En Koudougou – una localidad a dos horas de la capital de Burkina Faso – las mujeres han transformado 2400 toneladas de residuos plásticos. Este trabajo ha disminuido en un tercio los desechos que se encuentran en los vertederos. Además, de complementar y aumentar los ingresos de jóvenes y mujeres.
La gestión de residuos plásticos en Burkina Faso es un gran desafío, pues repletan carreteras y campos. Sin embargo iniciativas como el grupo Neere (“limpio o bonito” en idioma Mooré) y la Asociación de Jóvenes en Solidaridad para el Desarrollo y Saneamiento son cruciales, mientras a nivel mundial los gobiernos y empresas privadas no asuman el hecho de que seguir produciendo y consumiendo plástico es letal para el planeta.
¿Sabías que cada año se producen 5 billones de bolsas de plástico? Nuestro planeta se está ahogando en plástico.
Lleva tu propia bolsa de la compra por una vida #SinContaminación. https://t.co/MlZNnzXC4J Vía @ONUMedioAmb pic.twitter.com/gA2idx6FkV
— Naciones Unidas (@ONU_es) 18 de mayo de 2019
Gestión de plásticos empodera a mujeres y jóvenes
El grupo Neere tiene un taller en Koudougou a dos horas en coche desde la capital Uagadugú. Al no contar con una gestión oficial de residuos plásticos, aproximadamente 70 mujeres tejen, recolectan, clasifican y lavan desechos de plástico para transformarlo en ropas y otros materiales.
El objetivo principal de este grupo es mejorar el saneamiento y ayudar a las mujeres y los jóvenes a generar mejores ingresos. Como el caso de Pakmogda Kansole Heleine que desde 2008 complementa los ingresos de la venta de cultivos con el tejido de bolsas de plástico.
“Vemos los residuos de plástico como dinero en transición. Lo tejemos en productos rentables, dándole valor. Así es como pensamos de manera diferente”, dice Daniel Lankoande- coordinador de grupo- a ONU Medio Ambiente.
Las mujeres de este grupo han tenido un impacto más que positivo en su entorno al reciclar 2400 toneladas de residuos plásticos. Además, de que las ventas de sus productos han aumentado de $1120 en 2007 a $5620 actualmente. Los beneficios de estas ventas se reparten a partes iguales entre los integrantes del grupo.
Plástico y compost
De vuelta a Uagadugú, la Asociación de Jóvenes en Solidaridad para el Desarrollo y Saneamiento trabaja con 300 mujeres en la confección de tela, trajes y sombreros a partir de desechos plásticos. Las comunidades hacen otro tanto al pagar $1.70 por la gestión de sus desechos orgánicos en compost y desechos plásticos en trajes, bolsas y hasta cuerdas para muebles.
Explica la líder de esta asociación, Yassia Savadogo, que su trabajo constituye informar a las personas que los desperdicios son una oportunidad. Por ejemplo, la elaboración de compost a partir de materia orgánica permite sustituir el costoso fertilizante químico necesario para las comunidades, cuyos ingresos dependen de los cultivos de cebollas, papas y otros vegetales. Además, de tener un valor añadido, ya que el compost protege el suelo y retiene la humedad.
El camino de este grupo no ha estado exento de obstáculos. Pues al usar 100% plástico en sus confecciones descubrieron que el material era muy resbaladizo. Por lo tanto, decidieron usar una mezcla de plástico con algodón lo que hace sus productos más atractivos.
No obstante a pesar de estos obstáculos, ya están encaminados en un proyecto que ha empoderado a mujeres y jóvenes. Mujeres y jóvenes que marcan una diferencia tanto para su entorno como para su economía personal y el medioambiente.
Residuos plásticos y contaminación del aire
Iniciativas como Neere y la Asociación de Jóvenes en Solidaridad para el Desarrollo y Saneamiento son necesarias en un mundo que está llenando los océanos de plásticos y no sabe cómo gestionar los residuos del mismo.
Para este próximo Día Mundial del Ambiente el tema central es la contaminación del aire. Aproximadamente el 12% de los desechos sólidos son residuos plásticos y 40% de esos desechos en el mundo se queman. Lo cual implica un tema de salud y contaminación públicas, pues la quema de plásticos libera gases tóxicos como dioxinas, furanos, mercurio y bifenilos policlorados (PCB).
El #plástico no solo amenaza la vida marina, también compromete la lucha contra el #CambioClimático.
Este año las #emisiones por la producción y gestión del material serán equivalentes a las de 189 plantas de carbón.
Lee nuevo informe de @ciel_tweets: https://t.co/Mx8PWjzidX pic.twitter.com/QAEMi5jQ0I
— ONU Medio Ambiente (@ONUMedioAmb) 15 de mayo de 2019
La liberación de estos gases a la atmósfera constituye una amenaza para la vida vegetal, animal y humana. Las consecuencias sobre cultivos, sistemas fluviales y la salud humana no se hacen esperar,
- Cáncer
- Alteración del sistema respiratorio
- Alteración del sistema endocrino, que a su vez conducen a problemas de fertilidad y complicaciones neonatales
- Aumento de enfermedades cardíacas
- Daños al sistema nervioso
- Erupciones, náuseas y dolores de cabeza, son solo algunos de los efectos sobre la salud humana.
Guerra mundial contra el plástico
Por su parte África se ha convertido en el continente puntero en cuanto a manejo de residuos plásticos se refiere. Señala el Foro Económico Mundial que el continente africano está a la cabeza de la lucha contra las bolsas de plástico.
Tanzania ha prohibido la fabricación y distribución de bolsas de plástico desde 2017. A esta acción se sumó la segunda fase de esta prohibición que recomienda a los visitantes no cargar ni empacar nada en bolsas de plástico, ya que deberán dejarlas en el aeropuerto.
Los consumidores podemos hacer nuestra parte para frenar la #contaminación. Pero eso no es suficiente.
Necesitamos que los Estados y las empresas sienten las bases de una nueva economía del #plástico. Mira cómo pueden hacerlo 👇. #MaresLimpios pic.twitter.com/Rnw1ozTA1w
— ONU Medio Ambiente (@ONUMedioAmb) 20 de mayo de 2019
Igualmente este organismo señala los esfuerzos de Ruanda o Kenia, donde ignorar la prohibición de uso de bolsas plásticas puede acarrear una multa de hasta $38mil o 4 años de prisión. Por su parte, el Parlamento Europeo para marzo de este año aprobó una normativa que prohíbe la utilización de plásticos de un solo uso, la cual entra en vigencia a partir de 2021.
A pesar del éxito que algunos apuntan a las prohibiciones, otros señalan que el problema del plástico también debe ser abordado desde su origen. Pues se estima que para el 2050 la producción de plástico representará el 20% de la producción petrolera a nivel mundial.
Entonces, ¿bastará con solo reciclar y prohibir? ¿O habrá que cambiar ciertos modelos de producción en aras de un planeta más limpio? #C16Alerta Recicla más, reduce más.
Para más información viste Cambio16.com
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