Toyota ha sido catalogada como la tercera organización más obstructiva para adelantar políticas climáticas. Le anteceden, dos de las compañías petroleras más grandes del mundo, ExxonMobil y Chevron.
El informe de InfluenceMap, que investiga las tácticas de cabildeo de las corporaciones y el cambio climático, clasificó a Toyota como el peor fabricante de automóviles de su lista en ese propósito.
Esta no es la primera vez que se señala a Toyota por sus tácticas dilatorias. Un informe anterior de The New York Times indica que el fabricante de automóviles japonés hizo campaña con los líderes del Congreso de Estados Unidos a puerta cerrada para rechazar los planes de Joe Biden de acelerar la adopción de vehículos eléctricos.
El grupo de expertos publicó la semana pasada un informe en el que nombraba a las 50 empresas y asociaciones industriales más influyentes que obstaculizan el progreso de la política climática.
Toyota fue el único fabricante de autos clasificado entre los cinco primeros por esta razón. Y solo las grandes petroleras estadounidenses ExxonMobil y Chevron lo hicieron peor. También se incluyen entre los cinco principales infractores la empresa estadounidense de gas y electricidad Southern Company. Y la importante empresa de infraestructura energética Sempra.
InfluenceMap apunta que Toyota ha estado presionando, solo y a través de sus asociaciones comerciales, contra las propuestas ambientales. En específico, las leyes más estrictas sobre la eliminación gradual de todos los vehículos con motor de combustión interna en varios de sus mercados clave, incluido EE UU. Se entiende que la marca no quiere dejar de producir híbridos, como uno de los defensores de la tecnología.
Toyota de cara con las políticas climáticas
La industria automotriz en general, afirma el informe de InfluenceMap, es «muy negativa con respecto a la estricta regulación climática» para su propio sector. A pesar de parecer cada vez más partidaria de los objetivos climáticos globales. Está clasificada como la segunda peor industria solo después del petróleo en los compromisos climáticos.
Otros fabricantes de automóviles incluidos entre los 50 peores son BMW (puesto 18), Daimler ((24) y Hyundai (puesto 25).
El director de InfluenceMap, Edward Collins, dijo que si bien «el libro de jugadas corporativo para frenar la política climática ha recorrido un largo camino desde el negacionismo científico», sigue siendo «igual de dañino».
El informe sostiene que el impacto en las emisiones de las decisiones políticas será mayor que la huella de emisiones directas e indirectas de cualquier empresa. Hizo mención no solo a Toyota sino al comportamiento de otras empresas y sus políticas climáticas.
A raíz de este informe de clasificación, el grupo de expertos publicó un análisis separado de las acciones de cabildeo climático de tres gigantes automotrices alemanes. Son ellos BMW, Daimler y Volkswagen (VW). También analizó información perteneciente a organismos destacados de la industria. Como la Asociación Alemana de la Industria Automotriz y la Asociación de Fabricantes de Automóviles (ACEA).
Utilizando información disponible públicamente e información obtenida a través de solicitudes de libertad de información (FOI), el grupo de expertos evaluó el alcance de los impactos positivos y negativos de las organizaciones en la política climática en Alemania y a nivel de la UE. También evaluó su disposición a revelar información.
BMW, Daimier y Volkswagen, también obstructoras
InfluenceMap afirma que BMW se ha opuesto activamente a políticas clave durante los últimos dos años, a nivel nacional y de la UE. Mientras tanto, Daimler está acusado de no revelar posiciones clave de política climática o de no proporcionar registros de participación política.
Además del señalamiento de Toyota, con su actitud obstructora en las políticas climáticas, Volkswagen recibe una clasificación ligeramente mejor. Por su compromiso directo «mixto pero cada vez más positivo». Pero pierde puntos por seguir siendo miembro de organismos comerciales con un compromiso activo de política climática negativa a nivel alemán y de la UE, incluidas ambas asociaciones.
Las políticas cubiertas por este informe se relacionan con los mandatos de vehículos eléctricos, los estándares de emisiones de los autos y el cambio modal. Así como la necesidad de ayudar a más poblaciones a usar el transporte público y activo y disminuir su dependencia de la propiedad individual de automóviles.
Volkswagen, BMW y el propio gobierno alemán, el tercer mercado de automóviles más grande del mundo, se negaron a unirse a una nueva declaración internacional sobre vehículos ICE en la COP26. El texto compromete a los signatarios a garantizar que todas las ventas de vehículos nuevos sean de cero emisiones para 2040.
InfluenceMap sostiene que la posición de estos fabricantes alemanes contrasta con sus recientes campañas de relaciones públicas en torno a los coches eléctricos. Nombra a BMW como el peor infractor en este campo. En respuesta, un portavoz de BMW Group dijo que la empresa está «totalmente comprometida con el objetivo de la movilidad sostenible». Y «cree que el futuro de nuestra empresa está vinculado al futuro del planeta».
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