El Instituto Nacional de Estadística reveló este jueves en un informe que el salario medio anual bruto de los trabajadores con discapacidad fue de 19.726,2 euros en 2017, lo que significa que aumentó en un 2,2% que en el 2016. Pero sigue siendo un 17% menos que lo que ganan las personas sin discapacidad (23.764,8 euros).
Igualmente, el INE también informó que existen diferencias salariales dependiendo del tipo de discapacidad. En el 2017, los mayores salarios fueron para las personas con discapacidad sensorial y luego para de los que tienen una discapacidad física. En ambos casos, los salarios superaron el 5,7% de la media del colectivo.
En cambio, los salarios más bajos son para los trabajadores con una discapacidad intelectual y mental, que fueron, respectivamente, un 38,2% y 17,8% menos que la media del colectivo con discapacidad. Asimismo, el INE explica que hay otras variables laborales y personales como el sexo, la edad, el tipo de contrato o jornada, que influyen en las diferencias salariales.
En 2017 los #salarios más bajos correspondieron a los trabajadores con #discapacidad intelectual y mental. Los trabajadores con discapacidad sensorial y física percibieron los más elevados.
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En ese sentido, las mujeres con discapacidad también perciben una brecha con sus contrapartes masculinos. El salario de las mujeres con discapacidad fue un 15,9% menos que el de los hombres con discapacidad. Sin embargo, el porcentaje es menos que en el caso de la población sin discapacidad (22,2% más bajo).
Pero, en relación con las personas sin discapacidad del mismo sexo, la brecha fue más grande entre los hombres, quienes recibieron un 20,7% que los hombres sin discapacidad. Por su parte, las mujeres con discapacidad ganaron un 14,3% menos que las mujeres sin discapacidad.
Menos presencia en el mercado laboral
Por otro lado, las personas con discapacidad tienen una baja participación en el mercado laboral. En el 2017, su actividad representó un 35%, más de 42 puntos menos que la población sin discapacidad. Mientras que la tasa de ocupación fue del 25,9%, menos de la mitad que en el caso de las personas sin discapacidad; además la tasa de paro fue del 26,2%, superior en nueve puntos a la de la población sin discapacidad.
Otro de las conclusiones relevantes del informe, es que la brecha entre las personas con discapacidad y las que no tienen discapacidad se cierra en los puestos de ocupación medios, tales como empleados, artesanos y trabajadores cualificados; así como en los puestos altos como directores, gerentes, técnicos y profesionales científicos y técnicos intelectuales y de apoyo. En los primeros, el ratio fue de 94,5% mientras que en los segundos hubo una diferencia de 7,4%. En los puestos más bajos, como operadores, el salario fue un 17,1% menos.
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