Europa insiste en una transición a una economía sostenible justa. Es por ello que el Pacto Verde Europeo, que fue presentado por la Comisión este miércoles y podrá ser ratificado este jueves, incluye un plan de financiación de 100.000 millones de euros para apoyar a los países que más sufrirán las consecuencias del cambio de paradigma.
Aunque la oferta pretende resolver las reticencias de países como Polonia o Alemania, Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión, sabe que «no será fácil» convencer a los Estados miembros a comprometerse con nuevos objetivos de reducción de emisiones para 2030 y la neutralidad de carbono para 2050.
En una entrevista para El País, Timmermans explicó que en enero la Comisión va a precisar cómo funcionará el fondo de la transición justa. “En nuestro análisis preliminar, con fondos de la UE, de la cofinanciación de los Estados y préstamos del Banco Europeo de Inversiones podemos llegar a 100.000 millones”, indica Timmermans.
Today we present an #EUGreenDeal which will fight climate change, protect nature, make our economy sustainable and leave nobody behind.
Because if this is not a social Green Deal, it will not be a successful Green Deal.
🇪🇺💚🌍 pic.twitter.com/YEwryXx8XS
— Frans Timmermans (@F__Timmermans) December 11, 2019
Una transición de elevado coste
El vicepresidente explica que el fondo de transición será “una pieza más de un gran engranaje, pero demuestra que la UE es consciente de que esta transición va a ser más dura para unos que para otros. Y este mecanismo no es para financiar la transición, sino para que esta sea justa. Debe ser una expresión de la solidaridad europea”.
El vicepresidente admite que para lograr la neutralidad en 2050, Europa deberá invertir entre 260.000 y 300.000 millones de euros anuales. “Parece una cantidad increíble. Pero el coste de no actuar es enorme: pérdida de productividad por el aumento de la temperatura, desastres naturales, desertificación, crisis de salud… No hay que ser ingenuo, va a haber un elevado coste. Pero el precio de invertir es menor que el de no hacer nada”.
Por ello, Timmermans considera que “esto debería formar parte también del debate sobre el Presupuesto de la UE. Y les pediría a los países que siguen insistiendo en destinar el 1% de su PIB (en lugar del 1,11% que propone la Comisión) que lo piensen bien”. Estos países son Dinamarca, Holanda, Alemania, Suecia y Austria.
«El Pacto Verde Europeo es nuestra nueva estrategia de crecimiento, un crecimiento que aporta más de lo que consume» @vonderleyen https://t.co/kebo2B2SVP#EUGreenDeal pic.twitter.com/Q6xaGNiCsO
— Comisión Europea (@ComisionEuropea) December 11, 2019
Descarbonización en 2050, ¿es suficiente?
Por otro lado, Timmermans admite que el compromiso de descarbonización para el 2050 es suficiente “por ahora”. La Comisión está preparando un borrador para hacer esta promesa una ley que estará listo, según el vicepresidente de la Comisión, en verano del año que viene, a tiempo para la COP26 de Glasgow.
Sin embargo, todavía hay países a los que les ha costado cumplir sus objetivos de reducción y que no ven con buenos ojos ampliar los mismos para el 2030. En esos casos, Timmermans asegura que hay “ser realistas con lo que es posible, pero también sobre lo que está pasando en el medioambiente”. El vicepresidente confía que la evaluación de impacto les dará “argumentos para que los Gobiernos nacionales vean los hechos”. Pero sabe que no será fácil convencerles porque entiende que “para algunos es una tarea enorme”.
Ayudar a los ciudadanos
Por último, Timmermans se refirió a las medidas que van a afectar directamente a los ciudadanos en el corto plazo como la estrategia “De la granja a la mesa” que ayudará a la “calidad de la comida” y a que baje el uso de pesticidas, así como los programas para reverdecer las ciudades y ayudar a cambiar el tipo de energía que se utiliza en casa. Sin embargo, hay otras más complicadas como disminuir el uso de los coches diésel, que podría generar más malestar social como la vivida en Francia con los chalecos amarillos.
“Los ciudadanos más vulnerables a esta transición son también los que están más expuestos si no se hace”, reflexiona Timmermans. “Son vulnerables porque sienten que no pueden permitírsela. Pero si no la hacemos, ¿quiénes son las víctimas? Ellos. ¿Y cómo demostrar a la gente que es vulnerable en ambos casos que les interesa una transición rápida? Solo si se hace de una forma justa”, concluye.
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