Por Benito Guerrero
30/03/2018
Dejando a un lado los días libres y la llegada de la primavera, lo mejor que nos trae la Semana Santa son, sin duda, las torrijas. Son el plato estrella de estas fechas gracias a la aparente facilidad de su elaboración, a la sencillez de sus ingredientes y sobre todo a lo increíblemente ricas que están.
Moncho Lopez, alma mater de las panaderías y coffee bakeries Levaduramadre, nos dice que “al tratarse de un plato con pocos ingredientes, hay que partir de una materia prima de primera calidad. Ahí es precisamente donde el pan juega un papel fundamental. Tiene que ser un pan enriquecido, para que la torrija quede más sabrosa, pero a la vez que tenga cuerpo, para que aguante todos los pasos del proceso de elaboración”.
Las torrijas tienen fama de ser un plato de aprovechamiento que en sus orígenes se preparaba con el pan duro que quedaba en las casas. Pero hace mucho tiempo que las cosas han cambiado. Actualmente casi todo el mundo prepara las torrijas con un pan creado para tal fin. Quedan muchísimo más cremosas, no se rompen tanto y están mucho más buenas.
Cinco datos que desconocías
1. Se vincula su origen a un invento de los romanos, no sólo les debemos las carreteras y los acueductos, de ellos heredamos el gusto por pegarnos un buen festín.
2. Durante siglos, fueron alimento de pobres, un producto barato que ayudaba a recargar fuerzas mediante dos alimentos básicos (pan y leche); al ser tan saciante y calórico, comenzó a consumirse en la Cuaresma para compensar los períodos de abstinencia que pautaba la tradición religiosa.
3. Algunos fijan su origen por un motivo completamente distinto: que comenzaron a prepararse para aliviar el dolor de las madres al dar a luz y favorecer su recuperación.
4. A principios del siglo XX, perdieron parte de su vinculación religiosa y empezaron a ser habituales en las tabernas madrileñas acompañadas por una copita de vino.
5. Otros países tienen su versión particular de la torrija. El pain perdu francés, las rabanadas portuguesas o las french toast de los americanos; y es que un prodigio gastronómico tan asequible, nutritivo, sano y delicioso… tenía que cruzar fronteras.
Ingredientes
Receta de Torrija de Baileys con helado de galleta, según el restaurante Los Montes de Galicia
Ingredientes
– 1 rodaja de pan (un poquito dura y con miga densa)
– 1 huevo pequeño
– Medio vaso de leche
– 1 cucharada y media sopera de Baileys
1 cucharada sopera de crema de orujo
Una cucharadita de canela
25 gramos de azúcar moreno
Aceite para freír
Helado de galleta
Pasos a seguir
1. Mezclar la leche, el Baileys, la crema de orujo y la canela para hacer la infusión y hervir durante unos 10 minutos (es al gusto del cocinero añadirle en este paso un poquito de azúcar o no).
2. Una vez hervidos los ingredientes y realizada la infusión colocarla en un plato hondo. A continuación, introducir la rodaja de pan un total de 40 minutos, 20 minutos por un lado, 20 minutos por el otro.
3. Pasados los 40 minutos, y una vez que el pan está empapado e impregnado de sabor, sacarlo y rebozarlo con el huevo batido.
4. A continuación, freír la torrija con aceite caliente. Una vez que esté doradita por un lado, darle la vuelta para que se dore por el otro.
5. Añadir el azúcar moreno.
6. Presentar con el helado de galleta.