En España no existen valores límites para la protección de la salud en relación con el tolueno en el aire. La Agencia Americana de Protección del Medio Ambiente (EPA) considera que la concentración de referencia (FCA) para ese elemento es 5 miligramos por metro cúbico (5 mg/m3), basada en los estudios realizados sobre los efectos neurológicos de la sustancia en los seres humanos.
En la zona asturiana del Lauredal, el tolueno ha alcanzado recientemente un pico de 29 µg/m3. Una cifra que casi quintuplica al límite permitido por la EPA. Algo similar pasa con el benceno. Un peligroso contaminante que debería tener como valor de referencia límite anual un 0. Sí, CERO, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Comisión Europea. Sin embargo, la normativa española aplicada a este elemento es muy laxa: 5 µg/m3 de media anual. Y en Lauredal alcanza con frecuencia picos de entre 13 y 21 µg/m3.
Normas tolerantes para el benceno y tolueno
En enero, por Real Decreto, se establecieron en España nuevos límites a materiales con efectos cancerígenos y mutágenos, como el sílice cristalino, en concordancia con disposiciones del Parlamento y el Consejo europeos. Sin embargo, las normas vigentes para el benceno y tolueno siguen siendo demasiado tolerantes. Y eso representa riesgos significativos para la salud pública.
El Real Decreto 1154/2020, del 22 de diciembre de 2020, publicado en el Boletín Oficial del Estado, establece que “para los agentes ahora regulados se establecen los valores límite de exposición profesional de la directiva». No obstante, se hace una excepción para el polvo respirable de sílice cristalina, la acrilamida y el bromoetileno, para los que se incluyen los valores límite ambientales de acuerdo con el criterio técnico del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo. En el caso del polvo respirable de sílice cristalina estableció un valor límite de 0,1 mg/m3 hasta el 31 de diciembre de 2021.
Plan de Asturias era ajustarse a la OMS
En el Plan de Asturias de Salud y Medio Ambiente se había planteado desde 2019 reducir los valores límites de ciertos elementos de alto riesgo para la salud pública, registrados en la red de calidad del aire del Principado de Asturias, a los niveles establecidos por la Organización Mundial de la Salud». En consecuencia, se limitarían las emisiones desde el sector industrial de partículas, óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre y benceno.
Concretamente, se planteaba disminuir los límites de emisión en las industrias que operan en las zonas donde los contaminantes tienen valores elevados. Además, ordenaban establecer sistemas de control continuo o periódico en los focos. El documento explicativo señalaba que tal acción ya había sido «iniciada».
El tolueno o enceno (C6H5CH3) es un hidrocarburo de tipo aromático, de olor agradable, que se obtiene a partir del benceno. Con el tolueno puede fabricarse TNT, colorantes, detergentes, disolventes y productos aromáticos, revestimientos, adhesivos, gomas y tintas, entre otros artículos. El nombre deriva del bálsamo de Tolú extraído del árbol Myroxylon balsamum, del cual Henri Etienne Sainte-Claire Deville lo obtuvo por primera vez en 1844 mediante destilación seca.
Murcia+Salud, el portal sanitario de la región, precisa que el elemento se produce industrialmente durante la manufactura de gasolina y de otros combustibles a partir de petróleo crudo y en la manufactura de coque a partir de carbón. Además, es añadido a la gasolina para mejorar los índices de octano.
Las principales fuentes artificiales que liberan tolueno al medio ambiente
- Fuentes involuntarias (65%), es decir, las emisiones del motor de vehículos y aviones y las pérdidas durante las actividades de comercialización de gasolina, derrames y humo de cigarrillos.
- Procesos en los que se usa tolueno (33%).
- La producción de tolueno (2%).
En el portal SciElo (Scientific Electronic Library On line), el equipo integrado por José M. Ordóñez-Iriarte, María E. Gómez, Ignacio Sánchez, Carmen Fernández-Aguado, Rosa López y José B. Ferrer, advierten sobre la necesidad de ponerle coto a estos contaminantes en los aires de España. «Las redes de vigilancia tienen que avanzar en el control del benceno, tolueno, xileno, etc. productos químicos volátiles de gran relevancia sanitaria todavía ignorados», declaran ambos investigadores.
La Coordinadora Ecologista d’Asturies a EcoNoticias denunció que en el año 2020 se disparó el benceno y el tolueno, además de las partículas. «Sin embargo, seguimos esperando por las medidas para reducir esta contaminación», subrayaron.
El tolueno se ha encontrado actualmente en por lo menos 1,012 de los 1,699 sitios de desechos peligrosos más serios que identifica la Agencia de Protección Ambiental. El Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, por su parte, explica que el tolueno es una sustancia nociva para el ser humano, aunque su toxicidad es muy inferior a la del benceno.
«La exposición a grandes concentraciones puede provocar afecciones en el sistema nervioso de la persona, y a bajas y moderadas dosis se producen síntomas de cansancio, confusión, debilidad, pérdida de memoria, náuseas, pérdida del apetito y de vista. No obstante, la sintomatología generalmente desaparece cuando no existe exposición a la sustancia», alerta.
Lea también en Cambio16.com: