El 2024 luce como el «annus horribilis» para Tesla. La empresa de Elon Musk, que parecía destinada a ser el equivalente disrruptor de Ford en nuestros tiempos, se desmorona. Modelos envejecidos, caros y con fallas que pueden ser mortales se han convertido en un lastre que hunde las expectativas de los inversionistas. El futuro de la empresa entra en proceso de redefinición.
Se pensaba que Tesla podría ser la “nueva Ford” del siglo XXI, revolucionando la industria automotriz con sus vehículos eléctricos, como Ford lo hizo con el modelo T. Sin embargo, los recientes desafíos que enfrenta ponen en duda esa posibilidad. Nadie puede negar que ha tenido un impacto significativo en la industria automotriz. Pero envuelto en críticas y controversias. La caída de sus ventas, beneficios y valor de mercado, así como la disminución de la confianza de los accionistas, han llevado a muchos a cuestionar si Tesla puede mantener su posición de liderazgo.
La competencia de las compañías de vehículos eléctricos en China, que han bajado sus precios, está afectando la demanda de los autos de Tesla. Los recientes despidos anunciados por Musk y los problemas de producción en la Gigafactory de Shanghái han empeorado la situación. Pese a lo cual Tesla sigue siendo un jugador importante. Muchos se preguntan si podrá superar estos obstáculos y recuperar el líderazgo en la industria de los vehículos eléctricos, o si ha llegado a un punto de quiebre.
Tropezón del Cybertruck
Los coches de Tesla han estado en el centro de la controversia últimamente. Sus funciones de conducción autónoma se han vinculado a cientos de accidentes y más de una docena de muertes. A principios de este mes, la compañía retiró toda su flota de Cybertrucks debido a un problema mecánico que, según InsideEVs, “podría convertir el trapezoide de acero inoxidable en un misil terrestre de 6.800 libras”.
Pese a las críticas Tesla defiende sus automóviles y su software de piloto automático. La compañía informó a los reguladores federales que el mal funcionamiento del Cybertruck no está relacionado con ningún accidente o lesión. Sin embargo, resolver todos los problemas de seguridad puede no ser suficiente para evitar que el negocio de vehículos eléctricos de Tesla se vuelva, financieramente, tóxico.
Recientemente, Tesla publicó su informe de resultados para el primer trimestre de 2024, revelando que sus ingresos netos cayeron un 55% respecto al año anterior. Elon Musk describió este mes desastroso como un período en el que su gigante automovilístico “atravesó varios desafíos imprevistos”. En abril, Tesla anunció su primera caída en las ventas desde 2020, retiró una línea de vehículos, canceló planes para otra y comenzó despidos masivos. La capacidad de Musk para mantener su imperio de vehículos eléctricos está en duda.
Modelos envejecen
Tesla se enfrenta al problema de que sus automóviles se están quedando atrás. Sus modelos, que alguna vez fueron sinónimo de alta tecnología y genialidad, están envejeciendo. La Cybertruck de Tesla, que debutó en noviembre, sólo vendió unas 4.000 unidades (que luego tuvo que retirar del mercado). Una cifra insignificante en comparación con las ventas de la Serie F de Ford. Además, no ha lanzado un modelo de pasajeros completamente nuevo en más de cuatro años. Mientras tanto, sus competidores, como la marca china BYD y fabricantes de automóviles como Rivian, Hyundai y Ford, han aprovechado el tiempo para ponerse al día.
Los estadounidenses ahora buscan modelos de vehículos eléctricos asequibles. El esfuerzo de Tesla por reducir progresivamente los precios no ha logrado satisfacer esta demanda. En abril, desechó un modelo esperado que se habría vendido por sólo 25.000 dólares. Elon Musk anunció planes para acelerar la producción de vehículos más asequibles, pero no especificó precios ni confirmó si estos serán modelos completamente nuevos o modificaciones de los existentes.
No obstante,Tesla sigue teniendo una gran ventaja en el mercado. Casi todos los futuros vehículos eléctricos en Estados Unidos dependerán de la empresa, gracias a sus supercargadores rápidos y confiables. Se espera que el número de estaciones Supercharger en todo el país aumente significativamente en la próxima década. Su futuro puede estar no sólo en la producción de vehículos, sino también en la infraestructura de carga eléctrica. Pero, pese a la caída en las ventas de coches eléctricos, sus ingresos aún superan con creces los que obtiene del almacenamiento de energía.
En picada
El 2023 fue un año dorado para Tesla, con un crecimiento de más del 101%. Su liderazgo en el mercado mundial de coches eléctricos cautivó a los mercados. Sin embargo, en 2024, la empresa fundada por Elon Musk ha perdido un 33% de su valor, convirtiéndose en el peor valor del S&P 500. Los analistas creen que podría perder todo lo ganado y volver a la casilla de salida.
A pesar de la caída de los márgenes de Tesla en 2023, un aumento de los ingresos del 18,8% hasta los 96.774 millones de dólares justificaba el optimismo. Sin embargo, los beneficios netos ajustados cayeron a 10.800 millones de dólares, frente a los 14.120 millones de 2022. Según Adam Jonas, analista de Morgan Stanley, “el impulso global de la demanda de coches eléctricos se está estancando”.
Tesla perdió su liderazgo en ventas en el último trimestre de 2023 frente al fabricante chino BYD. Producto de una guerra de precios en el sector, impulsada por las empresas chinas que exportan al exterior con grandes descuentos. Además, la paralización del mercado chino ha sido un gran golpe para Tesla, que ha tenido que recortar su producción en la giga factoría de Pekín.
Tensiones geopolíticas influyen
Las tensiones geopolíticas entre China, EEUU y Europa también han dañado las perspectivas de Tesla. Aunque la Casa Blanca afirma que los sistemas de software de los coches chinos “suponen un problema para la seguridad nacional”, se ha abierto a permitir su entrada al país con controles sobre esos sistemas.
El último golpe a Tesla ha sido el primer descenso en entregas en cuatro años, con apenas 386.000 vehículos. Un 20% menos respecto al trimestre anterior y un 8,5% menos interanual. Ante este panorama, algunos analistas como Wells Fargo predicen que las acciones de Tesla caerán un 30% más en los próximos 12 meses, borrando todo lo ganado durante el mágico 2023. Sin embargo, otros como Morgan Stanley apuestan por un potente repunte hasta los 320 dólares. Solo el tiempo dirá cuál de estas predicciones se cumple.
Cuatro caras de la crisis
- Despidos: Tesla anunció el despido del 10% de sus empleados a nivel mundial, generando inquietud en los mercados. Esta reestructuración, que afectará a unos 15.000 empleados, se suma a una disminución en la entrega de vehículos este año.
- Beneficios: Tesla registró una caída del 55% en sus beneficios respecto al primer trimestre del año pasado. Además, retiró del mercado su vehículo más reciente, el Cybertruck, debido a un fallo en el acelerador.
- Ventas: Las entregas de vehículos de Tesla bajaron un 8,5% interanual en el primer trimestre del año, marcando su primera caída desde 2020. A pesar de los desafíos, Elon Musk mantiene un discurso optimista y planea lanzar nuevos modelos a partir de la segunda mitad de 2025.
- Valor de mercado: El precio de las acciones de Tesla ha caído un 40% este año, con una valoración de mercado cercana a los US$460.000 millones. Desde noviembre de 2021, el valor de la acción ha bajado de más de US$400 a alrededor de US$162.
Más allá de los coches eléctricos
Pero Tesla es más que solo coches eléctricos. Según Elon Musk el principal objetivo de Tesla ahora es la inteligencia artificial y los coches autónomos. La compañía también se está posicionando para desempeñar un papel crucial en la transición verde: entregar y almacenar la energía de Estados Unidos.
La empresa está en camino de convertirse en un proveedor de energía clave, gracias a sus baterías. A medida que Estados Unidos se inclina hacia la energía limpia, el almacenamiento de energía se vuelve crucial. Tesla, que lideró la adopción de vehículos eléctricos hace más de una década, está llamada a ser la líder en el auge de las baterías.
Los cargadores de vehículos eléctricos de Tesla están en ascenso, al igual que sus enormes baterías que almacenan energía renovable para hogares e incluso vecindarios enteros. Los beneficios del negocio energético de Tesla aumentaron un 140% en comparación con el mismo periodo del año pasado. Musk afirmó que la división seguirá creciendo “significativamente más rápido que el negocio del automóvil”. Por lo tanto, el futuro de la compañía puede no estar en seguir los pasos de Ford, sino más bien en los de Duke Energy y Con Edison. En otras palabras, Tesla se está transformando en una empresa de servicios públicos.
Todos dependen de Tesla
Tesla sigue teniendo una gran ventaja en el mercado de vehículos eléctricos. Casi todos esos coches en Estados Unidos dependerán de Tesla, gracias a sus supercargadores rápidos y confiables. Se espera que el número de estaciones Supercharger en todo el país aumente significativamente en la próxima década. Desde 2019, Tesla ha estado vendiendo “Megapacks”, baterías enormes que pueden alimentar temporalmente miles de hogares. La demanda de estas baterías está creciendo, y algunos analistas predicen que ese negocio podría valer “sustancialmente más” que los automóviles de Tesla.
Además, Tesla vende Powerwalls, baterías de gran tamaño diseñadas para instalación doméstica. Estas baterías han representado aproximadamente la mitad de todas las instalaciones de baterías domésticas desde 2018. Se espera que la demanda se dispare. Tesla también tiene una línea de paneles solares, proporcionando otra forma de generar la energía que requerirá un mundo electrificado.
Con sus cargadores y baterías, los productos principales de Tesla se están volviendo infraestructurales. Esenciales para un futuro sostenible. Según Vaibhav Taneja, director financiero de la compañía, el despliegue de almacenamiento de energía debería crecer al menos otro 75 por ciento este año y comenzar a “contribuir significativamente a nuestra rentabilidad general”. El futuro de Tesla puede estar no en los coches eléctricos, sino en la energía.
Incógnita futura
En el futuro de las energías limpias no hay nada escrito. Los escenarios son tan cambiantes e imprevisibles como el propio Elon Musk. Aunque su negocio automotriz sigue siendo una de las pocas operaciones rentables de vehículos eléctricos en Estados Unidos, la empresa enfrenta a una competencia feroz. China inunda el mercado internacional con carros eléctricos bonitos y baratos y, en su patio, Ford y GM invierten miles de millones para alejarse de la combustión interna y hacerse con el mercado de autos eléctricos.
Musk parece estar más interesado en los robotaxis autónomos que en electrificar la red. Ha duplicado los recursos de entrenamiento de IA de Tesla en tres meses. Pero los analistas opinan que los vehículos autónomos son una apuesta incierta. Los vehículos semiautónomos se han convertido en el estándar de la industria.
La industria de la energía limpia es altamente competitiva. Requiere una gran inversión de capital y cambia rápidamente. Al igual que su ventaja en el campo de los vehículos eléctricos, las de Tesla en baterías y carga no serán sostenibles por sí solas eternamente. No obstante, a menos que ocurra un colapso mucho más catastrófico, Tesla parece estar navegando con éxito desde una ola de la revolución de las energías limpias hacia otra. Al pasar del suministro automóviles a suministro de la electricidad que alimentará no sólo a los automóviles, sino también a los hogares, las oficinas y más.
Según Elos Musk Tesla «debe considerarse como una empresa de robótica de inteligencia artificial», no como un fabricante de automóviles. Es posible que, dentro de una década, incluso cuando sus vehículos pierdan popularidad, la influencia de la compañía puede resultar más fuerte que nunca. Solo el tiempo dirá si puede superar sus actuales desafíos y seguir siendo si no el Ford, el “nuevo Edison” del siglo XXI.