Un festival de acusaciones. Así puede resumirse lo ocurrido este miércoles, en el pleno en el Congreso, durante la maratónica primera jornada de la moción de censura a Pedro Sánchez, a instancias de Vox. La iniciativa no cuenta con el respaldo de los partidos de la coalición. Pero tampoco la suscriben los de la oposición. Solo la apoyarán los 52 diputados de la formación presidida por Santiago Abascal. Aunque servirá, en todo caso, para desvelar dónde se coloca el PP en el abanico de la derecha. Esa es, por ahora, la gran incógnita.
Abascal prometió convocar elecciones antes de que termine el año, si la moción de censura que lidera en el Congreso llegase a prosperar. Hasta entonces, se conformaría un Gobierno de emergencia nacional. Se comprometió a que los comicios se celebren en un clima de «libertad e igualdad de oportunidades».
Aseguró que ese Gobierno de emergencia nacional sería «reducidísimo». En todo caso, dijo, no será «como esta manifestación de distintas sensibilidades ideológicas», en referencia al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Un deber nacional
El debate arrancó a las nueve de la mañana con el turno del diputado de Vox por Barcelona Ignacio Garriga, para defender la moción, a la que calificó como «un deber nacional que asumimos ante la inacción del resto de formaciones políticas». Aseguró que «Sánchez, Iglesias y los separatistas comparten agenda», ante lo cual la formación que representa se propone «evitar las políticas gubernamentales de odio nacional». Se refirió al Ejecutivo como un «Gobierno ilegítimo» que «ha traído la ruina y la muerte«. Acusó al presidente de ser «símbolo de la mentira y el fraude«.
Garriga aseguró que al Gobierno de Sánchez «solo le importa el conflicto y enfrentar a los españoles. Siembran el odio y se enriquecen con ello, viven de la división y el enfrentamiento. Avivan viejos odios ya olvidados«.
Un programa de Gobierno
Santiago Abascal, como candidato de esta moción de censura, habló para exponer -sin límite de tiempo- el programa político para su eventual gobierno. Calificó al Ejecutivo de Pedro Sánchez de ser «el único Gobierno de la democracia que ha atacado al jefe de Estado, a la Justicia independiente, a la oposición democrática y al Estado de Derecho». Al presidente le acusó de ser «mentiroso sin escrúpulos» motivado por su «ansia de poder».
«No son ustedes un Gobierno, son un Frente Popular socialcomunista en alianza con separatistas y terroristas, una mafia y a los españoles se les ha terminado la paciencia», dijo.
Aseguró que el Gobierno de Sánchez no solo es «el peor en 80 años de historia», sino también el que «peor ha afrontado en el mundo la pandemia de coronavirus». A los diputados que le apoyen y le den su confianza a la hora de votar la moción, les dijo que serán «responsables ante el pueblo español de sus ya públicas y conocidas fechorías».
Si triunfa la moción de censura, Abascal dijo que llamará a «un gobierno de emergencia nacional», de «mínimos», para convocar comicios. «Hasta la celebración de elecciones, conformaría un gobierno reducidísimo. Un gobierno de transición y de emergencia». «Los españoles podrán votar sin miedo como ocurre ahora en algunos territorios», subrayó.
No entrar en provocaciones
En su réplica, Pedro Sánchez dijo que no va a entrar «en las provocaciones» de Vox. «Esta moción de censura es de todo menos constructiva, sabe que no tiene la menor posibilidad de tener la confianza mayoritaria de la Cámara».
Ante los ataques de Abascal a la gestión del Ejecutivo sobre la pandemia, Pedro Sánchez se pronunció en defensa de Fernando Simón. «Me siento orgulloso y afortunado de su trabajo», dijo.
Todos contra Vox
Las intervenciones del resto de la jornada se convirtieron en una lucha dispareja. Por un lado, Vox. Por el otro el resto de agrupaciones. Unos más agresivos, otros menos. Pero todos, en definitiva, en la acera de enfrente.
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, habló directamente a la gente de los barrios. «Abascal votó en contra del salario mínimo, de los ERTE, de la subida de los pensiones, de preservar este planeta o de que en este país se asesinan a decenas de mujeres cada año […] Votando a Vox estás votando al jefe que te explota, al juez que te condena, al periodista que te miente, al policía que te pega«.
Criticó a la derecha española por no aislar a la ultraderecha, como sí sucede en Alemania. Instó al Gobierno, a «dejar morir» al PSOE de Felipe González y José Luis Corcuera.
La portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, detalló por qué no apoyará la moción de censura. Dijo que, lejos de debilitar al Gobierno, la iniciativa está cohesionando a la coalición. También criticó el momento —de la crisis sanitaria— elegido por Vox, y acusó a la formación de no presentar soluciones.
Aitor Esteban, del PNV, dijo que Santiago Abascal es un «no candidato» porque Vox no tenía ningún otro después de que varios les hayan dado «calabazas». Explicó, además, que no quería hacer un «uso espurio» de la moción de censura, por lo que ha renunciado a 29 de los 30 minutos que le correspondían para intervenir.
Mertxe Aizpurua, portavoz de Bildu, acusó a Vox de representar el fascismo y les recordó que la banda terrorista ETA dejó de existir hace nueve años.
Laura Borràs, de Junts per Catalunya, dijo que «al fascismo no se le ignora» sino que se le combate. Justificó su ‘no’ a la moción por el hecho de que Vox sea «de extrema derecha» mientras que su grupo es extremadamente democrático.
Íñigo Errejón, de Más País, comparó a Vox con «el típico matón del instituto». Le reclamó a la formación sus críticas al feminismo cuando este año en España han sido asesinadas 36 mujeres.
Las respuestas de Abascal
El líder de Vox arremetió al responder las intervenciones. A Rufián le llamó «friki» y «Superman». Aseguró que le provoca un gran placer oírle decir que está preocupado por el acercamiento de miles de obreros a Vox.
En su respuesta a Arrimadas, acusó a Ciudadanos de variar su posición en función de las circunstancias. Criticó a la diputada por haberles llamado populistas o inmorales por presentar la moción de censura en mitad de la pandemia.
En su réplica a Aitor Esteban, acusó al PNV de ser «los niños mimados del bipartidismo» y de apropiarse del País Vasco por autodenominarse «grupo parlamentario vasco».
A la portavoz de Bildu le respondió con una larga enumeración de víctimas de ETA que los diputados de Vox han escuchado puestos en pie. «De estos casi mil crímenes hay casi 300 sin resolver», dijo Abascal tras leer una lista de nombres durante más de 30 minutos.
Reinicio este jueves
Cuando acabe el debate, que se reanuda este jueves a las 9:00 de la mañana, se anunciará la hora de la votación. El Reglamento establece que será pública y por llamamiento, aunque sólo podrán decir su voto de viva voz los presentes en el hemiciclo.
Sigue siendo una incógnita qué votará el Partido Popular. Todavía no ha definido si el sentido de su voto será no o abstención. En una rueda de prensa, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, no quiso revelar el sentido de su voto. Pero dijo que el discurso de Santiago Abascal ha confirmado que la moción de Vox es «un triunfo para Pedro Sánchez». A su juicio, la iniciativa «es inoportuna porque fortalece a Sánchez y moviliza a la izquierda»,.
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