Con una altísima densidad de población, los japoneses han encarado con ingenio los problemas del espacio para albergar a tanta gente. Tanto en los hogares, oficinas y hoteles. Todo es minúsculo en este pujante país de contrastes. A finales de los setenta idearon en Japón los hoteles cápsula que resultaron una novedad y atractivo turístico. En la actualidad se han expandido y refinado, con tecnología y confort. Estos hospedajes también se han replicado en otros lugares del mundo.
Japón cuenta con una población aproximada de 126 millones de personas y varias ciudades inteligentes. Es un país muy poblado y tiene una alta densidad: 333 habitantes por Km2. Y Tokio tiene cerca de 37 millones de habitantes. Superando en concentración a Delhi y Shanghái, que es mucho decir.
Estos hoteles ofrecen alojamientos como si se estuviera dentro de una cápsula. Si fuera una cápsula espacial se tendría la recompensa de estar rodeado por el infinito, en estos se está rodeado de dormitorios. Encima y al lado de otros. La movilidad es reducida y obliga a la prudencia. Un paso en falso o un estiramiento después de un sueño reparador, le puede ocasionar un tropezón con el techo o paredes.
Los compartimientos más pequeños tienen unos 2 metros de longitud, y aproximadamente 1,25 metros de altura. A prueba de claustrofóbicos y de aventureros que buscan refugios baratos y diferentes. Una experiencia para contar y registrar en las redes sociales.
Estos hoteles normalmente están ubicados alrededor de los principales centros de transporte público en las grandes áreas metropolitanas. La mayoría de sus huéspedes son trabajadores que al salir tarde de sus jornadas pierden el tren. Pueden pasar allí la noche en un lugar seguro y más económico, incluso, que tomar un taxi que lo lleve a su hogar.
Hoteles cápsula, toda una experiencia en Japón
En lugar de las clásicas literas de los hostales occidentales, en los que se comparte habitación con otras personas, estos hoteles cápsula en Japón, ofrecen privacidad, quedando totalmente cerradas de manera individual.
Estos recintos son demandados por japoneses que van de tránsito de una ciudad a otra. O de turistas, especialmente mochileros, que cuentan con un presupuesto limitado y optan por estas alternativas económicas.
El precio de pasar una noche en una de estas cápsulas japonesas puede variar mucho, dependiendo de los servicios y comodidades que ofrezcan. Una noche puede oscilar entre los 2000 y 5000 yenes por persona; unos 15 a 35 dólares en Tokio, una de las ciudades caras del mundo.
Este precio incluye zonas y baños comunes. Y, por su puesto, la habitación a la medida. En su interior se encuentra un cómodo colchón equipado con sábanas y almohadas. Además de diferentes servicios que varían según el hotel, como puede ser una televisión, consola de videojuegos, conexión a internet, enchufe, lámpara, y una pequeña mesita.
Otros hoteles cápsula, de los 300 que hay en Japón, también pueden albergar restaurantes, máquinas expendedoras, lavandería y salas de entretenimiento. Algunos más tradicionales y modestos, y otros muchos tecnológicos y a la vanguardia de diseños urbanísticos.
Las zonas en los hoteles se diferencian por sexo, existiendo una sala en la que solo pueden dormir mujeres, y otra para hombres. Son características generales, aunque hay excepciones. La diferenciación entre chicos y chicas (hay también mixtos) se hace de la misma forma en los baños y duchas que son compartidos. Pero no en las zonas comunes como comedores, salas de estar o taquillas, que todos los huéspedes tienen a su disposición.
Una noche diferente para contar
El primer hotel cápsula, como se conocen hoy en día, fue abierto en Osaka, en el distrito de Umeda, el 1 de febrero de 1979. Su nombre es Capsule Inn Osaka y solo acepta hombres. Tuvo tanto éxito Desde su inauguración que este tipo de alojamiento no ha parado de extenderse en las principales ciudades de Japón.
El concepto de dormir en un pequeño cubículo sorprendió tanto a los extranjeros que visitaban Japón en los años ochenta y noventa, que poco a poco fueron cobrando popularidad entre los turistas de todas partes del mundo.
Para darte el capricho de alojarte en este tipo de hotel tan singular, si viajas solo, o para pasar la última noche antes de irte al aeropuerto, puedes reservar un hotel cápsula barato o en uno de los más lujosos. Las agencias de turismo tienen un amplio catálogo de ofertas y opciones.
Entre ellas, en el My CUBE, mucho más sofisticado y confortable, cada cápsula tiene su propia televisión, es cómoda y un poco más espaciosa. El servicio incluye baños de lujo, ropa de cama, toallas, zapatillas, bata, y desayuno tipo buffet japonés y oriental. En las instalaciones también cuenta con bar y restaurante.
El First Cabin TKP Ichigaya ofrece un hospedaje más cómodo sin renunciar a la experiencia única de los hoteles cápsula. Desde las clásicas cápsulas modo litera, con un espacio más reducido, hasta cubículos más anchos y altos, en algunos de los cuáles se puede poner de pie. Todas y cada una de las habitaciones están equipadas con televisión e incluyen ropa de cama, toallas, artículos de aseo y una taquilla individual. Los baños son compartidos, pero muy completos.
Variedad, comodidad y mayor amplitud
Otra opción es en Khaosan Tokyo Samurai muy cercano a la estación de Asakusa. De estilo tradicional, mezcla la experiencia de alojarse en una casa japonesa, con el precio más ajustado de los hoteles cápsula.
La decoración es espectacular. Zonas comunes con cómodos tatamis, mesas bajas dónde tomar el desayuno o la cena, y otras muchas actividades a disposición de los huéspedes. Sus dormitorios tienen detalles de madera que le aportan calidez, en cada cápsula hay un pequeño armario, mesita, percha y lámpara de lectura.
La cocina es compartida, así como la terraza situada en la azotea, desde donde se aprecian las mejores vistas de la ciudad. Estos hoteles cápsula se encuentran en España, México, Argentina, entre otros, con diseños futuristas.