Las termitas están convirtiéndose en un verdadero desafío para el mundo. Estos insectos invasores pueden devorar ciudades enteras y hacer tambalear sus economías: causan pérdidas por varios millones de euros, en un aleteo. Y sin embargo, también pueden salvar el ecosistema con la misma rapidez.
Es, al menos, lo que muestra la temible acción de estos invertebrados xilófagos en centros poblados en España y Estados Unidos, en 2019. Y también lo que han demostrado en bosques asiáticos, de acuerdo con investigaciones recientes.
En este marco, autoridades de ciudades en Europa y América se arman con especialistas y gruesos presupuestos para contener cualquier avance de este insecto invasor. Mientras, entomólogos y otros investigadores buscan un equilibrio para preservarlas.
Las termitas son los insectos invasores más destructivos de la gama de 10 invertebrados. Comen celulosa, principalmente de la madera, de cartones y libros, y les encanta la humedad. Cada una de las 2 mil especies cuenta con una reina con un promedio de vida de 10 años, y es capaz de poner hasta 70 mil huevos por día.
Sin embargo, una colonia está integrada por millones de ellas. La de la africana Formosa puede tener hasta 10 millones de termitas y daña 10 veces más que las termitas típicas de las regiones. “El verdadero problema de la termita no es su reproducción, sino su incansable trabajo y el daño que causan”, según Paul Mitola, consultor ambientalista del Departamento de Agricultura en EEUU.
En 2003, millones de termitas invadieron barrios de New Orleans, en Estados Unidos. Se devoraron edificios de madera, casas, puentes, ataúdes, árboles y hasta postes del teléfono cubiertos en creosota, un aceite derivado de la madera. Y se asegura que en los últimos 15 años han destruido mucho más que los huracanes, tornados e inundaciones juntos.
Termitas del mundo, unidas
En febrero de 2019, tres municipios de Tenerife, Tacoronte, La Laguna, y Arona, encendieron las alarmas: plagas de termitas atacaron casas enteras en esos lugares y pusieron en alerta a especialistas sobre los riesgos que corría el patrimonio del casco histórico.
La madera de la mayoría de las casas y la humedad fueron la principal atracción de estos insectos xilófagos.
El Cabildo anunció que preparaba con el Gobierno regional un plan para erradicar la termita en 10 años, con un presupuesto de 5 millones de euros, aproximadamente. Sin embargo, funcionarios calcularon que la inversión podía ser mayor en menor tiempo, mientras evaluaban los daños.
Tenerife no ha sido el único territorio invadido por las termitas este año, y en el que plantearon declarar estado de emergencia.
En abril, localidades ubicadas al norte del estado de Florida, en Estados Unidos, reportaron una peligrosa invasión de colonias de insectos que destruyó viviendas y enseres de madera. “Y lo peor de todo es que nuestro estado es lo más cercano al paraíso para las termitas”, expresó Mitola al diario Miami Herald.
La destrucción de las termitas puede ser inclusive más grave. En 2014, el gobierno paraguayo intentó salvar sin mucho resultado la iglesia de Yaguarón, una estructura en madera de inspiración franciscana que es una las joyas del barroco hispano guaraní. Una de las piezas devastadas por las termitas fue la sacristía, con un retablo del artista portugués José de Sousa Cavadas.
Erogaciones mil millonarias por insectos
El costo de la devastación en estas ciudades no ha sido dado a conocer aún. En Nueva Orleans fue de unos 3.000 millones de dólares, y crecía con el tiempo, debido a que se dirigían a Carolina del Norte, de acuerdo con los reportes del momento.
Sin embargo, el estudio Costos globales masivos pero enormemente subestimados de insectos invasores, publicado en la revista Nature Communications, en 2016, reveló cifras aterradoras.
Los 10 autores de la investigación, encabezados por Corey J.A. Bradshow, determinaron que las termitas, junto con el resto de los insectos invasores, representan un costo mínimo, en bienes y servicios, de 70 mil millones de dólares por año, en el mundo. Esto se refiere a los gastos que generan los ataques de termitas.
De acuerdo con cálculos aproximados, las termitas subterráneas de Formosa serían el insecto con el mayor impacto económico. Es de más de 30.200 millones de dólares, al año, a escala mundial. Sin embargo, los investigadores advierten que las cifras no son exactas y pueden ser mayores. Esto porque los cálculos fueron hechos sobre la base de los costos de reparación en solo Nueva Orleans.
A nivel regional, Estados Unidos reportó los costos anuales más altos: 27.300 millones de dólares, seguido de Europa, con 3.600 millones de dólares por año, según el estudio.
Termitas devoradoras que salvan el ecosistema
A pesar de los efectos nocivos de las termitas, un nuevo estudio mostró por primera vez que estos insectos mitigan los efectos de la sequía en los bosques tropicales húmedos y, en consecuencia, ayudan a preservar el ecosistema contra el cambio climático. La investigación, dada a conocer en enero de 2019, estuvo dirigida por la Universidad de Liverpool, del Reino Unido, conjuntamente con el Museo de Historia Natural.
Los investigadores de ambas instituciones emprendieron el primer estudio a gran escala en la selva tropical de Borneo en Malasia, durante y después de la sequía extrema de El Niño de 2015-2016. El equipo de investigación comparó los sitios con muchas termitas con los sitios donde eliminaron experimentalmente las termitas con métodos novedosos de supresión.
Determinaron que el mayor número de termitas durante la sequía, dio lugar a mayor descomposición de la hojarasca y el ciclo de nutrientes, y aumentó la humedad del suelo. Así, las tasas de supervivencia de las plántulas fueron mayores.
La ecóloga Kate Parr, de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Liverpool, hizo la revelación. «Nuestro estudio muestra por primera vez que tener termitas ayuda a proteger los bosques de los efectos de la sequía. Las termitas pueden ser pequeñas, pero su presencia colectiva puede ayudar a reducir los efectos del cambio climático en los sistemas tropicales«, dijo.
Por su parte, el autor principal, Paul Eggleton, del Museo de Historia Natural, fue conclusivo: «La gente se está dando cuenta de la importancia ecológica de los invertebrados, especialmente de los insectos sociales. Las termitas y las hormigas pueden ser las pequeñas cosas que gobiernan el mundo».
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