Un día después de que las autoridades bielorrusas obligaron a aterrizar un avión con Román Protasévich a bordo para que pudiera ser arrestado, aparece un vídeo de 29 segundos mostrando al periodista confesando haber organizado “disturbios masivos” en las protestas del año pasado contra el presidente Lukashenko. Ahora, sus familiares junto con expertos en derechos humanos y psicólogos intentan descifrar si fue forzado a hacer la confesión o fue realmente voluntario.
En las imágenes difundidas a través de las redes sociales el lunes por la noche, Protasévich está sentado contra una pared en blanco en una habitación bien iluminada. Dice que lo están tratando «lo mejor posible» y que no tiene ningún problema de salud. Se le ven unas marcas negras en la frente, como hematomas. Alexander Artemyev de Amnistía Internacional sugiern que las autoridades lo pudieron haber sometido a torturas o maltratos antes de grabar. Su tabique parece desviado. Para su padre esto último sería indicio de una fractura de nariz, algo que no tenía antes.
El comportamiento del periodista también alarmó a sus familiares, y aseguran que sus comentarios están fuera de lugar y no son comunes de él. «No son sus palabras, no es su entonación, está actuando muy reservado y se puede ver que está nervioso», dijo su padre, Dzmitry. «Mi hijo no puede admitir haber creado los trastornos masivos, porque simplemente no hizo nada de eso». Su madre, Nataliya, dijo que teme por su seguridad porque tiene graves problemas cardíacos que le han impedido servir en el ejército, y que había recibido la noticia de que podría haber sido hospitalizado después de su arresto.
Posible intimidación y amenazas lograron su confesión
Anteriormente, las autoridades Bielorrusas han utilizado la intimidación y la coacción para obligar a los presos políticos a confesar. Así señala un informe de 2018 del secretario de estado de Estados Unidos sobre abusos de derechos humanos en la nación de Europa del Este.
El año pasado, la líder de la oposición Svetlana Tikhanovskaya levantó sospechas cuando pareció leer un guión en un vídeo en el que pedía que sus partidarios se abstuvieran de asistir a manifestaciones contra el gobierno. Más tarde dijo que su familia se había enfrentado a amenazas. Ahora, Tikhanovskaya dice que «no hay duda» de que Protasévich había sido torturado y estaba «bajo presión» cuando se filmó el vídeo.
Jennifer Mathers, profesora principal de política internacional en la Universidad de Aberystwyth, dijo que el supuesto vídeo de la confesión de Protasévich es parte de un «patrón histórico que se remonta a la época soviética de exigir confesiones falsas, especialmente cuando no hay evidencia real para respaldar una condena». Para la experta, el periodista parece estar hablando de un guion en el vídeo y que sus declaraciones son «radicalmente diferentes de su posición previa a la detención». Y es que la idea de que alguien que ha dedicado su vida profesional al movimiento a favor de la democracia en Bielorrusia confiese libremente a los servicios de seguridad es «no creíble», agregó Mathers.
Más escepticismo por el vídeo de Protasévich
El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo el martes a través de su cuenta en Twitter que el vídeo «hace que la visualización sea profundamente angustiosa». Además, señaló que las acciones de Bielorrusia «tendrán consecuencias». Therese Coffey, ministra del gobierno británico dijo que el comportamiento del régimen de Bielorrusia se presta a pensar que esta declaración no fue ofrecida voluntariamente.
Por otro lado, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden dijo en un comunicado que el vídeo parece «hecho bajo coacción». Mientras que pidió la liberación inmediata del periodista. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Bielorrusia no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Angela Merkel también exigió la liberación de Román Protasévich y considera que las explicaciones de las autoridades bielorrusas sobre el incidente del avión de Ryanair son «inverosímiles». Por su parte, el Consejo Europeo se reunió para discutir sanciones adicionales a Belarús.
Esta misma semana también se difundió otro vídeo en el que se muestra la supuesta confesión de Sofia Sapega, la novia de Protasévich. El material audiovisual también generó preocupaciones entre familiares y amigos. En la «confesión», Sapega dice que operaba un canal de Telegram que compartía información personal de los agentes del orden.
¿Quién es Román Protásevich y por qué lo obligan a confesar?
El año pasado Román Dmítriyevich Protasévich, de 26 años, ayudó a fundar un canal alternativo en Telegram llamado Nexta, una plataforma de noticias alternativa creada para evitar el alcance del Gobierno. A través de la plataforma, proporcionó información y ayudó a documentar y coordinar las protestas masivas contra el Gobierno de Alexander Lukashenko. Desde ese momento ha sido el foco de la ira de las autoridades del país. Los funcionarios de Minsk también pusieron al fundador de Nexta, Stepan Putilo, en su lista de personas «involucradas en actividades terroristas».
Pero la participación política de Protasévich no comenzó ahí. Esta se remonta a su adolescencia, cuando participó en las protestas contra la presidencia de Lukashenko. Estudió en el Instituto de Periodismo de la Universidad Estatal de Bielorrusia y luego trabajó como fotógrafo de noticias para European Radio y otras organizaciones de noticias. En 2019, por temor a represalias de la KGB huyó de Bielorrusia a Polonia, donde se le concedió asilo político. Más tarde sacó a sus padres de Bielorrusia por las mismas razones.
El año pasado el foco hacia Protasévich volvió cuando Lukashenko reclamó una victoria aplastante en unas elecciones que la oposición bielorrusa y los observadores occidentales condenaron como fraudulentas. La oposición, encabezada por la candidata presidencial Svetlana Tikhanovskaya, organizó manifestaciones pacíficas masivas. Mientras que el gobierno respondió con una brutal represión.
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