar el dióxido de carbono en azúcar?
Un grupo de Investigación de Materiales y Sostenibilidad del Departamento de Ingeniería de la Universidad Loyola trabaja para transformar el CO2 en azúcares viables para la industria alimentaria y en productos químicos de interés para la industria química. No se trata de magia. El proyecto debe desarrollar dos procesos químicos específicos que permitan la transformación del dióxido de carbono en azúcares.
Valor del dióxido de carbono
En el desarrollo de la investigación participan Juan Carlos Serrano Ruiz como investigador principal; Manuel Antonio Díaz, Doctor en Ingeniería Química y Ana Cristina Pérez Sequera, estudiante del doctorado en procesos químicos. El equipo trabajará durante dos años en el laboratorio multidisciplinar Carbocat. El laboratorio se especializa en la captura, almacenamiento y valorización del dióxido de carbono.
La Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad de la Junta de Andalucía financia CarboCO2. La financiación llegó a través de una convocatoria en 2018 de proyectos I+D+I.
La complejidad de transformar el dióxido de carbono
El proceso de transformar dióxido de carbono en azúcar consta de una fase electroquímica y una fase química. Ambas fases se llevarán a cabo en agua y a temperatura ambiente, una ventaja competitiva frente a otras tecnologías. Los procesos o fases tampoco requieren la suma de hidrógeno para la investigación. Por lo tanto, se califican como totalmente limpios y sostenibles, ya que el hidrógeno es un gas producido a partir de combustibles fósiles.
La investigación en su conjunto busca imitar el proceso natural de la fotosíntesis que realizan las plantas. Dice Juan Carlos Serrano –el investigador principal- que el escollo más grande de la investigación es el hecho de que el CO2 es una molécula químicamente estable y difícil de transformar.
El proyecto entraña en su propósito retos asociados con la eficiencia y la sostenibilidad medioambiental. Lo primero que deben lograr los investigadores es que la fase electroquímica y la fase química se integren en un proceso único capaz de transformar el gas contaminante en hidratos de carbono.
Agenda 2030 y Objetivos de Desarrollo Sostenible
CarboCO2 está alineado con los retos que impone la crisis climática de nuestro tiempo. El proyecto es parte del propósito de la Universidad Loyola de integrar la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible en las actividades de formación, investigación y extensión universitaria. Así CarbonCO2 se relaciona con la consecución del ODS 13, la adopción de medidas urgentes que frenen el cambio climático y sus efectos.
Los integrantes del grupo de investigación de Materiales y Sostenibilidad a cargo de CarboCO2 también trabajan en otros proyectos que toman una acción climática como eje central. La transformación de biomasa en biocombustible, nuevos materiales para el almacenamiento de energía y el diseño virtual de materiales con aplicaciones sostenibles son parte del quehacer del grupo.
Habrá que esperar hasta 2022 para saber si los investigadores de CarboCO2 lograron el cometido de transformar dióxido de carbono en azúcar. Pueda que la transformación del gas más abundante y contaminante de la atmósfera sea una solución a la negativa de muchos gobiernos del mundo a reducir emisiones. Una solución creativa basada en la ciencia y en las tecnologías disponibles para mitigar y adaptarse al calentamiento global.
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